Este breve artículo pretende dar una respuesta personal a una interesante pregunta: ¿por qué surge un personaje como el Capitán Trueno en un año tal como 1956? La respuesta más breve que se me ocurre: fue un país de tebeo.
No creo en determinismos de la historia, pero lo que quiero expresar es algo parecido, salvando las distancias, a lo que sucedió con nuestro Siglo de Oro. La crisis que entonces empezaba a asolar a nuestro imperio dio lugar a la, hasta ahora, mejor época de la literatura española, bien simbolizada en el Quijote, cuyo 400 aniversario celebramos precisamente este año.
Sí, creo que en aquella época se dio un entorno favorable a la emergencia de un personaje como el Capitán Trueno en un soporte como el clásico tebeo, bajo distintos puntos de vista.
En primer lugar, la política, dado que entonces vivíamos bajo lo que eufemísticamente suele llamarse “el régimen político anterior”, muy distinto al actual, pero también diferente a lo que ese mismo régimen se fue transformando después por la fuerza de las circunstancias, entre las que no cabe olvidar la economía.
En 1959, con el denominado plan de estabilización, veremos el inicio de todo un proceso de liberalización, lenta y pausada, con un objetivo fundamental, superar la pobreza que, ya teníamos de antes, pero que se vio muy intensificada por la guerra civil. Esta no sólo destruyó buena parte de nuestros recursos escasos, sino que alejó del país a la población más preparada que disponíamos entonces. Para ser más precisos, nuestro PIB por habitante anterior a la guerra respecto a los principales países europeos, en torno al 66%, no se recuperó hasta 1950, y todavía hoy estamos por debajo de ellos.
Un entorno político cerrado y una economía pobre favorecieron a un personaje como el Capitán Trueno, que, al menos simbólicamente, ampliaba nuestros horizontes en los ejes de la libertad y la justicia, en un soporte que no puede considerarse barato para la época, como fue el tebeo de 1,25 pesetas en el que apareció. Sin embargo, no hay que olvidar las ventaja de su permanencia y multiplicidad de difusión, hasta tal punto de que se desarrolló toda una inolvidable actividad de préstamo e intercambio, que facilitaron su acceso incluso a quienes no podían pagar ese importe. ¡Qué tiempos aquellos!
El año 1956 fue también el de comienzo de las emisiones de TVE, que se había fundado tres años antes, dando paso a un medio de comunicación cuya influencia en nuestro modo de vivir y de pensar conocemos bien hoy, pero que en aquél entonces sólo comenzaba a despegar y, desde luego, no para todos los españoles, muchos de los cuales no tenían recursos suficientes para adquirir un televisor.
Sí, fue un país de tebeo el que dio origen a buenos tebeos, entre ellos, al Capitán Trueno y otros personajes que iban en la misma dirección, bajo la inventiva de un mismo autor, Víctor Mora, y la colaboración de múltiples dibujantes. A todos ellos, nuestro profundo agradecimiento.
Francisco J. Valero
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