Cuando me enganché a la colección, allá por el año 1958/59,la serie ya había superado el centenar y se encontraba en los momentos álgidos de la saga, tanto a nivel gráfico como literario (Kraffa, Argel, Krisna...). Fue con el tiempo que descubrí esa chapucilla entre los nºs 46 a 51, pero no me alarmó debido a que Beaumont mantenía una línea un tanto ambrosiana. Además, aparte de algún "calco" por parte de Beaumont, el propio Ambrós le echó una mano, como puede verse en alguna viñeta o algún rostro (todavía la editorial no había impuesto aquello de cortar y pegar). Lo que sí recuerdo que me afectó muchísimo fue el cambio de Ambrós a Pardo. Hoy admiro a Pardo, al conocer su particular obra en su conjunto, pero de primeras me resultó un choque terrible. De todas formas, hoy no sustituiría nada, porque lo hecho, hecho está. Valoro los 618 cuadernillos tal y como están, con sus altibajos, sus chapuzas, y sus bellísimas imágenes e inolvidables momentos. GUNDAR
Si Ambrós hubiera sido norteamericano... estaría entre Hal Foster y Alex Raymond, en el podium de los mejores dibujantes históricos del mundo.
Pero que va... nació en Valencia...
Estoy todavía buscando un dibujante que sea capaz de dibujar una portada y 10 páginas de un cuadernillo apaisado en una semana... con la calidad de Ambrós... y encima Beaumont le llama perezoso...
Gracias a Dios, todo buen aficionado a los cómics ve un dibujo de Ambrós y lo considera una obra de arte.
Yo creo que este hombre sólo tenía un parangón: Jack Kirby. Otra máquina creadora de imágenes, de movimiento y con una capacidad de trabajo hercúlea (llegaba a realizar 3 páginas diarias!!) Ole por los 2!!! Y sí: si Ambrós fuese norteamericano o japonés....
Cuando me enganché a la colección, allá por el año 1958/59,la serie ya había superado el centenar y se encontraba en los momentos álgidos de la saga, tanto a nivel gráfico como literario (Kraffa, Argel, Krisna...). Fue con el tiempo que descubrí esa chapucilla entre los nºs 46 a 51, pero no me alarmó debido a que Beaumont mantenía una línea un tanto ambrosiana. Además, aparte de algún "calco" por parte de Beaumont, el propio Ambrós le echó una mano, como puede verse en alguna viñeta o algún rostro (todavía la editorial no había impuesto aquello de cortar y pegar). Lo que sí recuerdo que me afectó muchísimo fue el cambio de Ambrós a Pardo. Hoy admiro a Pardo, al conocer su particular obra en su conjunto, pero de primeras me resultó un choque terrible. De todas formas, hoy no sustituiría nada, porque lo hecho, hecho está. Valoro los 618 cuadernillos tal y como están, con sus altibajos, sus chapuzas, y sus bellísimas imágenes e inolvidables momentos. GUNDAR
ResponderEliminarSi Ambrós hubiera sido norteamericano... estaría entre Hal Foster y Alex Raymond, en el podium de los mejores dibujantes históricos del mundo.
ResponderEliminarPero que va... nació en Valencia...
Estoy todavía buscando un dibujante que sea capaz de dibujar una portada y 10 páginas de un cuadernillo apaisado en una semana... con la calidad de Ambrós... y encima Beaumont le llama perezoso...
Gracias a Dios, todo buen aficionado a los cómics ve un dibujo de Ambrós y lo considera una obra de arte.
Yo creo que este hombre sólo tenía un parangón: Jack Kirby. Otra máquina creadora de imágenes, de movimiento y con una capacidad de trabajo hercúlea (llegaba a realizar 3 páginas diarias!!)
ResponderEliminarOle por los 2!!!
Y sí: si Ambrós fuese norteamericano o japonés....