Es curioso... El sombreado del segundo dibujo data, si no leo mal, de abril de 1992 y el original a lápiz es de enero de 1991. ¿Retrasó Ambrós la entrega del dibujo definitivo? ¿Se trata de la misma ilustración o son dos diferentes? No sé si el afortunado destinatario citado en la dedicatoria, podría aclararnos esta duda. Por otra parte, resulta enternecedor y hasta doloroso, asistir al declive físico que se refleja en los trazos. Al querido maestro le temblaba el pulso y, seguro, que ya su agudeza visual no era la misma. Tempus fugit... Pero su Capitán Trueno siempre estará ahí.
Te pongo al corriente, Elías. Francesc Franco recogió el dibujo sin terminar, y según comentó, no quiso arriesgarse, conociendo la condición tan desprendida de Ambrós, a que se lo llevara otro aficionado, y por otra parte la delicada salud del maestro que también contaba. De manera que guardó el original y volvió al cabo de un tiempo con una fotocopia para que la sombreara. De ahí que el primer dibujo es original y el segundo, en parte, también. Francesc escribió unos folios contando la historia del dibujo. Los publicó José Fernández, y también los encontrarás en "Las ilustraciones de Ambrós", con el título de "El Capitán Trueno, una motivación e ilusión infantil". Saludos.
Estimado Ebravor. A mí me parece que está fantástico de trazo y de todo. Muchos quisieran dibujar y entintar la mitad de bien, en plenas facultades. Saludos. Felipe.
Para mi uno de los dibujantes españoles que están en el top de toda la historia del comic nacional. Las imágenes estáticas tienen a su vez ritmo y velocidad (quizá falten detalles en cada viñeta por la necesidad de producir). En estos dibujos vemos a un Crispín envejecido, quizá reflejando los años que pesaban en Ambros.
Ramón, gracias por la explicación. Creo recordar que, efectivamente, había leído algo sobre ello. Amigos Felipe y "Desconocido", por supuesto. Tenéis ambos razón: Ambrós fue genial hasta sus últimos trazos. Siempre dije que Ambrós dibujaba la vida. Y esa vida también la reflejó en esa última viñeta. Latía su pulso trémulo sin dejar de ser genial y único. Saludos!
Es curioso... El sombreado del segundo dibujo data, si no leo mal, de abril de 1992 y el original a lápiz es de enero de 1991. ¿Retrasó Ambrós la entrega del dibujo definitivo? ¿Se trata de la misma ilustración o son dos diferentes? No sé si el afortunado destinatario citado en la dedicatoria, podría aclararnos esta duda. Por otra parte, resulta enternecedor y hasta doloroso, asistir al declive físico que se refleja en los trazos. Al querido maestro le temblaba el pulso y, seguro, que ya su agudeza visual no era la misma. Tempus fugit... Pero su Capitán Trueno siempre estará ahí.
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ResponderEliminarTe pongo al corriente, Elías. Francesc Franco recogió el dibujo sin terminar, y según comentó, no quiso arriesgarse, conociendo la condición tan desprendida de Ambrós, a que se lo llevara otro aficionado, y por otra parte la delicada salud del maestro que también contaba.
De manera que guardó el original y volvió al cabo de un tiempo con una fotocopia para que la sombreara. De ahí que el primer dibujo es original y el segundo, en parte, también.
Francesc escribió unos folios contando la historia del dibujo. Los publicó José Fernández, y también los encontrarás en "Las ilustraciones de Ambrós", con el título de "El Capitán Trueno, una motivación e ilusión infantil". Saludos.
Estimado Ebravor. A mí me parece que está fantástico de trazo y de todo. Muchos quisieran dibujar y entintar la mitad de bien, en plenas facultades. Saludos. Felipe.
ResponderEliminarPara mi uno de los dibujantes españoles que están en el top de toda la historia del comic nacional. Las imágenes estáticas tienen a su vez ritmo y velocidad (quizá falten detalles en cada viñeta por la necesidad de producir). En estos dibujos vemos a un Crispín envejecido, quizá reflejando los años que pesaban en Ambros.
ResponderEliminarRamón, gracias por la explicación. Creo recordar que, efectivamente, había leído algo sobre ello.
ResponderEliminarAmigos Felipe y "Desconocido", por supuesto. Tenéis ambos razón: Ambrós fue genial hasta sus últimos trazos. Siempre dije que Ambrós dibujaba la vida. Y esa vida también la reflejó en esa última viñeta. Latía su pulso trémulo sin dejar de ser genial y único. Saludos!