Ante la gran cantidad de mensajes de la antigua Zona de discusión, abrimos esta nueva Zona para que los aficionados al CAPITÁN TRUENO puedan discutir y hablar sobre los distintos temas que afectan a nuestro héroe.
Abril/2013: Se pone a la venta la nueva aventura de EL CAPITÁN TRUENO, La Espada del Invencible, de Ferrandiz.
Marzo/2013: Se pone a la venta el número 8 del genuino Trueno Color.
Enero/2013: Se anuncia el número 8 del genuino Trueno Color para marzo y la nueva aventura de
EL CAPITÁN TRUENO, La Espada del Invencible, de Ferrandiz, para abril.
Noviembre/2012: Sale a la venta el libro EL CAPITÁN TRUENO, EL GRAN HEROE DEL TEBEO.
Octubre/2012: Se anuncia la salida del libro EL CAPITÁN TRUENO, EL GRAN HEROE DEL TEBEO, de Jose Antonio Ortega Anguiano, editado por Dolmen, para noviembre.
Septiembre/2012: Sale a la venta el séptimo tomo del nuevo y genuino TRUENO COLOR.
Agosto/2012: Nuevas entregas de la reedición facsimil de las aventuras de EL CAPITÁN TRUENO en formato digital.
Julio/2012: Nuevas entregas de la reedición facsimil de las aventuras de EL CAPITÁN TRUENO en formato digital.
Junio/2012: La Asociación de Amigos del Capitán Trueno, lanza un cuadernillo exclusivo para sus socios, realizado por M.Díaz.
Se anuncia la salida del número 7 nuevo y genuino TRUENO COLOR para septiembre.
Mayo/2012: Nuevas entregas de la reedición facsimil de las aventuras de EL CAPITÁN TRUENO en formato digital.
Abril/2012: Continúa la publicación por parte de Koomic, de la reedición facsimil de las aventuras de EL CAPITÁN TRUENO en formato digital.
Marzo/2012: Sale a la venta el sexto tomo del nuevo y genuino TRUENO COLOR.
1.395 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 1201 – 1395 de 1395Ufff, lo siento Jose Angel. Yo les compré el 21 de febrero una camiseta del segundo concierto de los Stones del 82, la tengo pagada y todavía no me ha llegado, aunque el viernes pasado recibí un correo que depositaban el paquete en Correos ¿?.
En verdad, poco serios...
Jo, Andrés, solo faltaba que te tengas que disculpar tú. Todo lo contrario. Agradezco mucho que te molestes en indicarnos estos chollos.
Y gracias también a Óscar por la recomendación. No sé cómo se me escapó... y voy a intentar conseguirlo.
Y, al Cesar lo que es del Cesar, que sepáis que no me han puesto pegas para el cambio y que me han mandado muy rápido el otro artículo (Corsario de Hierro / fans).
Un abrazo José Ángel
“EL CAPITÁN TRUENO Y YO” ( )
“DERECHOS RESERVADOS”
El pasado 2 de marzo de 2015 nos dejó otra de las figuras supervivientes de la época dorada de Editorial Bruguera.
FRANCISCO GONZÁLEZ LEDESMA, uno de los grandes maestros de la Novela Negra barcelonesa,-- junto a Vázquez Montalbán con su Carbalho y Andreu Martín, que también se curtió escribiendo guiones para Bruguera, entre otros,-- y padre de los diez libros del “Inspector Méndez”.
Comenzó trabajando en Editorial Bruguera cuando su tío Rafael González para dedicarse a ser el Editor Jefe de la firma, tuvo que abandonar gradualmente y en pleno éxito algunos de los personajes que había creado, como “Doctor Niebla” y sobre todo “El inspector Dan”.
Y los emocionantes y terroríficos guiones de Dan deben mucho a las aportaciones de González Ledesma cuando se hizo cargo de los mismos. En una carrera simultánea y paralela a la de Víctor Mora que también se incorporó en aquella etapa y continuó las series del “Creador” .
Para poder estudiar derecho, G. Ledesma durante años escribió los guiones para “Luis y Raúl”, “Vendaval, el capitán invencible”, “Glen Derby” y más adelante cuando ya los cuadernos de aventuras empezaban a flaquear, “El Mosquetero Azul” y “El Teniente Negro”. Pero es que además con el tiempo llegó a ser periodista y asesor jurídico de “El Correo Catalán” y “La Vanguardia”, además de Editorial Bruguera.
En el interín, además de los guiones para los cómics, tuvo tiempo de escribir casi 500 novelitas del oeste, una por semana, bajo el popular seudónimo “Silver Kane” que competían en los kioscos con éxito con las de Marcial la Fuente Estefanía consagrada figura del género, pero como era el hombre de los mil seudónimos fue además Rosa Alcázar o Sivia Valdemar para los temas románticos femeninos invadiendo el terreno en que ya triunfaba Corín Tellado. También eran suyas las novelas firmadas por Taylor Nummy, Enrique Moriel o Fernando Robles. González Ledesma era un hombre hiperactivo que trabajaba muchas horas diariamente.
Quizá el lector se preguntará por qué he incluído a Francisco González Ledesma en esta serie, si al menos oficialmente nunca escribió guiones del Capitán Trueno. Aunque no podamos afirmarlo rotundamente, pues hubieron muchos relatos sin padre literario conocido, por lo menos sí es seguro que lo hizo en el caso de “Vendaval, el Capitán Invencible”.
Durante la estancia carcelaria de Víctor Mora, en los guiones del “Capitán Trueno” le sustituyó Ricardo Acedo sin romper su progresivo aumento de ventas. El otro personaje que Mora guionizaba simultáneamente, “Vendaval”, también dentro de la Colección Dan, Rafael González lo confió a su sobrino Francisco González Ledesma, pero en este caso la serie perdió aceptación y fue eliminada en el nº 26.
Sin embargo, hubo un trabajo de González Ledesma que sí afectaría gravemente a la saga del Capitán Trueno. Me refiero a que fue el redactor de los contratos leoninos que cuantos vendimos dibujos o textos a Editorial Bruguera tuvimos que firmar renunciando a los derechos de autor. “Todos los derechos reservados a favor de la propia Editorial”, decía el recibo que te hacían firmar para cobrar el dinero estipulado.
(SIGUE)
(CONTINUACIÓN)
¿Fue una imposición de la Casa a través de su opnipotente tío? ¿O una propuesta suya para afianzarse aún más en Bruguera?.
Anna Abella, en su artículo de “El Periódico” del 3 de marzo, dice textualmente: – “Escribía de noche, porque por la tarde trabajaba de periodista y por la mañana de abogado, profesión que le hizo rico, pero que abandonó a los 36 años porque le atormentaban las sentencias injustas y defender a tipos indeseables. También ejerció, y sufrió, en Bruguera, al tener que blindar contratos de los dibujantes en favor de la Editorial.”
Ambrós mencionó este asunto en algunas entrevistas, no entusiasmado precisamente, y fue una razón más de las que le decidieron a abandonar el personaje y luego la propia editorial.
Por no hablar, pues el tema es sobradamente conocido, de la rebelión y posterior lucha reivindicativa de Víctor Mora, años después, para recuperar sus derechos de autor y que muy posiblemente impidió la continuación de sus aventuras de nuestro héroe. Y de otros como “El Corsario de Hierro” que abandonó y fueron prolongados por otros guionistas.
Añadamos para terminar, que el uso de tantos seudónimos no fue siempre por motivos comerciales, como cuando firmaba con nombres femeninos sus trabajos para chicas. Cuando tenía 20 años escribió la novela “Sombras viejas” que la censura franquista calificó de obra de un “rojo pornográfo” y le condenó a 30 años de “ostracismo editorial”.
No era el único caso en Bruguera ni mucho menos de aprovechar el ingenio de los represaliados políticos, Mora sin ir más lejos, otro coleccionista de seudónimos...
En mis visitas a Bruguera me lo presentaron, y nos cruzamos varias ocasiones por los pasillos, alguna vez acompañando a su tío, pero no llegué a conocerle. Mi ignorancia juvenil hizo honor a una frase que se usaba en la época: “¡Usted no sabe con quien está hablando...!”
Descanse (merecidamente) en paz, un incansable trabajador a destajo de la época dorada de Bruguera, capaz de escribir de tres a cinco relatos por semana, pero también de ganar posteriormente varios importantes premios literarios.
VÍCTOR TRUENO.
Estimado Víctor Trueno:
Me congratula el poder leerte de nuevo, poder disfrutar de tus amplios conocimientos de los entresijos de Editorial Bruguera y de los muchos autores que con sus trabajos le dieron solera y prestigio.
Anímate y sorpréndenos de nuevo con tus magníficos relatos de tus vivencias truenofilas.
Gracias y un fuerte abrazo, J. Fernández.
Impresionante tu relato biográfico en torno a Francisco González Ledesma, cuya noticia en torno a su fallecimiento ya conocía. Sin embargo desconocía el 90% de la información. Gracias, amigo Víctor, y me alegra volverte a leer. Aprovecho para decir que he retomado el trabajo sobre Trueno Extra, y que en breve empezaré a ofrecer mis comentarios ("o tus rollazos", seguro que más de uno habré dicho, jé, jé...)
Un saludo para todos.
GUNDAR
Totalmente de acuerdo con José Fernández, al que, por cierto, cuna también de sabiduría, desde la humildad y el cariño le invitaría a hacer lo mismo.
Gracias, Víctor, interesantísimo.
Un abrazo de los que estrujan.
José Ángel
Grcias Víctor Trueno. Excelente reseña sobre Silver Kane.
Siempre resultan interesante las histórias de la editorial y sus entresijos.
Joan Carles
Celebro tu retorno, no sé si puntual o regular, a la nueva zona de discusión. Por diversas causas, supongo, la zona languidece, aunque ante una señal, suele resurgir, veremos qué pasa ahora. A veces se pierden las ganas.
Tu obituario de Francisco González Ledesma representa con bastante objetividad un homenaje a su figura y un análisis de su trabajo en el tiempo en que ejerció su actividad profesional con claras referencias a las implicaciones que tuvo en el devenir de los personajes y en las actuaciones de los profesionales que trabajaban en la editorial.
JESUS ENRIQUE.
Me alegra volver a leer un artículo tuyo, Víctor Trueno, Y al ser de actualidad indica que sigues en buena forma. Aunque no me gusta lo que Ledesma hizo con los recibos de Creaciones Editoriales, la media docena larga de artículos aparecidos estos días en la prensa y todos laudatorios indican que era persona muy querida en la profesión. Y no sabía que era aquel Siver Kane de las novelas de a duro que leían mis hermanos mayores.
Y me alegra también que tu artículo haya animado a unos cuantos amigos a volver a escribir. Esto estaba casi inerte. Ivanhoe II
KUNG-TAI, el Terrible. Trueno Extra 211-213.
Trueno y amigos, junto con Sigrid, llegan a la fabulosa Katmandú, en el Nepal. Su intención es la de tomarse un merecido descanso, por lo que lo primero es buscar una posada donde alojarse. Crispín, algo relajado y observador, contempla una caravana que transporta unos jarrones enormes. Uno de ellos cae accidentalmente, y una muchachita lo observa, razón por la que es secuestrada pues esos jarrones transportan a todo un ejército que se dispone asaltar el palacio y hacerse con el poder. Crispín decide intervenir haciéndose el valiente, en tanto nuestros amigos llegan a una posada. Goliath, que echa en falta al razagado Crispín, sale en su búsqueda. El caso es que nuestros amigos, con la intervención de la muchachita Jaina, echan al traste los planes del bandido Kung-Tai, de forma que éste no consigue hacerse con el poder y junto con sus hombres, logra escapar. Las autoridades deciden agasajar a nuestros amigos y la ciudad se pone de fiesta, en la que, junto con la chica y sus padres, nuestros héroes reciben un cumplido homenaje. Pero el bandido empieza a organizarse para regresar e incrementar su sed de poder y venganza.
Este es grosso modo el planteamiento de una aventura, que sin ser de las que dejan huella, al menos resulta bastante entretenida. El guión corresponde a Ricardo Acedo y los dibujos están a cargo de Gil Bao, autor que cumple su cometido de una manera discreta. Como recordaremos Acedo fue el guionista que durante un corto período sustituyó a Víctor Mora cuando éste estuvo en cárcel, allá por la época de la colección DAN. Es un buen guionista y la historia de Kung-Tai tiene algunas aportaciones novedosas, pero también se percibe una clara influencia de Víctor Mora. Hay secuencias que nos recuerdan a la época clásica, como el hecho de que nuestros amigos sean atados a carros ardientes y lanzados para abrir las puertas de la ciudad, idea que en su día Mora puso en la mente del General Cimitarra. No está exento del tipo de sentido del humor que siempre mostró el creador literario de Trueno y el desarrollo de la historia no resulta lineal. Algo a destacar es el papel que en un momento dado adquiere Sigrid, quien llega a tomar las riendas de la situación y se pone al frente del ejército que rechazará y derrotará a los bandidos.”Yo, Sigrid de Thule, me comprometo a llevaros al combate”, dice de forma enérgica cuando la situación llega al límite. Ya los tebeos de entonces le iban concediendo un relevante papel a la mujer.
En cuanto a Gil Bao, esta es su quinta y última intervención en el Capitán Trueno Extra. También lo hizo en el Almanaque para 1961 en Pulgarcito y en el Almanaque para 1963 de Trueno. Es un autor que sigue a rajatabla las pautas que impuso la editorial de usar los rostros de Ambrós para los personajes, y su dibujo es correcto, sin nada sobresaliente. Respecto a la figura humana, es algo estático y no logra dominar el movimiento de manera convincente. Sin embargo nos sorprende con un primer plano del rostro de Goliath, que realiza con bastante expresión y naturalidad, siendo fruto de su propia creatividad (nº 211, página 4, viñeta 5). Con todo, no cabe duda que formar parte del elenco de dibujantes que han pasado por Trueno, ya es en sí un gran honor y privilegio.
En el momento en que se publicó esta aventura ya se ha entrado en 1964, lo que significa que censura y autocensura están de por medio. El cuadernillo se va acercando a los 400 ejemplares, y casi seguro que por esas fechas ya se estaba gestando ese engendro llamado “Álbum Gigante”. Sin embargo Trueno Extra está gozando de muy buena salud, pues la mayoría de sus contenidos corresponden a Víctor Mora, y su presentación y sus portadas (Martínez Osete) sobresalen en los kioscos.
GUNDAR
LA MONTAÑA DEL MIEDO . Trueno Extra 214-215.
Nuestros amigos se hallan sobrevolando el Brasil precolombino… Sí, parece extraño hablar de “vuelo” en el siglo XII, pero todo ello es posible gracias al globo, el magnífico invento de Morgano que tanto protagonismo adquiere en la serie. Pues bien, es en la región conocida por “Mato Grosso” (en español “selva espesa”), hoy uno de los 26 estados que junto con el distrito federal forman la República Federativa del Brasil, que Trueno y amigos se encuentran con una especie de “Jurassik Park”. Aquí Víctor Mora se adelanta a una moda que adquiriría auténtico furor treinta años más tarde, y lo hace de manera magistral de la mano de Fuentes Man, uno de nuestros más admirados dibujantes para Trueno.
Gracias al globo siguen sin riesgo alguno los pasos de un gran Tiranosaurio Rex, que llegando a un poblado, se dedica a “sembrar la muerte y el terror”. Cuando Trueno y sus amigos, junto con Sígrid, deciden ayudar a los indígenas a reconstruir el poblado, entablan amistad con Tangah quien les cuenta cómo empezó todo. Al parecer, debido a un terremoto, Tangah descubrió en una grieta un bloque de hielo, donde permanecían bien conservados unos huevos enormes. Un día descubrió que uno había eclosionado. Entretanto, uno de los guerreros de Tangah, que escuchó el relato de éste, tuvo la peregrina idea de robar los dos huevos restantes con el fin de domesticar a los animalitos y usarlos para “dominar a todos los habitantes de la región con el terror”.
Después del Rex, que está a punto de devorar a la desmayada Sigrid, aparecerán un Triceratops y un Pterodáctilo, lo que nos permitirá contemplar unas curiosas viñetas en las que Fuentes Man nos deleitará con curiosas perspectivas.
El guión es entretenido, aunque un total de 16 páginas no da para mucho. Habría estado bien para un almanaque o un extra de verano. Y cómo no, tiene grandes fallos, y no me refiero solo al aspecto anacrónico del relato. Pero da la impresión de que al poco de nacer, cada bestia ya es adulta y con una fuerza increíble. Por otro lado, es curioso que los tres huevos estuvieran juntos y cada uno fuera de una madre (aunque se habla de tres huevos, en la viñeta primera aparecen cuatro). Cuando se habla de las criaturas en cuestión, se usa un término frecuente por aquellos años: “monstruo prehistórico” e incluso “monstruo de tiempos remotos”, aludiendo sin duda al título de una película.
Víctor Mora, cada vez con más frecuencia, hace uso del recurso narrativo de comenzar la historia con una situación límite en la viñeta primera, para luego explicar qué circunstancias llevaron a nuestros amigos a encontrarse en dicha situación.
(sigue)
Sobre el estilo de Fuentes Man ya hemos hablado en anteriores ocasiones y mejor no repetirse. Es un placer visual contemplar sus dibujos. El terremoto y sus grietas, las grandes rocas y la zona pantanosa, transmiten el ambiente adecuado al lector. Sin embargo, los dinosaurios que dibuja Fuentes Man adolecen de una limitada y precaria documentación. El T. Rex es desmesurado y más se parece a “Gozzilla”. El globo, aunque sigue las pautas que marcó Ambrós, es más realista y su estructura parece más lógica y razonable para volar.
Cuando se publica esta aventura, en el cuadernillo nuestros amigos están finalizando su periplo americano, en la aventura del templo perdido y la princesa inca (Coya). Digo esto porque esta aventura podría ubicarse justo antes de iniciarse la de las “Amazonas”, pues Trueno y Sigrid, junto con Crispín y Goliath, también viajaban en globo por aquellos lugares. Y el Amazonas limita al Mato Grosso por el norte.
Las portadas son de Osete como viene siendo habitual, y en ellas plasma al Rex y al volador Pterodáctilo. Es curioso que el colorista pinte los labios rojos al Rex, por lo que deduzco que pueda ser hembra.
En su día no fue una historia que dejara huella, pues como se ha venido diciendo, la época clásica tan memorable ya había pasado. Sin embargo, para mí esta aventura jurásica va llena de recuerdos y no tan antiguos. Me regresa a la primavera de 1999, Salón del Cómic en la Estación de Francia en Barcelona. Algunos vagones dedicados a Ambrós y Víctor Mora, quien no pudo hacer acto de presencia por su delicada salud, pero estaba anunciado. Fue la primera vez en mi vida que vi alguna portada original de Ambrós, en este caso recuerdo alguna de la colección DAN. Y la primera página original de El Corsario de Hierro. Entré en el recinto a las 10 h. de la mañana y allí estuve hasta las 18 h. de la tarde. En el stand de Ediciones B el mostrador presentaba pequeñas torres del tomito nº 5 de la colección FANS del Capitán Trueno. En la portada Fontériz recrea la secuencia del T. Rex con Sigrid en sus garras. Espectacular. Como esta edición no llegaba a mi ciudad, cogí varios ejemplares. En el trayecto de regreso a casa, lo estuve contemplando con detenimiento. La aventura que hoy comentamos estaba reproducida muy bien, partiendo de originales y con un color más que aceptable.
GUNDAR
¡Qué gran invitación y excusa son, Gúndar, estos artículos para volver a releer estas aventuras! Además, se degustan de otra manera.
Y me parece genial ese toque nuevo que has comenzado a dar relacionando la aventura con alguna vivencia personal.
José Ángel
Que bien me lo paso con Maese Gundar, hace que me relea los FANS con el Trueno Extra. Adelante Gundar, no nos dejes nunca!!!
Muchas gracias por tus palabras, Andrés. Por mi parte trataré de ser más regular con estos trabajillos, que para mí, también son muy gratificantes.
En breve tendremos el Genuino Trueno Color nº 12. Ha quedado atrás la etapa clásica, la "genuina", la auténtica. Pero todavía quedan buenos guiones y el paulatino buen hacer de Pardo.
Por cierto, tendremos la aventura de Buylla en el nº 12, que según J.A. Ortega, en su libro, la atribuye a Ricardo Acedo. Releyendo sus argumentaciones, creo que lleva toda la razón. ¿Qué opináis?
GUNDAR
La Montaña del Miedo. Fuentes Man. CTE 213-215.
Muy gratos, como siempre, tus comentarios a las aventuras del Extra. Persisten dos dudas. ¿por qué el dibujante alternaba a esas alturas de consolidación profesional caras de factura propia con pegotes de caras de Ambrós? Parece que tenía permiso de la editorial, ¿era un permiso limitado? ¿consideraba el dibujante que era más fiel y respetuoso a la saga intercalaba caras de Ambrós y no solo de Trueno sino de Crispín, y también, aunque menos, de Goliath e incluso alguna que otra de Sigrid? Si alguien lo sabe... La otra duda se refiere a las portadas. ¿Por qué se preferían las portadas de Martínez Osete, con pegotes de caras, a las que hubiera podido dibujar Fuentes Man? Si alguien lo sabe... JESUS ENRIQUE.
fe de erratas
léase "...si intercalaba caras..." en vez de "...intercalaba caras..." JESUS ENRIQUE.
Ante todo pediros disculpas por mi tardanza en responder a vuestros comentarios sobre mi capítulo sobre González Ledesma, por razones de carácter médico y familiar.
Amigo JOSÉ FERNÁNDEZ también a mí me alegra leer noticias tuyas y agradezco tus amables palabras sobre mi artículo. Me uno a José Ángel para pedirte que intervengas más a menudo ya sea con comentarios o proponiendo temas que te interesen. Gracias por tus ánimos a continuar y un afectuoso saludo.
Amigo GUNDAR, me alegra que te interesara mi artículo sobre G. Ledesma. De hecho no le tenía a priori una especial simpatía, debido a su actuación en el tema de los contratos, pero la aparición en varias publicaciones de más de media docena de comentarios a su desaparición, y todos favorables, me hizo ampliar lo que recordaba sobre él y conocer otras facetas suyas que creí interesante divulgar. Me alegra también esta nueva etapa de tu serie del Trueno Extra que de “rollazo” nada. Y como ya te digo en otro lugar, mi admiración por tus cuadros y versiones de Trueno. Un saludo especial.
Amigo JOSÉ ÁNGEL. Gracias por tus palabras y por tus aportaciones en las varias e interesasntes series gráficas que nos vas ofreciendo. Un envidiable dominio de la composición y las casi todas acertadísimas asociaciones entre temas tan diversos. Y por tu constancia, que ha mantenido viva esta página muchas veces casi en solitario. Y por el mucho tiempo que le dedicas. Te devuelvo el abrazo, pero más contenido, porque ya no estoy para muchos “estrujados”...
Amigo JOAN CARLES, gracias también por tus palabras y por tus interesantes intervenciones durante estas semanas. Aunque he entrado en mi periodo de revisiones anuales, espero que pueda intervenir con más frecuencia, esta vez.
(SIGUE)
(CONTINUACIÓN)
Amigo JESÚS ENRIQUE, gracias por tu recibimiento a la Zona. Comprendo lo que dices sobre que a veces se pierden las ganas, al recibir pocas reacciones sean buenas o malas al esfuerzo realizado por uno, y no lo digo por mí, que en general he sido muy bien tratado. Es un tema sobre el que deberíamos meditar.
Estaba considerando intentar por enésima vez que se reanimara la Zona con otra petición de intervención, cuando la defunción de González Ledesma, otro de “los últimos de Filipinas” que aún quedamos de la época de creación y desarrollo de nuestro Trueno, me invitó a escribirle un capítulo de mi serie y publicarlo a modo de obituario, aunque solo le conocí superficialmente. Y al conocer otras facetas y comportamientos suyos la publiqué. Intenté como siempre ser objetivo y presentar, por fuerza resumidamente, sus facetas. En cuanto a mi retorno, no sé si será regular o no. Últimamente no me atrevo a hacer grandes planes, pues acaban imponiéndose las circunstancias. Pero lo intentaremos. Saludos.
Amigo IVANHOE, gracias también a ti por tus palabras. En efecto me refería a los recibos de Creaciones Editoriales como obra de González Ledesma. No leí ningún western de Siver Kane pues mi presupuesto de la época no daba más de sí, pero como bien dices los artículos aparecidos en la prensa sobre González Ledesma, todos laudatorios, demuestran que era persona querida en su profesión. Saludos.
Para terminar, mis excusas por mis tardías respuestas y gracias por animaros a escribir de nuevo en la Zona.
VÍCTOR TRUENO.
Víctor, no es difícil intuir en ti una persona buena y entrañable, pero lo que es evidente es que eres un auténtico crack. José Ángel
FACSÍMILES DE LOS CUADERNOS: A VER SI ALGUIEN ME PUEDE AYUDAR...
1. En noviembre de 1984 hubo una reimpresión facsimilar no autorizada de los 24 primeros cuadernos por Ediciones B.O. Los tebeos se presentaron metidos en una bolsa de plástico y se vendieron por 5.000 pts. Si alguien la tiene, o sabe, quiero pedirle el favor(es para un tema del foro) de que me indicara algún detalle más sobre dicha edición: calidad, grapas, gramaje, alguna imagen, enlace...
2. Puestos a pedir, no sé si también alguien pueda tener alguna imagen sobre el cuaderno nº 1 publicado por el Pub Pablo´s de Trigueros (Huelva) en el año 2000. Su formato es de 10,5 x 15, y tiene 16 páginas pues se le añadieron unas portadillas sobre actividades culturales de la localidad.
3. Tercera petición de ayuda, relacionada con Comic-Mam. En Tebeosfera, firmado por: 2008 José Manuel Rodríguez Humanes y Manuel Barrero. Completada por Manuel Díaz Bejarano. Datos de fechas revisados por Antonio Moreno aparece “Entre 1984 y 1985, COMIC-MAM lanzó una reedición facsimilar sin permisos de 280 números servidos en bloques de 16 cuadernos por un PVP de 2.700 pts.” Sin embargo en el libro de José Antonio Ortega de Dolmen se afirma, e incluso se catalogan 296. En ninguno de los casos es múltiple de 16.
4. Por último... hasta ahora en Tebeosfera se podía encontrar información sobre estas ediciones no autorizadas, pero ahora no consigo encontrar esas páginas que mis ojos hace un par de meses han visto... ¿Sabéis algo?
Os agradecería muchísimo cualquier información sobre las cuatro cuestiones, pues estoy gastando horas y horas en Internet sin apenas resultado alguno. GRACIASSSSS
José Ángel japerez.perezberasategi@gmail.com
“EL CAPITÁN TRUENO Y YO” ( )
“LA REBELIÓN DE LOS GALEOTES”
Como cada sábado, mi padre nos trajo los tebeos de costumbre, para que nos entretuviéramos durante los festivos.
Pero aquel día, al leer el “Pulgarcito” noté algunas diferencias con los números anteriores: Si bien Dª Urraca, las Hermanas Gilda, el Doctor Cataplasma, Pascual Criado leal y otros seguían como siempre, mis preferidos El Reporter Tribulete, Zipi y Zape y Petra, criada para todo, presentaban un aspecto diferente, los personajes dibujados a menor tamaño ocupaban menor espacio en las viñetas para dejar sitio a unos enormes y extensísimos bocadillos, que más que de “Pulgarcito” parecían de “El TBO”... En las semanas siguientes persistieron. Luego supe que eran páginas antiguas de dichos personajes, de la década anterior...
¡Había estallado la Rebelión de los Galeotes!
Aquellos esclavos encadenados a los pupitres trabajando a destajo bajo los látigos de Armando Matías Guiu y Julio Fernández y la severa vigilancia del Capitán Bligh-González que solían aparecer en la redacción satirizada en algunas dobles páginas centrales de los Almanaques y Extras de Verano de “Pulgarcito” y “El DDT”, tal vez como válbula de escape de una situación tensa, quizá no eran tan irreales o exagerados como pudiera parecer.
A principios de 1957 Editorial Bruguera seguía ganando terreno a sus competidoras gracias al afianzamiento de su revista principal “Pulgarcito” que desde que Rafael González tomara las riendas de la producción en 1948 seguía una trayectoria ascendente, además del éxito de “El inspector Dan”, “El Cachorro” y el boom de “El Capitán Trueno”.
Al disponer de un excelente equipo de dibujantes y redactores y tras varios intentos anteriores fracasados y para aprovechar el tiempo sobrante, en mayo de 1951 nació otra revista: “El DDT contra las penas” que pronto tuvo que cambiar su logotipo a “El DDT” a secas pues según la Censura “en la España de Franco no existían las penas”... Quizá como resistencia pasiva, la frase desapareció, pero el logotipo siguió siendo el mismo y por tando “El DDT” quedó descentrado respecto a su marco original, durante muchos números. Y si “Pulgarcito” estaba dirigida a un público infantil y juvenil, “El DDT” intentaba captar el interés de sus padres. Y lo consiguió. Como hacía el mío, cuando los adultos compraban “El Cachorro”, “Pulgarcito” y “El Capitán Trueno” o “Vendaval” para sus hijos, muchos añadían “El DDT” para sí.
A mediados del año 1957, una parte de estos equipos artísticos se embarcaron en una arriesgada aventura para intentar escapar del férreo control de sus editores, viendo que su trabajo empezaba a alcanzar unas recaudaciones notables. Posiblemente no tan brillantes como ellos creían al tener que sostener una empresa de amplia plantilla. Seguramente, todos, cada uno en su terreno, intentaban lo mismo, sobrevivir en una época difícil haciendo lo que sabían hacer mejor.
Crisol, una empresa relacionada con “La Vanguardia” que deseaba competir con Bruguera, había tentado a sus mejores historietistas y logrado que algunos dejaran de trabajar para ella. Fueron presentados como “Los 5 Grandes del Humor”. Y así el 13 de junio de 1957 tras anunciarse varios días en la prensa, apareció en los kioscos “Tío Vivo”. La presentaba D.E.R. y editaba Crisol.
(SIGUE)
(CONTINUACION 1)
En su interior, los trabajos de un brillante grupo: Bajo la dirección de Conti, el gran Cifré, Peñarroya (Ambos realizarían todas las portadas a todo color) el excelente Escobar y el mejor autor del exitoso “Inspector Dan”, Giner. Además de Enrich, que todavía no había alcanzado su renombre. Todos a las órdenes del propietario José Freixa, que previamente había editado albumes para cromos y tebeos publicitarios y aprovechando que Bruguera en los últimos años había empeorado sus emolumentos y aumentado su control sobre sus trabajos, por la presión censora, logró que sus estrellas le siguieran.
Al estar diseñado por las mismas personas y aún gozando de una por lo menos teórica mayor libertad creativa, el nuevo “Tío Vivo” parecía otro producto de Bruguera. De hecho su paralelismo con el “DDT” era muy notable, empezando por el diseño de las portadas. Muy influidas ambas por la pubicación argentina “Rico Tipo”. Además, tampoco les interesaba demasiado apartarse mucho del modelo DDT que se había demostrado acertado y se intentaba aprovechar comercialmente.
Páginas de Chicas sugerentes, noticias humorísticas inventadas, páginas con varios chistes sobre un mismo tema, críticas de cine, etc. reproducían con otros títulos las secciones de su revista inspiradora. Pero quizás en lo que había más parecido era en las historietas. La más indiscutible “Tarúguez y Cia.” de Conti. Simple continuación de “Apolino Tarúguez y su secretario” que no debía tener registrada Bruguera o no se entiende que Conti se atreviese a tanto. Y “Lolita y Enrique se van a casar” de Giner, era un calco de “Matildita y Anacleto, el matrimonio completo” de Nadal. Peñarroya por su parte con “La familia Pi” daba otra versión de “Don Pío”. Fíjense hasta en la similitud de los nombres. Pero quizá fue Escobar quien creó los dos personajes más interesantes “Blasa, portera de su casa” y “El profesor Tenebro”, que en el futuro serían cuestionados por las nuevas normas de la Censura y antes de descafeinarlos, Escobar preferiría acabar con ellos como ya había hecho con “Doña Tula, suegra” anteriormente. Cifré creó “Golondrino Pérez” y “Rosalía” que recordaban a otros personajes suyos anteriores. Finalmente, quizá lo más original fuese la contraportada con seis chistes de personajes fijos, uno de cada autor, quesimilar esquema.
Como aporta años más tarde inspirarían a “El Jueves” la suya: “Solo hay una portada, pero teníamos más” de ción personal, puedo añadir que Bruguera saboteó la distribución de “Tío Vivo”. Pude asistir casualmente a una escena y confirmar luego lo mismo en otros tres kioscos relativamente lejanos entre sí: que los inspectores de la Editorial, obligaban a los kiosqueros a retirar de la vista del público el “Tio Vivo” bajo amenaza de no facilitarles en adelante Pulgarcito, DDT, El Cachorro y sobre todo “El Capitán Trueno” y las novelas de a duro que eran muy comerciales y redondeaban sus ingresos.
Bruguera ya había intentado previamente hundir el proyecto, enviando al abogado de la empresa, Francisco González Ledesma, para impedir que les concedieran el permiso de publicación. Como no lo consiguieron, forzaron a su equipo restante, creando dos publicaciones parecidas “Can Can” y “Ven y ven” para saturar el mercado del humor para mayores, aun al precio de perjudicar las ventas del propio DDT.(SIGUE)
(CONTINUACION 2)
Si a esto añadimos que las ventas de “Tío Vivo” quizá no habían permitido mejorar los estipendios de los artistas tanto como se les había prometido y que Bruguera les ofreció una tentadora cantidad en una oferta de las que no se pueden rechazar si volvían al redil, Conti, Peñarroya, Cifré y Escobar regresaron a la Editorial. La aventura duró un año, pero “Tio Vivo” sobrevivió a pesar de su ausencia bastante tiempo más, con otros dibujantes como Joso, Sabatés y Beltrán, dirigidos por Enrich que aportó su “Caco Bonifacio” e introdujo en sus páginas fotos de mujeres atractivas. Hasta el nº 181.
Pronto se reincorporaron a sus personajes y secciones de Bruguera, excepto Giner que no quiso aceptar. Y algo que no es muy conocido es que Nadal, que junto a Jorge, Schmidt, Vázquez y los recién incorporados Segura, Ibáñez y Gin sostuvieron la estructura editorial durante su ausencia, al conocer la pasta que recibieron los fugados galeotes para acceder a regresar, pidió a González que le dieran otro tanto, por haberse quedado y premiar así su fidelidad, pero como la empresa se negó en redondo, abandonó Nadal definitivamente Bruguera, para trabajar para el extranjero. Una repentina ausencia que siempre me extrañó y que no comprendí hasta que él la explicó en una entrevista. Fue en el verano de 1958. Y esa cantidad que no podía despreciarse ofrecida a los prófugos para su vuelta al redil causó la salida definitiva de Ángel Nadal, autor de “Pascual, criado leal”, “Don Cloroformo” y “Matildita y Anacleo” y “Las chicas de Nadal” sus principales creaciones para Bruguera.
Hubo un cierto malestar entre los fieles que se quedaron y no cobraron recompensas. Fue algo así como el regreso del hijo pródigo y los celos de su hermano fiel que se había quedado y salvado la hacienda de su padre en versión brugueril. Bruguera acabó comprando, además, la cabecera de “Tio Vivo” y la utilizó en varias etapas desde el paso de 20 páginas a 36 la mitad en color, creando las nuevas versiones de Pulgarcito, DDT, Tiovivo y Din Dan cuando se inauguraron sus nuevas impresoras. Y además el material de los prófugos publicado en esta primera etapa del semanario, aunque nunca lo utilizaron ni reeditaron.
Aunque aparentemente estos acontecimientos paralelos no tenían relación con él, sí que acabarían infuyendo en “El Capitán Trueno”. “Tío Vivo” a partir de su número 11 empezó a imprimirse en páginas alternas de dos en dos en negro y en Pentacromía con colores negro-amarillo-azul-rojo-rosado, sistema que al pasar a Bruguera se empleó en “Pulgarcito” y a partir de mediados de la aventura en Camelot en las páginas centrales dedicadas al “Capitán Trueno”, durante más de dos años.
Ambrós que había estado años trabajando por muy poco dinero en otras editoriales durante lo que él consideraba su aprendizaje, había conseguido entrar en Bruguera, y tras unos trabajos iniciales, logrado el enorme éxito del “Capitán Trueno”. Y pese a haber tenido sus primeros roces, al ver Ambrós que la Editorial acababa cediendo cuando realmente le interesaba conservar a alguno de sus dibujantes, en su mente se empezaron a fraguar sus sucesivas exigencias de mejoras salariales ante el asombroso éxito de su creación, que acabarían afectándola gravemente.
VÍCTOR TRUENO.
CORRECCIÓN.
Por un fallo en el traslado de textos, el anterior párrafo (CONTINUACION 1)ha quedado incorrectamente modificado.Debía decir lo siguiente:
Finalmente, quizá lo más original fuese la contraportada con seis chistes de personajes fijos, uno de cada autor, que años más tarde inspirarían a “El Jueves” la suya: “Solo hay una portada, pero teníamos más”.
Como aportación personal, puedo añadir que Bruguera saboteó la distribución de “Tío Vivo”. Pude asistir casualmente a una escena y confirmar luego lo mismo en otros tres kioscos relativamente lejanos entre sí: que los inspectores de la Editorial, obligaban a los kiosqueros a retirar de la vista del público el “Tio Vivo” bajo amenaza de no facilitarles en adelante Pulgarcito, DDT, El Cachorro y sobre todo “El Capitán Trueno” y las novelas de a duro que eran muy comerciales y redondeaban sus ingresos.
Mis excusas.
Amigo José Ángel, lamento no poder contestar tus preguntas, pues no adquirí ninguna de esas reediciones que te preocupan, pero quiero agradecerte una vez más tus cariñosas opiniones sobre mis aportaciones.
VÍCTOR TRUENO.
Muchas gracias víctor por tus artículos. Nos ilustran los entresijos de Bruguera.
Para cuando un libro con todos ellos?
Joan Carles
La entrada de Víctor Trueno, excelente como siempre, me ha motivado a leer "El invierno del dibujante", de Paco Roca. Este atípico cómic se centra precisamente en la fuga y el posterior retorno a Bruguera de Cifré, Conti, Escobar, Peñarroya y Giner (bueno, este último no volvió), e intenta retratar con detalle el ambiente que se respiraba en la editorial. Me gustaría saber qué opináis sobre este cómic y hasta qué punto es su contenido fiel a la realidad.
Saludos a todos!
Janpedru.
Tanto "El invierno del dibujante" como la película sobre Vazquez, retratan la vida en la redacción de Bruguera. Ignoro en qué grado de exactitud, uno es un còmic i el otro una peli, y por lo tanto se supone que siempre hay un grado de ficción, pero creo que en ambos medios se debe retratar bastante a la perfección.
Quizás el amigo Víctor Trueno, nos pueda ilustrar al respecto.
Joan Carles
Amigo Joan Carles: en efecto, ambos títulos están ambientados en la Redacción de Bruguera en los años en que se produjo nuestro Capitán Trueno.
“El invierno del dibujante”aunque lo vi
cuando apareció, no lo compré y por tanto no puedo opinar con fundamento sobre su verosimilitud. Como bien dices
en ambos casos debe haber una parte de ficción.
En cambio sí vi y por dos veces la película “El gran Vázquez” y
precisamente para comprobar que tal habían reconstruido
para la ficción los escenarios que yo pisé bastantes veces.
Argumentalmente creo que se acercaba bastante a las hazañas de Vázquez que me comentaron cuando acababa de hacer alguna de las suyas, como la del montón de hojas empaquetadas en que solo dibujó las 3 o 4 primeras y los “ribetes” de un par más dibujando solo las viñetas de los bordes dejando los centros en blanco y dijo tener prisa por cobrar (Y desaparecer)...
También en otra ocasión Perich, que dirigía el DDT, me recibió en la sala de los pupitres de los “galeotes” que comentaba el otro día y también aparece.
Quizás lo más distinto respecto a mis recuerdos era la pequeña habitación donde el cajero te hacía firmar los recibos-renunciando a todos los derechos y te pagaba. En la película tiene la taquilla que da dentro de la redacción y en la realidad daba a una ventanita de Caja en la pared de la Sala de Espera que estaba entrando a la derecha, y en la que pasé tantos ratos. Al fondo a la derecha una había la puerta que daba a una gran sala antes de llegar a la Reacción y a los despachos de dirección, aún más adentro.
En la película aparecen varios despachitos alrededor de una zona central con los redactores. Aunque respertaron su aspecto, separaciones de madera con vidrios en la mitad superior, que no llegaban al techo, esto era muy distinto.
En la realidad se trataba de 6 u 8 minidespachitos, con una mesa y tres butacas cada uno, en el centro de una gran sala, con una pared central que separaba los tres o cuatro recintos simétricos a cada lado. En algunos de ellos esperé varias veces a que mi amigo Vidal Sales acabara de dictar los textos a la secretaria que los escribía en una enorme y ruidosa máquina de escribir con la tipografía del Trueno Color o Jabato Color de la semana. Se oía perfectamente desde otro despachito vecino. Quizá los reformaron cuando dejé de ir por allí.
Los aspectos físicos de los actores no eran muy parecidos a los verdaderos, aunque González estaba bastante bien imitado. Por cierto, el Peláez que tiene su mesa a la puerta del despacho del gran jefe parece ser la caricatura de Bayona...
Y parece ser que Ángel Pardo que tampoco entregaba siempre a tiempo, era un modesto alumno del Tío Vázquez, según contó un compañero suyo de pensión que le salvó en alguna “desaparición”.
Pero en fin, como yo estuve muchas veces pero de modo intermitente en la Redacción, honestamente no puedo juzgar la vida cotidiana del día día.
Amigo Janpedru, tú que tienes fresco el cómic cuéntanos algún detalle que te haya hecho dudar de su fidelidad, por si puedo confirmátelo o no.
Gracias a los dos por escribir.
VÍCTOR TRUENO.
Aunque hace algún tiempo que no intervengo activamente, no por ello dejo de visitar con regularidad esta zona de discusión, con la esperanza de encontrar alguna entrada nueva.
Si bien es cierto que Manuel nos mantiene informados puntualmente de cualquier novedad que se produzca y en el foro hay un despliegue visual extraordinario, muy de agradecer, no por ello dejo de echar de menos esta forma de comunicación que yo considero como mas intimista.
Aquí es la palabra lo que cuenta. Ya sea expresando sentimientos, emociones o informando de hechos o acontecimientos nuevos o desconocidos para la mayoría de nosotros.
Quien no se ha emocionado alguna vez con las largas disertaciones de Gundar, los formidables relatos de Kang o las interesantísimas vivencias de Victor Trueno, plagadas de datos y explicaciones que al menos a mi me han dejado con la boca abierta en mas de una ocasión.
Y no es que quiera olvidarme de los demás, que me encantan vuestras intervenciones, solamente era por dar un ejemplo de lo que nos estamos perdiendo a lo largo de estos tres meses de inactividad total.
Tengo la esperanza de que esto sea debido más a una ya larga falta de novedades en torno a nuestro personaje, que a un cansancio y desinterés por el tema. Confío en que la pausa aunque larga será solamente eso, una pausa.
Porque sería una pena que se perdiera esa magia que aquí se había creado en torno a un personaje tan querido para todos nosotros, que había conseguido unir a un grupo de personas tan dispares, simplemente para conversar y pasárnoslo bien.
Si alguno pensáis como yo, o echáis de menos estas tertulias animad a los demás para que vuelvan a intervenir y entre todos podamos seguir disfrutando de este largo cabalgar de nuestro héroe, en tanto no se produzca alguna novedad, tan deseada por todos nosotros.
Respecto a mi entrada anterior quiero aclararos que en el momento de darle a la tecla para publicar me llevé una sorpresa tal, que no podía creérmelo. Estaba motivada, dicha entrada porque en mi ordenador no había ningún comentario nuevo desde primeros de marzo, y ahora como por arte de magia me aparecen los de abril y mayo. Perdonad por todo, pero lo primero es ponerme al día y daros a todos las gracias por "estar ahí"
Amigos Joan Carles y Victor Trueno, ante gracias por vuestras respuestas y vayan mis disculpas por tardar en dar señales de vida. Entre affaires de trabajo y familiares he estado bastante "secuestrado" las últimas semanas.
A diferencia de la película sobre Vázquez, me parece una apuesta comercialmente arriesgada un cómic como "El invierno del dibujante", sobre un grupo de dibujantes que, a fines de los 50, deciden irse de Bruguera para fundar su propia revista y así dignificar su trabajo y controlar su obra, y como la editorial torpedea el proyecto y consigue la vuelta al redil de parte de los disidentes.
La ambientación y el desarrollo de la trama me parecen muy buenos y los acontecimientos narrados coinciden en lo esencial con los hechos "históricos" conocidos y también con lo recordado recientemente por Victor Trueno en este
foro. El autor comenta que trabajó mucho la documentación, entevistando a protagonistas directos como Bayona, Nadal, Mora y Armonía. Además, el estilo gràfico empleado le da un tono de crónica histórica que refuerza su aparente credibilidad, pero me es difícil identificar hasta qué punto la ambientación puede ser o no correcta y qué puede ser o no ficción. Amigo Víctor Trueno, creo que seria muy interesante que pudieras echarle una ojeada al cómic y comentarnos tus impresiones. Si te parece bien, te lo podría enviar.
Eso sí, lo que despierta más mi curiosidad son el caracter y motivaciones que se atribuyen a los personajes, estableciéndose paralelismos y contrastes explícitos. Por ejemplo, se presenta a Rafael González como una persona que, para que su familia no tenga que volver a sufrir las privaciones que tuvieron en la posguerra, decide sacrificar su vocación de periodista y consagrarse en cuerpo y alma a su trabajo de dirección en Bruguera ... con el resultado de ser mal visto por sus trabajadores y acabar perdiendo a su família. En una ocasión, Mora le comenta a González que podría encargarse la confección de los guiones de El Capitán Trueno y El Jabato a otra persona y así él, renunciando a lo que lo gusta -escribir-, podría dedicar más tiempo a su trabajo de redactor-jefe; González le responde "Usted tiene talento escribiendo, señor Mora. Piense qué quiere que sea su vida. Piénselo bien antes de convertirse en un desgraciado." Otro paralelismo se establece entre Mora y Escobar: aunque de generaciones diferentes y momentáneamente separados por el "affaire" Tio Vivo, ambos son dos idealistas que se entienden muy bien, activos en el plano político y que pasan o han pasado por la cárcel. Como es natural, las anécdotas picarescas de Vazquez dan su jugo en el plano humorístico, pero también se atribuye a este personaje, aunque forzado por la editorial, el oscuro papel de delator de los planes de sus compañeros, por los cuales manifiesta sentir, en el fondo, una cierta envidia. Esta delación permite a la Editorial actuar con ventaja y, a la postre, vencer. Cerrando el círculo, se presenta a González y a Vázquez como dos personajes con caracteres diametralmente opuestos, pero que contra todo pronóstico se aprecian.
Gracias nuevamente y saludos a todos.
Janpedru
Amigo Elton60, me alegra leerte de nuevo, pues realmente tu ausencia ha sido larga. Y aunque no hayan sido los tres meses de sequía que citas por error, sí ha sido casi uno, exactamente desde el 22 de mayo al 12 de junio en que habéis vuelto Janpedru y tú a la Zona, que yo miro casi a diario, y me encontraba cada vez a mí mismo, el último comunicante. Me uno de todo corazón a tu defensa de esta sección y a tu petición de que escribamos más a menudo. Que sea solo una pausa, aunque ya van varias, en vez de cansancio, y se anime esta tertulia, como bien dices. Y no olvides visitar el Foro. Hay temas interesantes.
Gracias por tus amables palabras y un cordial saludo. VÍCTOR TRUENO.
Amigo Janpedru:
Sí, el de Tio Vivo es un tema interesante contemporáneo a mis primeros intentos de conocer Bruguera desde el otro lado del papel.
Para no repetirme de mi capítulo “La Rebelión de los Galeotes”, solo añadiré algunos comentarios a tus textos.
De hecho fue un satélite de “La Vanguardia” (“Crisol”) quien decidió intentar competir con Bruguera seduciendo a parte de su elenco. (No ellos.) Y la Editorial intentó evitar la salida del producto, que por otra parte, era una perfecta imitación de EL DDT, con sus mismos autores.
Bayona en 1957, que yo sepa era un amigo de Mora y puede que eventual colaborador externo. O sea que no creo que viviera desde dentro el episodio de Tio Vivo. De hecho no se incorporó a Bruguera hasta varios meses más tarde de la partida de Víctor Mora a París. Entonces y con su ayuda, González le admitió como su segundo.
Nadal sí fue un afectado directo por este asunto, pues se fue de Bruguera, al no cobrar como los regresados .
Tampoco parece correcto que sacrificase su vocación de periodista Rafael González. Era como buena parte de los redactores y dibujantes de Bruguera un expedientado político que no podía dedicarse al periodismo, por sus artículos en La Vanguardia en los años 30, que las pasó muy mal, llegando a ser repartidor y carbonero para sobrevivir. Tuvo la suerte de que Francisco Bruguera se fijare en él para intentar reflotar y renovar “Pulgarcito” y como lo logró, poco a poco se hizo imprescindible para los nuevos proyectos. Lo que abandonó para dedicarse a dirigir Bruguera fueron los guiones que escribía anónimamente para las historietas y las novelas de la Casa, bajo seudónimo.
El consejo a Mora que citas me recuerda uno que me dio a mí el Gran Jefe cuando le dije que había acordado con mi padre seguir estudiando hasta el Preuniversitario y luego decidiría si cursar una carrera o dedicarme a mi vocación editorial. “--Hágalo así, piense que ha tenido usted más suerte en la vida que la mayoría de los que trabajamos aquí. Y si entonces sigue interesado en este mundo, venga y dígame que podría hacer en Bruguera.” Me impresionó.
Aunque ese asunto de González y Mora quizá sea más posterior, de los tiempos de gestación del Trueno-Extra de cuyos guiones pasó totalmente, y antes de irse a Francia.
En cuanto a Escobar, sí sé que prefirió “matar” a Dª Tula suegra, Blasa portera de su casa y Profesor Tenebro antes que descafeinarlos por la censura.
Respecto al papel de delator de Vázquez, nadie me lo mencionó nunca, pero es posible que Crisol también lo sedujera para irse y en vez de aceptar, se chivara con el jefe. Lo cierto es que a pesar de su conducta poco admisible, González tuvo con él una especial y sospechosa tolerancia. Quizá solo aprecio profesional, a mí me aconsejaron que le imitase y oí que también se lo dijeron a Segura y al propio Ibáñez cuando se incorporaron. O no. Esto se trata en “El gran Vázquez” que esta noche emite TV3, por cierto.
Creo que si seguimos comentando pasajes del libro, quizá se anime un poco la Zona. Es un tema interesante. Como tú quieras.
Un saludo. VÍCTOR TRUENO.
Antes de entrar en materia quisiera enviar a todos un cariñoso saludo y mis mejores deseos. También expresaros que en ningún momento he minimizado la importancia de participar en esta zona de discusión (o en el foro) y que mi deseo es ir recuperando la asiduidad que nos caracteriza a la mayoría. Las circunstancias influyen, no solo a la hora de disponer de algo más de tiempo, sino para que uno se centre y se vea motivado a pesar de los obstáculos que supone el diario vivir. Y no cabe duda que la ausencia de novedades substanciales en torno a nuestro querido personaje, también influye. Quiero felicitar a Ramón y Víctor Trueno por su tercera entrega de TruenoFicción, realmente espectacular, así como a mi apreciado José Ángel por sus trabajos tan interesantes e interés personal. También a Elton60 por esa amable alusión, y obviamente al resto de truenófilos y foreros, que ya solo por serlo, tienen ese “algo” tan especial y característico. Y por supuesto, yo también echo en falta a unos cuantos asiduos cuya huella está ahí, indeleble.
Ya hace tiempo que salió a colación la obra “El invierno del dibujante” de Paco Roca, y que en su día comentamos ampliamente. Yo la había leído un par de veces, y volví a leerla con motivo a tantos comentarios, así que posiblemente vuelva a hacer lo mismo. A mí me impactó sobremanera, pues se presenta como un hecho verídico y en su momento también Víctor Trueno aportó algunos detalles que yo desconocía, como por ejemplo el número de “Tio Vivos” que aparecieron en su día de esa etapa. El capítulo “La rebelión de los galeotes” creo que coincide con la obra de Paco Roca, y en todo caso se complementa. No puedo afirmar a qué grado el relato en cómic es fidedigno, pero seguro que sí en lo que respecta al espíritu del mismo. En la contraportada del libro, Antonio Guiral escribió: “En la España de 1957 ser historietista era un oficio. No eran artistas, eran obreros de la viñeta. Cobraban a tanto por página –o por viñeta-, trabajaban a destajo, siguiendo unos patrones establecidos e inamovibles. Renunciaban a sus originales y a sus derechos de autor a cambio del parné. Y en ese 1957 ocurrió algo que quebró la monotonía y sembró la esperanza. Cinco extraordinarios historietistas, famosos por sus personajes, osaron rebelarse. EL INVIERNO DEL DIBUJANTE es una de las poquísimas aproximaciones a esta historia, a la de los historietistas y sus vivencias. Paco Roca lo ha hecho con cariño y respeto, pero también con verismo y coherencia con lo que explica. No todo es bonito, pero la verdad es a veces dolorosa”.
Sigue...
Como decía, lo volveré a leer. También voy a imprimir tu artículo, amigo Víctor, y adaptarlo al formato del libro para adjuntarlo en el interior, pues arroja mucha luz sobre el suceso. La parte triste, por así decirlo, o el poso amargo (en mi caso) es que una vez más se percibe el abuso de poder ante el trabajador, sea obrero, artista o artesano, y que por el maldito “parné”, termina agachando la cabeza y humillándose ante el poderoso. Recuerdo unas tristes viñetas donde se percibe al recordado Escobar hecho polvo y sencillamente humillado. Sí, es un tema que con la perspectiva del 2015 puede ser muy interesante. Como una de las grandes fábulas cuya moraleja penetra en lo más íntimo.
Antes comentaba sobre la ausencia de novedades respecto a Trueno, salvo las reediciones habituales. Lo celebro por aquellos que de forma tardía están recuperando las colecciones, pero claro, para quienes tenemos la obra completa y que además nos la sabemos de memoria, pues no supone gran aliciente. Pero como soñar no cuesta nada, cifremos la confianza en que para el próximo 2016, que se cumple el 60º aniversario de Trueno, se programe algo especial. Será un placer que la revista de AMIGOS programe algo especial, y que en algunos colectivos se realicen encuentros o exposiciones, pero lo suyo es que la Editorial, Ediciones B, también haga algo que reactive nuestras ilusiones. Siempre es motivo de celebración contemplar algo nuevo en las librerías o en las tiendas especializadas, ya que hablar del kiosco es historia pasada. Un fuerte abrazo para todos.
GUNDAR
Silencios. Perdón, Alfonso López y Pepe Gálvez. Hace 9 años ya. Pasaba yo de los 40, y el Capitán Trueno era mi personaje favorito, sí, lo coleccionaba con mimo y cariño, pero la vida me hacía estar más ocupado, ilusionado y preocupado por otras cuestiones, por lo que vivía ajeno a todo aquel presente del personaje.
Además, desde el 86 se me había quedado un gusto agridulce por no haber reconocido del todo a mi Capi en la revista “El capitán Trueno” y en los álbumes de Jesús Blasco a pesar de que los guiones habían sido escritos por Víctor Mora, sensación agudizada en el 91 y 93 con Burns. No sé, me agradaban los argumentos, pero ese no terminaba de ser mi Capi, podía ser cualquiera, llegué a pensar que hasta era un truco editorial. Por si fuera poco, por medio quedaba la ilusión destrozada, peor que una desilusión, de la desaparición de Aventuras Bizarras justo cuando más les estaba cogiendo el saborcillo. Y después, en el 99, habían llegado los Fans y aquellas “extrañas” portadas de Rafa Fontériz con las que tanto tardé en familiarizarme...
Silencios. Perdón, Alfonso López y Pepe Gálvez. Hace 9 años ya. Pasaba yo de los 40, y el Capitán Trueno era mi personaje favorito, pero no terminaba de entender y aceptar su devenir en los últimos años cuando un amigo me llamó para decirme que había salido ¡una nueva aventura del Capitán Trueno! Tras el júbilo inicial, ya me avisó que era un poco rara. La pedí, la compré... y quizás muy influenciado por todo lo relatado en el párrafo anterior, no le di oportunidad. ¡pero qué es esto! ¡este sí que no es mi Capi! ¡y encima está con Goliath, cargándose lo que todos sabemos sobre cómo se conocieron, mucho más tarde! ¡y se llama Guillem! ¡pero qué es esto! ¡pero qué es esto! y no le di oportunidad, ni de leerlo, ni siquiera la de estar en la estantería con el resto de los Truenos. Y así tres o cuatro veces durante algunos años, reconociendo, hoy, que caía en mis manos y lo intentaba en esos momentos inoportunos y menos adecuados en los que por cansancio u otras preocupaciones no tienes muy claro qué hacer o leer..
Silencios. Perdón, Alfonso López y Pepe Gálvez. Hace poco más de un año. Gundar había insertado un tema “Traumas Psíquicos” y en él escribí un comentario del que estoy profundamente arrepentido: “Y en cuanto a los dibujantes... la verdad es que "de más joven" sí que me decía a mí mismo: -Pues sí que está raro el Capitán en estos dibujos. Pero, bueno, sin más... Mi verdadero trauma con el Capitán ha sido "Silencios". Tiene muy buena crítica, y traté y trato de entenderlo como lo intento con esos cuadros que aunque no me van, intento conocer el motivo por el que están colgados ahí... Pero nada, con "Silencios" no puedo, no puedo identificar a ese personaje con mi-nuestro Capitán.”.
Silencios. Perdón, Alfonso López y Pepe Gálvez por aquella entrada, por no haber entendido vuestra obra de arte hasta prácticamente esta semana, en la que, lector más maduro, he disfrutado de vuestra historia en una primera lectura, y he vuelto a gozar al releerla a pesar de que se me cerraban los ojos por cansancio. Muy tardía, pero enhorabuena, muy tardías, pero gracias. Y perdón, un perdón muy sincero por aquellas ignorantes y erróneas sensaciones y palabras.
P.D. Y mientras pensaba la posibilidad de escribir estas palabras en la zona o en el foro con imágenes, casualidades de la vida, el bueno de Manuel inserta la exposición de Alfonso López...
José Ángel
Hay cosas en la vida que no dejan de ser chocantes. Conocí a Alfons López a principios de los años 70, junto a Francisco Pérez Navarro, entre otros, casi siempre esperando a Antonio Martín, que solía llegar con bastante retraso a las citas. Ahora, que conozco su inacabable curriculum, no me extraña, dada la cantidad de teclas que tocaba, pero entonces éramos unos impacientes jovenzuelos entusiastas del cómic con prisa para hacer muchas cosas y entreteníamos esas esperas hablando de historietas.
Ambos eran algo más jóvenes que yo y desde luego mucho más politizados. Y entre los temas había uno en que no coincidíamos: Bruguera. Para ellos era el máximo exponente del capitalismo empresarial, mientras que yo admiraba su aún creciente expansión y organización, y era menos consciente de su aspecto social. Y dada mi defensa del Capitán Trueno, en pocas cosas favorables coincidían conmigo. Pero la vida da muchas vueltas y curiosamente ambos acabaron trabajando más que yo en productos para Bruguera, sobre todo Pérez Navarro.
Pasaron los años y no seguí los pasos de López, hasta que un día apareció “Silencios” y hasta llegué a dudar que el Alfons López que firmana sus dibujos fuese el mismo que denostaba Bruguera y no daba ningún valor a Trueno. Entre otras cosas mi duda se basaba en que en mis recuerdos su estilo gráfico (a veces me mostró algunos de sus trabajos para “Butifarra” revista de humor y crítica social que impulsaba) estaba infinitamente más cerca de Óscar o Ivá, de "El Papus" o "Por Favor" que de mi admirado Ambrós. Y a priori me parecía imposible que le hubieran confiado una nueva aventura de nuestro héroe.
Le dí un vistazo y aunque había mejorado mucho desde la etapa anterior y ahora utilizaba el color, francamente, no entraba ni de lejos en mi concepto gráfico del personaje. Además leí que el guión de Pepe Gálvez también se apartaba totalmente de los orígenes de Trueno, tanto de los españolistas de Ricardo Acedo como los catalanistas del Víctor Mora de aquellos años. Así que no lo compré, y por tanto no puedo opinar del producto en profundidad.
Me olvidé del asunto, pero hace unas semanas, cuando Ramón y yo estábamos componiendo la penúltima ilustración para “TruenoFicción” 3, no quisimos prescindir de su versión en la mesa de todos los Truenos modernos. Y allí aparece con su extraño aspecto.
Pero días después, el 18 de junio, apareció en “El Periódico” un artículo de Anna Abella titulado “”Butifarra”, cómic y denuncia” comentando la aparición del libro comnemorativo de su 40º aniversario. (¿¡Han transcurrido 40 años ya?!)
Y horas más tarde, al consultar el blog, veo que MDíaz le ha decicado la entrada, presentando el excelente catálogo de la exposición de Alfonso López de 2012 en Lérida.
Y al abrir la Nueva Zona de Discusión encuentro tu magnífico artículo, amigo José Ángel... ¿Me persigue el espectro de Alfons López?
A medida que lo voy leyendo, vas describiendo perfectamente una a una mis reacciones ante todos los intentos, Blasco, Burns, Bizarras, Fontériz, López, Guillem. ¿Pero qué es esto?!..
Imposible identificación de este Guillem con nuestro Trueno...
Ahora parece que le has cogido por fin el sentido. Me alegro por ti.
Sin negar la categoría artísica del López actual dudo que me pudiese pasar algo parecido, de leerle ahora por primera vez. Pero mejor para ti. Mi fijación icónica por las formas ambrosianas me lo impediría.
Opiniones aparte, creo que deberías escribir más textos como éste, aunque tus creaciones gráficas supongo que te deben dejar poco tiempo libre ya. Un afectuoso Saludo. VÍCTOR TRUENO.
Algo tardiamente, quiero felicitaros amigos Ramón Ortiz y Víctor Trueno por la tercera entrega de Truenoficción. Aparte de un interesante texto que rememora lo que, quien mas quien menos, ha vivido algo parecido con los compañeros partidarios de uno u otro heroe en la época de los kioscos multicolores. Aprecio una gradual mejora de las ilustraciones que simbolizan estas apasionadas preferencias. Si las primeras están bien, cada una va superando a las anteriores y llega al sumum cuando se materializa la reunión de todos los Capitanes Trueno posteriores al Trueno Color. ¡Que gran idea ver todos los replicantes del heroe de una sola tacada! Pese a la oposición general a las caras recortadas de Ambrós, estas 11 caras distintas a las que podríamos añadir la casi treintena de Bruguera demuestran que habría sido imposible mantener la identidad física de los protagonistas sin las exigencias de la Editorial. A destacar la magistral composición de esta escena de Ramón y la selección adecuada de los fondos reales anteriores. Y sugestiva la pregunta final. Todos estos “Truenos” eran él mismo, ¿o los miembros de esa Orden de Caballeria que Trueno soñó un día fundar?
Y como dice el anuncio de TV ¿Me permiten que insista? ¿No podriais continuar las portadas para el “Especial Coleccionistas” de las aventuras restantes de los cuadernos de Ambrós?
Y muchas gracias a ambos por brindarnos estos preciosos momentos en honor de nuestro heroe favorito. Ivanhoe II.
Hola amigos! muy-muy tardíamente (hacía más de 1 mes que no leía la zona de discusión por falta de tiempo): me alegro mucho, José Ángel, de leer tu comentario. No tanto porque te metas en el "redil" de los que nos gusta Silencios, sino porque creo que honra muchísimo a una persona el ser capaz de cambiar una opinión o un criterio, y manifestarlo de forma tan sincera y sin tapujos. Denota honestidad a prueba de bombas.
Por otro lado yo también me leí El Invierno del Dibujante de Paco Roca, y me encantó. Creo que se nota bastante que se hizo con inmenso cariño y con un gran trabajo de documentación histórica y periodística detrás. Os lo recomiendo a todos.
Por cierto, me gustaría tener una biografía lo más completa posible de Marta Cardona, la colorista del Trueno de los 80. ¿Alguien sabe dónde podría encontrarla? en google no he encontrado nada...
“EL CAPITÁN TRUENO Y YO” ( )
“DUDAS Y TITUBEOS DE RODAJE”
La decisión de explotar a lo grande el enorme éxito de “El Capitán Trueno” se había tomado en firme. Y Bruguera confiaba en que Ambrós actuaría como director artístico y controlaría a todos los demás colaboradores que lo dibujarían, cuidando que sus versiones del personaje no se apartaran excesivamante del universo gráfico que él mismo había creado.
Él continuaría dibujando los interiores de los cuadernos a lápiz y acabando todos los rostros y las portadas a tinta, como venía haciendo en los últimos tiempos y, además, crearía las portadas de la nueva revista “El Capitán Trueno-Extra” y las de los números especiales.
De hecho empezó a hacerlo. Yo vi sus cuatro primeras portadas destinadas a los primeros números, cuyos interiores confiaron a Adolfo Buylla. Un dibujante de nombre conocido por el éxito de su personaje anterior “Diego Valor”, pero con un estilo tan distinto del de Ambrós que yo nunca le hubiese elegido nada menos que para empezar una nueva serie del Capitán Trueno.
Pero como vimos en el Capítulo XVII, aunque los platos de la balanza parecían equilibrados, debían tener sus dudas y quizás mi reacción les decidió a optar por otro autor que al menos en las primeras páginas mimetizaba mejor el estilo del maestro, y lo inició Claudio Tinoco. El problema fue que Ambrós quiso imponer su enésimo aumento de sueldo, pero Bruguera ya no estaba dispuesto a ceder de nuevo, y voluntariamente, Ambrós fue apartado del proyecto por su propia decisión/amenaza.
Aunque el maestro ya había dibujado las portadas del Extra de Verano 1959 y del Almanaque para 1960 cuyos interiores acabó ilustrando Tinoco siguiendo algunas pautas suyas, que serían las primeras páginas de su colección de láminas de despedida, ahora ya no se podía contar con él en absoluto, pues había abandonado la Editorial.
Pero las aventuras de Buylla que ya contaban con portadas de Ambrós para inaugurar la colección “El Capitán Trueno-Extra” debían ser sometidas a una total operación de cirugía estética para intentar que por lo menos los rostros de los protagonistas, tan distintos a los suyos, pareciesen de su creador, en un proceso largo y minucioso que habría retrasado la aparición de la nueva serie.
Para evitarlo, había que optar por otro autor y como los números especiales de Tinoco con portadas de Ambrós no habían funcionado mal, pese al chasco de sus interiores, se decidieron a empezarla con sus tres historias ya disponibles. Pero se planteaba el dilema de quien dibujaría sus portadas, ya que Tinoco no se atrevía con grandes dibujos y Ambrós se negó a continuar haciéndolas.
A falta del maestro, el sustituto más adecuado era su entintador Ángel Julio Beaumont. Pero éste estaba cubriendo las páginas dobles para “Pulgarcito” y le habían encagado un par de aventuras para la serie Extra, que estaba realizando cuidadosamente para convencer al Sr. González de que él podía realizar la serie del cuaderno de un modo más cercano a la etapa Ambrós+Beaumont que el actual encargado, Ángel Pardo. Así que quien en principio parecía menos ocupado era éste último: Pardo. No se comprende que se acabase confiando las cubiertas a quien había causado un bajón de ventas del cuaderno por su estilo tan lejano del del creador del personaje. Solo el desestabilizante mazazo del retiro de Ambrós justo en el momento más delicado de la operación expansiva puede explicar un sinsentido semejante.
(SIGUE)
(CONTINUACIÓN 1)
Había que aparecer en la fecha señalada y seguramente González aún confiaba en que Pardo poco a poco lograría acercarse más al estilo original.
Realizó las cinco primeras portadas de la colección para los primeros relatos de Tinoco, pero las ventas, menores a las esperadas, aconsejaron sustituirle definitivamente por Ángel Julio Beaumont que cubrirá todas las restantes portadas del año 1960.
El plan de edición para los interiores era que cada 5 números del Extra formaran dos aventuras completas. (Posiblemente por si en el futuro convenía formar tomos de 64 páginas con las 60 de Trueno, suprimiendo los actuales complementos, más 4 de presentación, siguiendo la estela de los antiguos “SuperPulgarcito” y “Ases del Humor” que agrupaban y reeditaban con bastante éxito muchas aventuras de un mismo personaje de “Pulgarcito”.)
Lo demuestra el hecho de que las dos primeras aventuras de Buylla completaban 60 páginas, pero no eran de 30+30 sino que la primera era más larga que la segunda. Si las 5 revistas eran del mismo dibujante eso no importaba mucho, pero si cada aventura era de un ilustrador diferente y las necesidades de entrega obligaban a intercalarlos, se precisaban unas normas fijas que lo facilitaran. Así nació la regla de que cada seis páginas debían formar un semiepisodio acabado en una escena culminante que permitieran agruparlas en 12+12+6 en los tres primeros números del futuro tomo o bien en 6+12+12 si eran los últimos, de modo que en el tercer número acabara la primera historia pero dejaba bien encarrilada la segunda, para obligar al lector a comprar los dos siguientes. Era una versión restringida del eterno “Continuará” del cuaderno.
Pero el estudio cuidadoso de los 25 primeros “Trueno Extra” nos rebela que estos primeros titubeos y cambios sobre la marcha provocaron una serie de curiosos desajustes y correcciones, a veces bastante notorios, que nunca se han comentado.
El proyecto teórico inicial habría sido así:
1.-Los Tártaros atacan. 2.- Muerte en las montañas. 3.-La gran Batalla. 4.- El lago de los duendes. Y 5.- Lucha en las profundidades. (Todas de Buylla.) Forman el primer posible “tomo”.
6.- Tierra de esclavos. 7.- La galera de la muerte. Y 8a.- Esclavos en libertad/8b La posada fatídica. (De Buylla y la segunda mitad de Tinoco.) 9.- El castillo de Braunberg. Y 10.- Conjura Tenebrosa. (El 2º “tomo” mixto. Buylla-Tinoco)
11.- La astucia de Giaffar. 12.- En la lucha final. 13 y 14.- El Madji ataca. 15.- La cautiva del Madji. (“Tomo” 3º todo de Tinoco.)
16.- Lucha en el desierto. 17.- La Momia ataca. 18.- La tumba de Merikare/El rapto de Sigrid. 19.-El Lobo del Norte. y 20.- Al borde de la Muerte. (El 4º “tomo”, todo de Beaumont.)
21 y 22.- Plaga mortal. 23a- Eternos Enemigos.(De Beaumont) 23b y 24.- Teodulfo el Terrible. Y 25.- Duelo de Colosos. (De Casamitjana.)
Pero al pasar las tres aventuras de Buylla casi al final, (nºs 16 a 23) excepto ellas, al ser número impar, todas las historias que tenían cierta continuidad con las precedentes quedaron desaparejadas y sus segundas partes pasaron al “tomo” siguiente.
(SIGUE.)
(CONTINUACIÓN 2)
Así los antiguos nºs 11 a 15 de Tinoco, que tienen un malvado común, el Capitán Satanelli, fueron separados entre sí y ocuparon los nºs reales 3b, 4 y 5 la primera mitad y los nºs 8b, 9 y 10 la segunda, porque entre medio se publicó la primera aventura de Beaumont “La tumba de Merikare” en los nºs 6, 7 y 8a. Ello obligó a justificar un improbable reencuento con Satanelli de nuevo en Venecia tras esta historia, cuando nuestros amigos habían regresado a Palestina y luchado de nuevo junto a Ricardo Corazón de León con quien compartieron el tesoro de Merikare. Para disimular, se convierte a los venecianos en cruzados de un puerto del Mediterráneo y ya en alta mar, “Ninguno de nuestros amigos sospecha que en el barco viaja oculto un antiguo enemigo aguardando la hora de su venganza. Se trata del Capitán Satanelli que ha conseguido infiltrarse subrepticiamente en el bajel.”
Como el intercalado de esta segunda parte de Satanelli en Venecia impedía que la aventura del “Lobo del Norte” continuara correctamente de la de Merikare, se tuvo de inventar de nuevo un entreacto bastante surrealista en el nº 11, cambiando el resumen y el dibujo inicial y convirtiendo a Ricardo en Olaff el jefe del poblado de los marinos pescadores de Thule que comparte con Trueno un improbable “tesoro” que nadie dice de donde ha salido.(!) (En el rotulado de la viñeta 2 “con Olaff” se nota que es un parche corrector mal alineado y aunque a Ricardo le han cambiado el tupé por un flequillo y borrado su escudo en las viñetas 2 y 4, en la 3 lo conseva así como el tupé. Si alguien lo duda, que compare esta viñeta 3 con la nº 4 de la página 6 del nº 8 “La tumba de Merikare.” y reencontrará el mismo Ricardo Corazón de León.
Por otro lado, la segunda parte del Capitán Satanelli acaba con el rescate de Sigrid y el regreso a Europa de los cuatro protagonistas en bajel y empalmaría correctamente con la aventura de “Teodulfo el terrible” de Casamitjana que se inicia con todos en un barco rumbo a España. Pero el intercalado de la aventura del Lobo del Norte, rompe de nuevo la correcta continuidad.
Todas estas dificultades aconsejaron que a partir de entonces todas las aventuras fuesen completas y sin relación con otras anteriores para evitarse problemas en el orden de publicación, rompiendo la eterna continuidad típica del cuaderno, que en principio emulaban parcialmente.
En fin, dudas, titubeos, chapuzas y pegotes correctores que lastraron el ya de por sí difícil rodaje del proyecto de la expansión del Capitán Trueno sin su “padre” Miguel Ambrosio.
VÍCTOR TRUENO.
Es muy interesante todo lo que cuentas, amigo Víctor Trueno.
Mil gracias por compartir estos conocimientos del hacer editorial de Bruguera con nosotros.
Muy agradecido por estas explicaciones de los entresijos de Bruguera.
Por cierto Víctor, piensas publicar todas estas memòrias y anécdotas en un libro?
Joan Carles
Estimado Víctor Trueno, como siempre súper interesante, lastima que te prodigues tan de tarde en tarde, ya me gustaría tener tan buena memoria.
Un fuerte abrazo, Fernández.
Amigo MDíaz, es un placer compartir con vosotros estos recuerdos y estudios más o menos curiosos sobre las primeras andaduras de nuestro héroe. Uno intenta reanimar un poco estas secciones que están demasiado frenadas. Pero como veis sin mucho éxito. Por ello muchas gracias a quienes habés respondido. VÍCTOR TRUENO.
Amigo Joan Carles, gracias también a ti por responder. La intención sí es sacar un libro con todas las aportaciones que ya conocéis algunas bastante ampliadas y muchas otras que reservo para poder ofrecer temas inéditos a los posibles lectores.
Una buena fecha sería en mayo del 2016 cuando se cumpla el sesentenanio del Capitán Trueno. Pero para ello sería necesario algún editor interesado, empezando por B. Aún queda tiempo pero ya no se puede esperar mucho más.
Ojalá que alguien me lo proponga en este correo, pero no parece una época muy optimista en este mundillo editorial.
Saludos. VÍCTOR TRUENO.
Me alegra leerte de nuevo, amigo Fernández y de que te parezca que me prodigo poco. Yo a veces temo cansaros, pues ultimamente he vuelto a intervenir más. Supongo que estarás al corriente de la serie “TRUENOFICCIÓN” que publicamos en el Foro con la inestimable colaboración técnica de nuestro amigo Ramón Ortiz y que toca temas complementarios a mi primera serie “Trueno y yo” y presenta algunos proyectos que no fructificaron y versiones alternativas de algunas portadas y otras renovadas (Las horribles de los cuadernos de Beaumont) y otras completamente imaginarias, siempre, eso sí, intentando recuperar el colorido y el estilo de Bruguera en los años dorados de Trueno. En cuanto a mi memoria, es bastante mejor sobre temas de mi juventud que la de los años recientes, pero por ahora no puedo quejarme.
¿Ya has completado tu versión de Chandra? A ver si te podemos leer más a menudo, buen amigo. Un abrazo.
VÍCTOR TRUENO.
Estimado Víctor Trueno:
En lo que a mí se refiere no me canso nunca de leer noticias relacionadas con el Capitán Trueno, siempre que tengan un mínimo de veracidad, y por lo general tus textos me suelen parecer bastante interesantes. Por lo que espero te decidas a publicar tus textos relacionados con “TRUENO”, ampliamente ilustrado,
Por supuesto que sigo la serie de “TRUENOFICCIÓN” y lamento no poder expresar mi parecer por falta de conocimientos informáticos para poder participar en dicha página.
Al amigo Ramón ya se lo he comentado personalmente por teléfono.
En cuanto a mi trabajo relacionado con la aventura “CHANDRA, EL USURPADOR” la verdad es que no tengo nada nuevo, como comprenderás es todo un trabajo de chino, y ya no tengo veinte años amigo Víctor, la vista cada día la tengo más cansada y el pulso también me esta fallando y este trabajo requiere la máxima pulcritud. Por lo que es mejor dejarlo para las nuevas tecnologías y aquellos que saben dominarlas.
Un cordial saludo, Fernández.
Yo te animo, Víctor, a que hagas material publicado todos los maravillosos textos que has sembrado por aquí. No lo veo tan difícil, en los últimos años han aparecido unas cuantas cosas relacionadas directamente con Bruguera: libros monográficos de la editorial, El Invierno del Dibujante, El Gran Vázquez... así que un buen tratado sobre los entresijos de la editorial creo que tendría salida. Y si no, hacemos un crowdfounding y lo movemos a base de mecenazgos, que está muy de moda y funciona.
Supongo que nadie me ha comentado nada sobre la reseña biográfica de Marta Cardona por no tener datos; en cualquier caso hago rellamada: si conocéis algún sitio en la web o tenéis información al respecto os agradecería la pusieseis en común. ¡Gracias!
Amigo José Fernández. Me alegro de volver a leerte. Y como le dije a Joan Carles me gustaría conmemorar el 60 aniversario con un libro sobre el capi. Pero eso depende de encontrar editor. El material existe, además del aparecido aquí. Gracias por animarme a hacerlo. Siento que la salud te haya impedido terminar tu magnífica versión de "Chandra". Es lo malo de ser tan "Jóvenes". Un abrazo.
VÍCTOR TRUENO.
Amigo Oscar J. Siento no poder ayudarte con el Asunto de Marta Cardona. La verdad es que antes de Tonio Bernal y sus portadas para novelitas de a duro y Trueno color y posteriores nunca supe quien coloreaba las portadas. Había alguien en las imprentas que interpretaba las indicaciones que acompañaban a las cubiertas en B/N y usaba tramas para formar los colores, pero nunca supe su nombre. Posteriormente se generalizó el color directo y a esa etapa supongo que pertenece Cardona. De todos modos si en Google buscas Coloristas- Marta Cardona- Bruguera apareces bastantes entradas sobre ella, y B, Planeta etc. aunque supongo que ya lo sabrás. Gracias por tus ánimos e ideas para la publicación de mis textos por métodos más actuales. Se intentará. Saludos. VÍCTOR TRUENO.
Hola amigos.
Sólo decir que he publicado un par de mensajes nuevos en el FORO, referentes al tomo nº 12.
Como no sabía dónde publicarlos,si aquí o allá, pues lo hice allá, pero no confío en que se lean porque por lo visto no está muy activo el foro.
En mi opinión no debería diversificarse tanto esto, porque no sabemos dónde publicar las opiniones. O una cosa u otra, pero no dos sitios para publicar. El foro está bien porque además de opinar se pueden publicar fotos y demás material gráfico que aquí es imposible.
Bueno,era sólo una sugerencia
Un saludo
Zampalotodo
Víctor, sabiendo la cantidad de material y anécdotas que tienes para el futurible libro, y conociendo el interés que despiertas aquí en el foro, ¿has pensado en una especie de autoedición del libro?
Es decir, ¿sería posible algo así como una edición sufragada por todos los interesados en el posible libro? Sería algo así como hacer un presupuesto de lo que costaría editar el libro en equis ejemplares, a tu gusto y con tus indicaciones, y ver a cúanto saldría cada uno de los ejemplares, y sumarle tu ganancia. De esta forma se podría hacer un llamamiento por internet y que cada uno anticipara el pago de los ejemplares que quisiera, para que la edición se pueda llevar a cabo sin problemas. No sé si me he explicado
Perdonar la intromisión en esta cesión, pero quiero informaros por si fuese de vuestro interés.
Vendo el siguiente material de El Capitan Trueno y Jabato: TRUENO COLOR Colección Superaventuras Extra (Tomos de tapas blancas) nº 1 al 11.Completa. Bruguera 1969.
Aventuras del Capitán TRUENO Extra Especial (Tomos de tapas rojas) nº 1 al 8.Completa, Editorial Bruguera 1970.
AVENTURAS DELJABATO EXTRA ESPECIAL (Tomos de tapas rojas) nº 1, y del 3 al 8. Bruguera 1970.
Precios a convenir mi teléfono: 672249697
Preguntar por Antonio
Amigo Zampalotodo. Muchas gracias por tu sugerencia de autoedición. Me parece una buena idea, aunque en principio preferiría intentarlo para el 60º Aniversario de Trueno por el cauce tradicional. En caso de no ser posible, podría entonces estudiarse, aunque tampoco sería sencillo, me temo. Eres muy amable por pensar en ello. VÍCTOR TRUENO.
Yo también te animo, Víctor. La verdad es que la intentona en el 60 aniversario es tentadora, yo creo que ahí habría una oportunidad muy real, no lo había pensado. Si no, lo del crowdfunding que propone Zampalotodo es muy buena solución, se hace ahora en muchos ámbitos y he visto proyectos o cosas que en principio no parecían tener mucha salida llegar a muy buen puerto con este sistema.
Antonio: tienes en esta misma web una sección de compraventa entre particulares.
Saludos
¡ Y yo! Me parece una gran sugerencia la de Zampalotodo, y un gran redondeo lo de Óscar. Hace ya tiempo que la idea de este libro de Víctor es un sueño que habita en este foro, y los sueños hay que convertirlos en realidad antes de que se esfumen como las nubes... Además, al no limitarse solo al Capi sino ser una visión mucho amplia, la de los entresijos de Bruguera, los interesados podrían ser muchos más que los que por aquí pasamos disfrutando de Víctor.
Mucho me pega que Víctor busque la perfección y los detalles en todos y cada uno de los aspectos, lo que me parece estupendo, pero se podría comenzar por algo más modesto como primer paso, que más vale algo que nada... vamos, aquello del ya anacrónico pero certero "más vale pájaro en mano..." Un abrazo para todos
José Ángel
Gracias también a vosotros por los ánimos, Oscar J. y José Ángel. Llegado el caso os lo diría. Pero el libro no está ni mucho menos completado, ni tan solo a nivel de textos.
Bueno, aún no pienso “esfumarme” aunque a estas alturas de la vida nunca se sabe. Pronto empiezo la tanda anual de revisiones y alguna intervención. Y estoy metido en un par de proyectos que me interesan mucho, pero son forzosamente lentos.
Gracias por ver ampliado el campo de posibles lectores interesados en mi libro. Trueno, Bruguera, acontercimientos, cine y música contemporáneos a la producción de la época clasica del personaje, solo pretenden dar una visión bastante personal de aquellos duros años. Un abrazo. VÍCTOR TRUENO.
Circunstancias personales por una parte. La edad y la salud por otra (qué pena de cuerpos, como decía Lina Morgan) y problemas de tipo técnico que no faltan, al estropearse mi ordenador, me han mantenido un tanto alejado de esta bendita tertulia, foros y zonas de discusión. Por fin con un nuevo equipo y con muchas ganas de meterme en ambiente, aquí estoy de nuevo, pero con un problema que espero solucionar tan pronto como pueda. Y es el de ponerme al día con los temas tratados en estos últimos meses. En la zona de discusión, a simple vista no hay tanta densidad como creía, si bien ya me estoy relamiendo con las entradas de Víctor Trueno así como del resto. Pero donde veo que hay mucho que leer y visionar es en los foros, sobre todo con respecto al “apaisamiento” de las páginas centrales de Pulgarcito. He echado un vistazo por encima y lo que he visto ha sido impresionante, de verdad. Todo, todo esto, es para ir asimilándolo poco a poco. Por otro lado ya puedo ir pasando a limpio mis apuntes –ya no tan recientes- de mis análisis de las aventuras del Trueno Extra. Aprovecho para enviar un saludo, y un fuerte abrazo a todos, tanto a los viejos como a los nuevos amigos que leéis e intervenís en esta página. GUNDAR
¡Qué agradable sorpresa, Gundar! Bienvenido de nuevo a estas páginas. Hacía tiempo que se te echaba de menos. En cuanto a ponerte al día, poca cosa en la Zona, y como bien dices la gran novedad de estos días es la nueva versión digital que el amigo Manuel V. nos está ofreciendo en el Foro del material de Pulgarcito. Incluso está recoloreando muy bien los episodios de Beaumont, que no fueron reditados por B. Y el material visto al tamaño del monitor es una nueva experiencia para los de papel de toda la vida. Espero la continuación de tus comentarios del “Trueno Extra” y que te vayamos leyendo. Un abrazo. VÍCTOR TRUENO.
¡Jo que sí, Víctor! qué alegría la de poder volver a leer a Gúndar... y si ahora estoy escribiendo este comentario es porque él ha vuelto a tener problemas con el ordenador , pero en cuanto los solucione, en cualquier momento, tiene preparadas tres entradas de las suyas que está deseando subir... Así que mi consejo es que estemos atentos a esta zona.
Y, por cierto, lo de Manuel increíble, aunque sea un pesado seguiré aprovechando cualquier momento como este para agradecerle lo que está haciendo.
Un abrazo para todos. Pronto volveré a tener otra vez tiempo para ir terminando temas incompletos del foro y alguna otra sorpresillla.
José Ángel
BORGER, EL BANDIDO (Trueno Extra 216-218).
A punto de entrar en la primavera de 1964, esta es la aventura que presenta Bruguera en la revista Trueno por todos los kioscos de nuestro país, satisfaciendo una vez más a toda una legión de lectores, entre los que -más de 50 años después- prevalece en el presente una nutrida representación de los mismos.
Encontramos a nuestros amigos enfrentándose a “un violento temporal en agitadas aguas del Mar del Norte”. Asistimos a un relato bastante enrevesado y difícil de sintetizar, escrito por Ricardo Acedo y dibujado por Vicente Torregrosa, de quien apenas tenemos datos biográficos.
Tras el violento naufragio y después de horas, el Capitán aparece solo en la playa preguntándose qué ha sucedido. Un grito de auxilio le lleva hacia un lugar donde un hombre atado en un poste dentro de una pequeña laguna, se ve asediado por hambrientos cocodrilos. Después de salvarlo, el susodicho reacciona de una manera insólita: un puñetazo en el estómago y otro en el rostro, dejan a nuestro héroe desconcertado. Estando a punto de sucumbir bajo el filo de su propia espada, la aparición de unos jinetes (los hombres de Tholen) resulta providencial para el Capitán. Éstos hombres acusan ahora a Trueno de liberar a Borger, el traidor, y ahora es apresado y llevado ante la presencia del Señor de Tholen, quien le dirá: “…no sólo te niegas a revelar el escondrijo de Borger, sino que pretendes engañarme con una patraña”. Y en estas condiciones es llevado a la sala de tortura. Sólo la intervención de Gúdula, la bella hija del Señor de Tholen, salva a Trueno de ser ensartado por un panel de puñales en el crítico momento. La actitud de Trueno hace que se gane el favor del Señor de Tholen.
Por otro lado Crispín y Goliath, que han tenido un encontronazo con los esbirros de Borgen, fingen unirse a él y asaltar la fortaleza del Señor de Tholen, ignorando que su amigo se encuentra en ella. Pero Trueno ahora ha de enfrentarse con la traición de Tajen, quien espera casarse con Gúdula y hacerse con el poder. Y como es de suponer, los mamporros que tendrán lugar en el desenlace de la aventura, colocarán las cosas en su sitio, y de la pobre muchacha, de quien se percibe una clara atracción hacia nuestro héroe, no se vuelve a decir nada… pues entre otras cosas, ya era meterse en un tema tabú por aquellos años.
BORGER, EL BANDIDO (Trueno Extra 216-218).
A punto de entrar en la primavera de 1964, esta es la aventura que presenta Bruguera en la revista Trueno por todos los kioscos de nuestro país, satisfaciendo una vez más a toda una legión de lectores, entre los que -más de 50 años después- prevalece en el presente una nutrida representación de los mismos.
Encontramos a nuestros amigos enfrentándose a “un violento temporal en agitadas aguas del Mar del Norte”. Asistimos a un relato bastante enrevesado y difícil de sintetizar, escrito por Ricardo Acedo y dibujado por Vicente Torregrosa, de quien apenas tenemos datos biográficos.
Tras el violento naufragio y después de horas, el Capitán aparece solo en la playa preguntándose qué ha sucedido. Un grito de auxilio le lleva hacia un lugar donde un hombre atado en un poste dentro de una pequeña laguna, se ve asediado por hambrientos cocodrilos. Después de salvarlo, el susodicho reacciona de una manera insólita: un puñetazo en el estómago y otro en el rostro, dejan a nuestro héroe desconcertado. Estando a punto de sucumbir bajo el filo de su propia espada, la aparición de unos jinetes (los hombres de Tholen) resulta providencial para el Capitán. Éstos hombres acusan ahora a Trueno de liberar a Borger, el traidor, y ahora es apresado y llevado ante la presencia del Señor de Tholen, quien le dirá: “…no sólo te niegas a revelar el escondrijo de Borger, sino que pretendes engañarme con una patraña”. Y en estas condiciones es llevado a la sala de tortura. Sólo la intervención de Gúdula, la bella hija del Señor de Tholen, salva a Trueno de ser ensartado por un panel de puñales en el crítico momento. La actitud de Trueno hace que se gane el favor del Señor de Tholen.
Por otro lado Crispín y Goliath, que han tenido un encontronazo con los esbirros de Borgen, fingen unirse a él y asaltar la fortaleza del Señor de Tholen, ignorando que su amigo se encuentra en ella. Pero Trueno ahora ha de enfrentarse con la traición de Tajen, quien espera casarse con Gúdula y hacerse con el poder. Y como es de suponer, los mamporros que tendrán lugar en el desenlace de la aventura, colocarán las cosas en su sitio, y de la pobre muchacha, de quien se percibe una clara atracción hacia nuestro héroe, no se vuelve a decir nada… pues entre otras cosas, ya era meterse en un tema tabú por aquellos años.SIGUE...
Ya hemos definido con anterioridad el estilo de Torregrosa como frío y estático. Le falta academicismo en aquellos momentos, especialmente respecto al movimiento de la figura humana. Por otra parte sus viñetas resultan vacías, de mínima ambientación, lo que no sucede en el momento de representar ambientes naturales que no exigen apenas documentación, como aguas revueltas, rocas y páramos. En los rostros sí logra expresar las emociones que quiere representar, aunque hablamos de los personajes secundarios, pues respecto a los protagonistas hace uso –como la inmensa mayoría- de los rostros pegados de Ambrós (y curiosamente uno de Pardo). El dibujante llegaría a realizar obras mayores, como la serie Bonanza e incluso alguna aventura del Sheriff King, donde ya se percibe un notable grado de profesionalidad. Pero en esta época, decíamos 1964, Torregrosa está falto de experiencia y buen oficio. Claro, lo vemos así con la perspectiva del tiempo, pues en su día a los chavales no nos preocupaban tanto estos detalles y sólo sentíamos un afán por la aventura y las tortas que repartía nuestro admirado “Cascanueces”.
El guión es de Ricardo Acedo y lo complica en exceso para tratarse de una aventura con un total de 24 páginas, lo que conlleva un final precipitado y una conclusión resuelta a golpe de unas pocas viñetas. También contiene aspectos que chirrían bastante, como el colocar una laguna de cocodrilos en un país del hemisferio Norte.
Las portadas en tres secuencias (Trueno, Jabato y Víctor) de Martínez Osete, son muy gratas a la vista y corresponden a una etapa que nos ha dejado huella en el recuerdo a todos aquellos que en esa época estábamos a punto de entrar en la adolescencia. La revista resultaba muy completa, pues aparte de los mencionados personajes, por lo general contábamos con las historietas El Sheriff Chiquito y la Familia Trapisonda. Esta última obra, tengo que decir a modo de anécdota, me ha hecho pasar gratos momentos de este verano 2015 en campo y piscina gracias al último Super Humor publicado.
GUNDAR
¡GARTOK, EL CRUEL! (Trueno Extra 219-221)
“Un día, en los confines del desierto de Jailar, en Mongolia, el sol naciente alumbró una terrible escena…”. Así se inicia esta aventura escrita de nuevo por Ricardo Acedo y dibujada por Julio Briñol, autor madrileño a quien también se le atribuye la aventura publicada en los números 76 y 78 del Trueno Extra (aunque yo siga teniendo mis dudas).
Nuestros amigos llegan al dramático escenario donde se ha producido una auténtica masacre con aldea incendiada de por medio. Un moribundo atribuye a Gartok y sus huestes el terrible espectáculo. Después de dar una digna sepultura a las víctimas, y a consecuencia de un inesperado grito, ahora tienen la oportunidad de salir en defensa de Kyrinia, la bella hija del Emir Khulsa, a quien Gartok ha arrebatado el poder. La muchacha les dice que su padre es muy anciano y vive en una fortaleza donde se aposenta su campamento central junto con un pequeño ejército de fieles. Entretanto el propio Gartok, quien llega a tener noticias de Trueno y sus amigos, queda impresionado por la valentía y audacia de estos, y planea, no vengarse, sino convencerles para que se unan a su abominable causa. Para ello se disfraza de peregrino y se “cuela” en la fortaleza del Emir, contactando con Kulghitay, el típico traidor que simula ser fiel al propio Khulsa. La cosa se complica cuando las circunstancias propician que ambos personajillos acusan a nuestros amigos de traidores y es el propio Khulsa quien los manda a las mazmorras. Como es previsible, al final todo se aclara y la aventura termina felizmente.
Briñol, quien llegaría a ser un reconocido pintor, a sus treinta y tantos años hizo una incursión en el mundo del tebeo, llegando a formar parte de la privilegiada lista de dibujantes del Trueno. En esta aventura inicia su trabajo con dos páginas espléndidas, de inusitada belleza, para ir degenerando en una serie de viñetas que no son otra cosa que un descarado plagio de los primeros cuadernillos de Ambrós, los de la mítica colección DAN. De hecho, el personaje del Emir Khulsa no es otro que una réplica del Mago Morgano. Pero tratándose de una aventura de mongoles a Briñol le viene al pelo “contratar” de extras a casi todas las huestes de Gengis Khan. Secuencias casi copiadas una por una, incluso aquella famosa viñeta de choque entre ejércitos que también Beaumont llegó a plagiar descaradamente. Pero los lamas del monasterio del terror en la aventura del Dalai Lama también participan en la refriega. ¡Hasta los perros que atacaron a nuestros amigos en aquella aventura (portada nº 27 del cuadernillo) cobran vida en esta aventura de Briñol! Para el profano la aventura que estamos analizando podría pasar por trepidante y dinámica, pero no para quienes conocemos al dedillo los primeros 35 ejemplares del cuadernillo. Sin embargo, no podemos deleitarnos en tratar con dureza a Briñol, como en su día hice con la aventura de Sirit. No podemos analizar con las pautas de 2015 un relato hecho hace más de 50 años y bajo el sistema férreo de Bruguera, que obligaba a trabajar a sus artistas como si fueran galeotes, y en un entorno histórico/social donde el tebeo no era considerado como el arte que es. Disculpamos a Briñol, sobre todo si sigue con nosotros (tendría 85 años) y agradecemos su contribución a engrosar las páginas de nuestro tan querido personaje.
Respecto a Ricardo Acedo, realiza un guión más que aceptable. Sabemos que Acedo en su trabajo como guionista sufre de altibajos. Tiene cosas muy buenas, y en ocasiones se repite en sus esquemas. En este caso, la aventura de Gartok contiene aspectos originales que hacen muy amena su lectura.
GUNDAR
SISALING, LA PRINCESA DE ANGKOR (Trueno Extra 22-224)
De la mano de Víctor Mora y Fuentes Man, se inicia ahora una interesante aventura ambientada en la jungla de Indochina, escenario donde el dibujante se mueve con la total exquisitez a la que nos tiene acostumbrados. Utilizando ese recurso narrativo tan característico de Mora, nos presenta en la viñeta primera a nuestros amigos atados a un elefante desbocado, hollándolo todo a su paso, y derecho a lanzarse sobre un terrible abismo, para seguidamente explicarnos cómo llegaron nuestros amigos a esa situación.
Al parecer Trueno y amigos, hallándose en lo profundo de la selva, se dirigían hacia Angkor siguiendo un plano. Una llamada en auxilio les pone en contacto con Vat Kong, que ha raptado a la princesa y que tiene la intención de usarla como rehén cuando atacaran la ciudad. Después de salvar a la chica, ésta les cuenta la historia y deciden llevarla hasta la fabulosa Angkor. De camino son atacados por un elefante loco, conocido por Trang-Li, y la chica, debido a un traspiés pierde el sentido. El elefante cae en una trampa, y es cuando aparece el rey Wang, tío de la muchacha, quien toma a nuestros amigos por los secuestradores y como castigo, decide atarles al elefante loco y ajusticiarles de ese modo. Es así que la primera viñeta del episodio inicial, presenta cómo será la última del mismo episodio. La princesa salvará a nuestros amigos en el último momento, Vat Kong aparecerá y asesinará al rey Wang y sus acompañantes, y ahora Trueno y amigos decidirán refugiarse en Angkor y luchar por defender a la princesa y la bella ciudad, de las huestes de Vat Kong…
Esta aventura es bien conocida por ser una de las publicadas en la colección FANS, y luego presentadas en los volúmenes y en colecciones encuadernadas. Es una de esas muestras donde la reedición supera con creces a la edición original, no sólo porque aquella se hizo partiendo de las bellas planchas originales de Fuentes Man, sino por el acertado color aplicado y nitidez en la impresión. Es lo que nos hubiera gustado para toda la obra de Fuentes Man, cosa que ya no es posible por la razón que todos conocemos.
El guión está muy bien construido si bien parte de unos esquemas típicos. Pero contiene elementos muy interesantes. Aparte del toque exótico con que Fuentes Man dota estas páginas, la representación gráfica de nuestros amigos atados al elefante y la lucha con los cocodrilos, es magnífica por su realismo. El asalto a la ciudad, donde el autor hace uso de cantidad de “extras”, también resulta de una grandiosidad elocuente, sobre todo porque por aquellos años, ya se evidenciaba notablemente la intervención de la censura, sobre todo en el cuadernillo. La verdad, aunque tengamos que repetirnos una y otra vez, no nos cansamos de admirar el trabajo de este dibujante. Y lo valoramos aún más, teniendo en cuenta lo que decíamos en un comentario anterior, porque estamos hablando de un tebeo que ya tiene más de 50 años. Supongo que contemplar estas planchas originales ha de ser todo un deleite, un espectáculo visual. Al menos se salvaron de aquella masacre que en su día preparó Bruguera en el montaje del Trueno Color.
Para la colección FANS Rafa Fontériz realizó una magnífica portada en la que representa el momento en que Goliath “abraza” a un cocodrilo, momento que también Osete representa en la portada del nº 223. Un dato curioso es que, cuando salvan a la asustada princesa, Crispín para entretenerla le dice que le va a contar una historia de cuando lucharon con un oso de dos cabezas. ¿Se referirá Crispín a la aventura de Buylla, del nº 16 de la revista? ¿Será éste un indicio de que en aquel guión tuvo algo que ver Víctor Mora, como sospechamos en su día?
Cuando leí esta aventura por vez primera yo acababa de cumplir 14 años, y me fascinó la parte gráfica. Pero aun así pensé que Trueno se estaba alejando del que yo había conocido unos años de atrás, el de Ambrós/Beaumont del cuadernillo, a quienes seguía añorando. Pasados más de 50 años tengo que reconocer que es una digna aventura y que merece figurar entre la parte más selecta de toda la serie. GUNDAR
He debido perder reflejos, porque me ha costado insertar los comentarios. Eso de tener que demostrar que uno no es un robot, con la ilusión que me haría… Bueno, pues seguiré con mi trabajito de analizar los extras.
He visto, amigo Víctor, los trabajos que dices, de los Pulgarcitos. Como le indiqué a José Ángel por teléfono, me encanta el color aplicado. Es como si estuviera hecho "para nosotros", los truenófilos. Mi enhorabuena al autor. Espero que se arregle mi conexión a Internet, porque ya estoy que me subo por las paredes. Buscaré un rato para darme un buen "paseo" por esas magníficas páginas. Aprovecho, amigo Víctor, para animarte a lo del libro. Seguro que entre todos podemos aportar una solución, pues bien que merecen esas páginas y relatos formar parte de nuestras bibliotecas. Aprovecho para recordar a los despistados que el día 7, es decir, el miércoles, se pone a la venta el Nuevo y Genuino Trueno Color nº 13. Saludos a todos y un abrazo. GUNDAR
Que susto Maese Gundar, tanto tiempo....
Me he vuelto a comprar el segundo tomo de Fuentes Man de Comics de Oro, el mio se lo regalaré a un amigo, un chollo, nuevo y precintado por 5,65€ Premium en Amazon.
Aun quedan 2. Por si le interesa a alguien, dejo el enlace:
http://www.amazon.es/CAP-TRUENO-FUENTES-ALBUM-CAPITAN-TRUENO/dp/8440636083/ref=sr_1_cc_1?s=aps&ie=UTF8&qid=1444325436&sr=1-1-catcorr&keywords=capitan+trueno+fuentes
Impresionante regreso, en plena forma y nada menos que con tres capítulos de tu serie del Trueno Extra, amigo Gundar.
Comparto tu opinión sobre Torregrosa, simplemente correcto pero con algunas limitaciones que ya indicas. Pero debía ser buen cumplidor de fechas de entrega dado el número de relatos que le encargaron. Los finales precipitados suelen ser típicos de Acedo.
También me ha gustrado tu cita de “La Familia Trapisonda” que siempre pensé que era de lo mejor de la revista pese a que dentro de la gran familia de Ibáñez siempre quedaron injustamente un poco en segunda fila, exclipsados por Mortadelo, Sacarino o Gotera, más espectaculares, aunque en bastantes ocasiones superara su humor a su modelo “La Familia Cebolleta” del gran Vázquez.
Aunque comprendo que era importante comercialmente que apareciesen el la portada también “El Jabato” y “Víctor” la verdad es que la dual presentación de las portadas del Extra de esta etapa con las tres viñetas de Osete, nunca me impresionaron tanto como cuando era una sola escena a toda página.
Respecto a “Gartok el cruel” suscribo cuanto dices sobre la “obra de” Briñol. Siempre se ha criticado a Beaumont por haber reaprovechado el material del maestro, pero se esforzaba con los fondos, pero creo que estas aventuras de Briñol son el colmo, pues como dices, a parte de los protagonistas que está bien que se “parezcan” a los originales, reutilizó en cameos practicamente a todos sus secundarios que bien citas con otros nombres y papeles y que no repito para no cansar al lector. También Casamitjana lo hizo a menudo pero sin llegar a este abuso. Sin ir más lejos, el capitulo que dediqué a Briñol se titula “Dos con ampliadora”, porque a veces incluso repetía el mismo dibujo más o menos ampliado.
En cuanto a la tercera aventura que comentas de Sisaling es otro mundo. El grafismo de Fuentes Man y encima con guión de Mora tiene otro calado, sobretodo por los excelentes fondos y paisajes.
Comentas que Mora en esta época inició la costumbre de hacer de la primera viñeta una situación límite y luego explicarnos como nuestros héroes habían llegado a ella. Algo así como todo lo contrario de lo normal en los guiones precedentes en que era la última viñeta la que nos dejaba pendientes de como escaparían de aquel peligro en el siguiente episodio. Este recurso de clara influencia franco-belga (no olvidemos que en esta etapa Mora vivía en Francia por motivos políticos) y prácticamente lo empleó en casi todas sus series. En el Jabato a partir de las autoconclusivas de 6 páginas también lo usaba siempre. Quizá el tener que compartir la revista con otros personajes le indujera a hacer una especie de portadas interiores al cambiar de personajes. Y desde luego como bien dices “Trueno se estaba alejando del de Ambrós+Beaumont a quien seguíamos añorando”...
Gracias por tus ánimos sobre mi posible libro.
Nada, un placer poder recuperar y comentar tus amenos y documentados artículos. Pero raciónalos más espaciadamente pues como ves aquí vamos de frenazo en frenazo y así quizás lo dosificaríamos mejor.
Me ha chocado lo que dices del “Demuestra que no eres un Robot”. ¿Te haría ilusión ser un robot? Hombre, a estas alturas quizá nos podrían cambiar algunas piezas si lo fuésemos...
Un afectuoso saludo. VÍCTOR TRUENO.
Un amigo burgalés me envía esta información sobre el museo que se ha abierto en Villadiego en homenaje a Angel Pardo y el Capitán Trueno. Os pongo la web, por si creeis conveniente ampliar la noticia.
http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/burgos/tributo-capitan-trueno_109137.html
Saludos.
Gracias amigo Víctor por tus comentarios. Tendré en cuenta tu sugerencia. Es mejor insertar cada comentario de una aventura por separado. También a mí de dará la oportunidad de explayarme un poco más y añadir alguna anecdotilla, si la hubiera.
También me ha alegrado saber lo del Museo en Villadiego. Está a 80 km de donde vivo y si encuentro a algún amiguete que me acompañe, haré con gusto la visita. Siempre he hablado y escrito mucho sobre Ambrós, pero también podría decir mucho en torno a Ángel Pardo. Saludos a todos. GUNDAR
EL INCA AZUL. (Trueno Extra 225-227).
Está anocheciendo en medio de la jungla. Un hombre huye desesperadamente de sus perseguidores, y a juzgar por los ladridos y rugidos diversos, una jauría de perros sedientos de sangre, les acompañan. El hombre jadeando, de vez en cuando echa la vista a atrás, aterrorizado, tropezando de continuo. Escuchamos sus pisadas y el ruido de ramas secas. Sus jadeos son cada vez más desesperados. De pronto vemos cómo sus ojos se dilatan y por encima de su angustia, observamos un grado de perplejidad y sorpresa. No podemos ver su rostro al completo pues una extraña máscara, semejante a la de un pájaro, lo oculta. Sus prendas de vestir, llamativas por su ornamentación, están desgarradas, pero sí podemos apreciar una capa de un intenso y vivo color azul… El hombre de la capa azul se detiene sorprendido, machete en mano, al observar que bajo el dosel de árboles, pende algo parecido a un ancla, que de forma fugaz le recuerda a lo que se usa en las grandes embarcaciones… Tiene que reaccionar pues los ladridos cada vez se escuchan más cerca. En décimas de segundo salta y se aferra al ancla, que adquiere cierta velocidad, al tiempo que los rabiosos perros y sus perseguidores presencian con estupor la extraña escena. “¿Qué será esa liana, que se lleva al Inca Azul? ¿Acaso los dioses darán buena cuenta de él?”. Justo cuando sale del bosque y se abre un inmenso precipicio, es como si nuestro personaje saltara al vacío aferrado al ancla. Los espectadores sentimos un vahído por la contemplación de la repentina escena, la altitud es considerable, y además esa música de fondo, que ha ido elevando su tono, aumenta la sensación de vértigo, hasta transmitirnos de forma lenta la serenidad que produce la salvación del hombre. Los perros, que no conocen de supersticiones, siguen en su afán de conseguir su presa y algunos caen al vacío… El hombre mira a lo alto a pesar de su agotamiento y contempla una inmensa esfera, sobrecogedora, pero confía en que aquello lo ha salvado. Los rostros sonrientes que ocupan la barquilla logran hacerse con aquel hombre de la desgarrada capa azul, y el hombre, no puede resistir más y pierde el sentido… pero sabe que ha salvado su vida. Una luz intensa, y en la pantalla aparece en letras grandes y azules formando el título… “EL INCA AZUL”.
Una bella historia en el marco de la jungla peruana y en las neblinosas cumbres del Machu Picchu, la ciudad fortaleza. Al parecer, el futuro heredero del reinado de Machu Picchu es dado por muerto en una de sus expediciones, y los sacerdotes, al morir el rey, elijen a una de las dos princesas como heredera del trono: Kinga, quien al parecer había heredado las virtudes de su padre, el rey. Su hermana Maaki, caprichosa y violenta, se rebela y se hace con el poder, y encierra a su hermana Kinga en una tenebrosa mazmorra. Con ello la cruel Maaki llegará a ocasionar muchas muertes.
Es así que nace el “Inca Azul”, como un símbolo a la resistencia contra Maaki, y por eso ese afán de destruirlo y hacer que se desvanezca todo signo de esperanza. Como es de suponer, debido al mal estado del Inca Azul, nuestro Capitán Trueno decide adoptar ese papel de adalid y libertador. Y vistiendo su particular atuendo, nuestros amigos se ven envueltos en una singular aventura, que tendrá final feliz y resultado sorpresa al conocer, al final, la verdadera identidad del Inca Azul.
Bueno, después de este inicio peliculero, tenemos de nuevo al magnífico tándem Mora/Fuentes Man en un trabajo impecable, original, y lleno de detalles que permiten que resista al paso de los años, manteniendo toda su frescura. Es cierto que el barroquismo del dibujante llega a eclipsar un tanto la innegable documentación y ambientación requerida, pero también es cierto que el Perú aún no estaba descubierto por la llamada “civilización”, y todo es posible. De cualquier forma, Fuentes Man realiza un trabajo excepcional, al que siempre nos tiene acostumbrados y después de todo cuanto hemos dicho de este dibujante, resulta difícil aportar cosas nuevas.
En la aventura jurásica transcurrida en Brasil (nºs. 214/215) resultó fácil de ubicarla en el tiempo e insertarla en el periplo americano que se inició con la aventura del Halcón. Pero en este caso, debido a la ausencia de Sígrid, resulta más difícil hacerlo. Bueno, esto siempre es posible en el mundo del tebeo, y más si tenemos en cuenta que el globo les permitía trasladarse de un lugar a otro y dar la vuelta al mundo las veces que fuera necesario. Pero con todo, esta aventura resultaría difícil de ubicar si alguien en el futuro quisiera ordenar al Trueno en un orden cronológico.
Otro detalle que queremos mencionar. Cuando se publicó El Inca Azul entrábamos en mayo de 1964. En el mercado aparecía el nº1 del Álbum Gigante (ya con evidentes signos de censura) y en el cuadernillo se iniciaba la aventura del submarino asesino de ballenas, de Ángel Pardo, donde ya se iba notando la paulatina infantilización del dibujo. Digo esto porque, en este contexto, el Inca Azul, contrasta con esas tendencias. El contenido y las imágenes presentan auténticas escenas de luchas, con armas en mano y espíritu combativo por establecer la justicia. ¿Quiere decir esto que la censura no intervino para nada? Pues no. En esta nueva lectura he podido apreciar que la censura tuvo que hacer varias correcciones. Hay viñetas visiblemente prolongadas, por alguna mano inexperta, y con toda seguridad esto pudiera significar que hay viñetas omitidas. Ejempo: En la revista 225, página 3, viñeta 8; página 5, viñeta 3; página 6, viñetas 4 y 5; página 8, viñetas 1 y 4, hay una clara manipulación.
En los otros números también se aprecia algún retoque, pero menos perceptible. En la revista 227, las dos viñetas finales también están visiblemente prolongadas (página 8). Sin embargo, contrario a lo que pasa en otras ocasiones, estos retoques están hechos con más cuidado, por lo que las planchas de nuestro Fuentes Man conservan toda su belleza. Los ejemplares en aquella etapa están sombreados en tono gris y los negros son un tanto pálidos, por eso en la reedición de la colección FANS ganan de forma notable. No sólo porque se parte de planchas originales, al no haber sido historias incluidas en el primitivo Trueno Color, sino porque la impresión y el color son impecables. Algunas historias de Fuentes Man que estaban inéditas, en la colección FANS lucen en todo su esplendor.
Y para terminar mis comentarios, quisiera mencionar un detalle curioso y una breve anécdota. Ambos referentes al número 227. En este ejemplar se omiten las historietas cómicas habituales para dar lugar a dos anuncios a página completa. El primero en torno a las novedosas pastillas de caldo (MAGGI) y el segundo, a color, del recordado chocolate Elgorriaga en la contraportada. No era muy usual hasta entonces ver anuncios de este tipo en un tebeo de aventuras.
La anécdota tiene que ver con el número 14 de la serie FANS, donde se reeditó esta aventura. Calculo fue hacia los años 1999/2000. Estos tomitos no llegaban a mi ciudad, y cada mes o meses me tenía que maravillar para ponerme al día. En ocasiones llamaba a alguna tienda conocida y los pedía, otras veces aprovechaba algún viaje, o como es el caso que comento, aproveché la visita de mi hermano y su familia residentes en Valencia que venían a visitarnos.
Cuando llegaron a casa, varios miembros de la familia les estábamos esperando. Lo primero, después de los abrazos y besos, es que mi sobrino me entregó todo contento el tomito número 14. En la portada Fontériz representa de forma magistral el sublime momento en que nuestro amigo disfrazado de Inca Azul, entra en la mazmorra donde está prisionera la princesa Kinga. La escena es preciosa y conserva el dramatismo que le imprimiera Fuentes Man. En medio del guirigay del encuentro familiar, exclamé: “¡No puede ser, al Inca Azul, le pintan la capa de rojo!”, con lo que se produjo un silencio repentino y todos me miraron con una interrogante en sus cabezas… GUNDAR.
Después de unas semanas sin poder meterme en la página por motivos de trabajo y paternidad, le he pegado al fin un repasete (a falta del foro, que no me ha dado tiempo). Deliciosos como siempre los magníficos comentarios de Víctor, y congratulaciones colectivas por la vuelta del gran Gundar y su Extra, para mí ya una sección entrañable de esta web que voy coleccionando. ¡No pares, buen Gundar!
Por cierto, ¿nada se sabe de posibles iniciativas para el "Año Trueno" que nos espera, con el nada menos que 60 aniversario? Ediciones B! Ay...
Ante todo, Óscar, felicidades por la paternidad, algo maravilloso. Respecto al sesenta aniversario, a ver... tanto silencio al respecto no sé si es buena noticia. José Ángel
Maese Gundar, no tengo la suerte de tener en papel "El Capitán Trueno Extra", pero quiero releerme los 10 tomos recopilatorios de FANS que tengo. I que mejor placer que repasarlo junto a tus comentarios, cabe la posibilidad de tenerlos todos recopilados en Word o PDF? Y ya ni te comento editarlo en un libro, sería una pasada.
Caray con el 60 aniversario, en algo se tendría que mojar la editorial, a ver si nos sorprenden con alguna noticia.
Saludos.
No sé si alguno de los que habéis tenido la suerte de tener un contacto personal con gente de Ediciones B podría preguntar. No ya desde una perspectiva de fan, sino de puro marketing empresarial, creo que el 60 aniversario es una oportunidad que sería delito dejar pasar.
En primer lugar, muchas gracias por la alusión a mis comentarios respecto al Trueno Extra, especialmente a vuestras últimas entradas, tanto de Oscar J (enhorabuena por tu paternidad, que hago extensible a tu mujer, por supuesto) como de Andrés Vinarós (siempre hemos estado en una onda muy parecida).
Precisamente estoy ultimando la última aventura analizada, que transcurre en Sigridsholm y que por no haberse reeditado nunca, es una gran desconocida.
Por desgracia, estos escritos los tengo un tanto dispersos y algunos, por razones de que soy muy torpe en las cuestiones informáticas, creo que los he perdido. Ahora que ya estoy oficialmente jubilado, tal vez los recupere a través de la zona de discusión, pues me gustaría ampliarlos, ya que en su inicio (2012) expresaba una opinión bastante generalizada y en ocasiones de suma brevedad. Sí me gustaría que algún día puedan reeditarse en un libro. De hecho, una de las razones por las que he empezado a hacer “hucha”, es porque estaría dispuesto a financiar (al menos en parte) algunos de mis trabajos. Pero lo interesante sería enriquecerlos con ilustraciones, sobre todo con las viñetas o curiosidades comentadas. Es un trabajo arduo, que sí me gustaría afrontar, pues al menos podría servir de referente a posibles investigaciones futuras.
Respecto al 60º aniversario de Trueno. No recuerdo si fue por mayo o junio cuando hablé con el editor (De Cos) al respecto. Me habló de un “proyecto”, que por ser sólo eso, “proyecto”, me rogó no comentara. Pero no tenía que ver con NUEVAS AVENTURAS. Lo único que os puedo decir, y lo corroborará cualquiera que haya hablado con el editor, que Ediciones B es totalmente reticente a lanzar nuevas aventuras. Creo que me sentí tan descorazonado, que supongo ha sido una de las razones por las que me ha faltado motivación para participar en esta página. Eso lo veo ahora, claro. Con todo, amigo Vinarós, tus palabras me han motivado para que esta semana sin falta llame al sr. De Cos, aunque sólo sea para saludarle. Es muy amable, pero también muy tajante en sus decisiones. Con todo, dada la cercanía de 2016, espero que aquel “proyecto” sea realidad, y si así fuera, no me extrañaría nada que en breve se diga en su página oficial. Con todo, si consigo hablar con él, os informaré al detalle. Un abrazo a todos truenófilos. GUNDAR
AGUA ENVENENADA EN SIGRISHOLM (Trueno Extra 228-230)
Nuestros amigos se hayan en Sigridsholm, el castillo de la prometida del Capitán Trueno, tomándose un respiro dentro de su aventurera vida. Como es de esperar, Trueno se está ejercitando en el patio de armas, junto con Crispín y otros vikingos, mientras tanto nuestro tragaldabas favorito disfruta de cultivar el arte culinario en las cocinas del castillo. Pero de pronto sucede algo que dará pie al inicio de esta aventura. Un hombre, llamado Sigur, llega extenuado a pedir ayuda a la reina Sigrid. Se trata de un habitante de la cercana isla Thorborg. Antes de exhalar su último suspiro llega a decir que “en Thorborg… ¡todos duermen!.
Un drakar se desplaza a la mencionada isla. Junto con nuestros héroes viajan Sigrid, su galeno, así como una pequeña tripulación. Allí descubrirán que sus habitantes han caído en un profundo letargo, y además que el poblado ha sido saqueado. Trueno regresa a Thule para aprovisionarse de hierbas y ungüentos que el médico guarda en su gabinete, pero entretanto, todos van “cayendo” cuando tarde o temprano beben de las aguas, que obviamente han sido envenenadas. Cuando Trueno llega a Sigridsholm descubre que ha pasado lo mismo que en Thorborg. La población duerme profundamente. Sólo queda Trueno en pie, y además… una de las mascotas de Sigrid: “Jú-jú”, pues hasta “Garritas” está profundamente dormido. Trueno y su chimpancé ahora jugarán un papel importante para el desarrollo de esta aventura. Como era de prever, detrás de todo esto habrá una conjura para apropiarse del trono de Thule, que Trueno logrará desmantelar. El relato, aunque con un esquema repetitivo, resulta ameno e interesante, y vale la pena revisar. Recordemos que aventuras como “El correo de Sigrid” de J. Redondo, “La maldición de las Islas del Viento” de J. Burns, o la que llegaría a iniciar Brocal Remohí, tuvieron un inicio y planteamiento parecidos.
La aventura es atribuida a Víctor Mora, de lo que no me cabe la menor duda. No sólo por los planteamientos tan típicos de este genial guionista, sino por la narrativa tan amena, aunque sencilla, pues las veinticuatro páginas de la historia no dan para muchas florituras. Con todo, a mi modo de ver, resulta genial la parte en que Trueno y “Jú-jú” adquieren el mayor protagonismo. Hay secuencias que incluso recuerdan al tándem “Trueno y “Jú-jú” que tanto nos hizo disfrutar años atrás en la aventura del Conde Kraffa.
El dibujante encargado de esta historia es José Duarte, de quien hemos hablado en ocasiones anteriores. Es un dibujante de línea fina y clara, que aunque denota una gran carencia a la hora de representar la figura humana, sí se recrea en el detalle a la hora de representar los fondos. De hecho, vale la pena contemplar las magníficas representaciones del castillo de Sigrid, incluso de los patios y dependencias interiores, mostrando cierta grandiosidad y cariño por el detalle. Sin embargo, respecto a los personajes, para cualquier lector habitual de Trueno, es fácil reconocer de dónde ha tomado las referencias para hacer sus composiciones. Por ejemplo, el cocinero de Thule es un calco de Maese Faltriquier, en la aventura del Alacrán. El personaje que encarna Sigur, que fallece al llegar a Thule, es ni más ni menos que Einar, el Cruel, sacado tal cual de la aventura del Pulpo. Eso sin contar las viñetas de personajes secundarios que han sido tomadas precisamente de las citadas aventuras, Alacrán y Pulpo. De hecho, el malo de turno, y jefe de los encapuchados (quien resultará ser uno de los generales renegados de la propia Sigrid), tiene una indumentaria –casco incluido- semejante a la del Pulpo, salvo su monumental gordura, claro está.
Pero esta aventura tiene también un par de peculiaridades que la deferencia del resto y que hace que hoy cobre cierto interés. La primera es que, que yo sepa, ¡jamás ha sido reeditada!, ni en el Trueno Color original, ni en la colección FANS. Es una aventura muy desconocida, y haciendo uso de un apelativo de mi ciudad, es “una bella desconocida”. La última peculiaridad es que las últimas siete páginas son casi a un cien por cien de Martínez Osete, quien realiza una muy digna culminación de la historia. Una pregunta que haríamos bien en preguntarnos es, ¿por qué Duarte no concluiría esta aventura? ¿Qué le obligaría a abandonar la editorial?
Otro detalle que no quisiera pasar por alto. En la revista 229, en su segunda página, se publica una tira en formato vertical donde se anuncia el “Álbum Gigante”. Estamos en mayo/junio de 1964 y posiblemente ya por esas fechas estaba en los kioscos el nº 2 de esa curiosa reedición. Una reedición donde la censura hizo verdadero estragos, sobre todo porque “censuró” a los encapuchados. Tal vez por eso, el malo de la aventura que analizamos, aunque por detrás su casco es idéntico al del Pulpo, por delante lleve una gran abertura que nos permite visionar parte del careto del sujeto en cuestión. Por cierto, Duarte le coloca al casco una alitas de murciélago francamente ridículas.
Otro detalle para insertar en la historia de Thule y sus entornos, es que se cita la “ermita del padre Sigisberto”, al parecer un lugar cercano al castillo. De hecho, el encapuchado en cuestión intenta presionar al pobre ermitaño para que oficie su boda con Sígrid, aun cuando la reina permanece narcotizada.
Si tengo que recurrir al anecdotario particular sobre esta aventura, sólo permanece en mí el recuerdo o imagen de Trueno cogido de la mano con “Ju-jú”, que tanto me hacía recordar la feliz etapa de Ambrós/Beaumont. De manera simultánea, por aquel entonces el cuadernillo estaba entrando en una etapa bastante infantilizada, y al menos el Trueno Extra ofrecía algo de mayor calidad, como eran los trabajos de Mora y Fuentes Man, que ahora de vez en cuando satisfacía nuestras expectativas. Con todo, esta aventura de Mora/Duarte/Osete vale la pena volverla a leer y por tanto disfrutarla de nuevo.
GUNDAR
Gracias Maese Gundar, nos has dado vidilla!!! A ver que sorpresa nos depara el futuro... Lo que daría por hacer una cervezas juntos y hablar del Capitán Trueno jeje. Me va por la cabeza y teniendo a Peñiscola tan cerca de mi casa, hablar con el alcalde y con Daniel Bernal e intentar organizar una exposición en Peñiscola del Capitán Trueno , sería un marco maravilloso y se ya sería total un encuentro de truenófilos. Es una idea ....
Gracias, Maese Vinarós, por tu comentario. Lo de programar algún encuentro truenófilo, es una idea que podemos ir gestando. A mí Peñíscola me cae un poco lejos, pero tengo familia cerca de allí. También había pensado en Villadiego, donde pasó Ángel Pardo sus últimos días, y que no hace tanto se inauguró un museo dedicado al dibujante. Creo que fuiste tú quien nos avanzó la noticia. De verdad, buena idea lo de tomar una cervecita al tiempo que comentamos sobre nuestra truenofilia...
LA ARAÑA MECÁNICA (Trueno Extra 231-233)
Nuestros amigos sólo tuvieron tiempo de volver grupas y tratar de huir… ¡La horrible “cosa” avanzaba hacia ellos!
Así comienza esta aventura, donde el lector puede contemplar una viñeta, con cierta dosis de terror, donde la “cosa” en cuestión es una especie de araña gigante, terrorífica, que sale de la neblina y cuyos tres ojos parecen focos por la iluminación que producen. Una araña mecánica que a cualquier cinéfilo, le recordará a los bichejos monstruosos del clásico de ciencia ficción “La Guerra de los Mundos”…
Cuando Tueno y amigos están cerca del viejo castillo del Mago Morgano, esperan con ilusión volver a abrazar a su viejo amigo, quien les proporcionara el magnífico globo aerostático con el que prácticamente ya han recorrido el mundo. Al parar en una posada perciben una clara hostilidad hacia ellos al declararse amigos del Mago, lo que dará lugar a unos cuantos mamporros que no estaban en la agenda. Cuando salen huyendo y llegan a otra población se encuentran con un desagradable espectáculo, que levanta gran expectación a los lugareños: el anciano Morgano sube los peldaños que le conducen a su ejecución. Entonces se escuchan las palabras de un personaje evidentemente malo, malo: “Yo, el Margrave Otón de Maguncia, como protector que soy de este villorrio, te declaro Mago Morgano, culpable de todos los crímenes que te achacan estos villanos!¡Y ordeno tu ejecución!...”
Como es de suponer, nuestros amigos salvan a Morgano del cadalso, y junto con Grune, huyen del lugar, y de camino se encontrarán con la “araña mecánica” (viñeta de inicio), logrando evadir su encuentro. Es cuando Trueno se entera de lo que ha pasado. El castillo de Morgano ahora está en poder de Otón. Y Morgano explica cómo cierto día alguien entró en él y robó los planos del “gigante metálico”, que ya apareció en una aventura anterior (revistas 168-170). Es ahí donde realmente comienza una genial aventura de la mano de Víctor Mora y Fuentes Man, tándem que volverá a sorprendernos gratamente, y que a pesar de los más de 50 años transcurridos, conserva su primitivo dramatismo y el aliciente de contemplar unas bellas láminas, llenas de detallismo y genialidad dentro del más puro estilo “fosteriano”.
La historia puede considerarse una “secuela” de la aventura mencionada, lo que nos hace pensar que Víctor Mora se sentía muy a gusto con la temática rayana en la ciencia ficción, y no es para menos, porque logra transmitir cierta dosis de intriga y de terror. Pero lo más curioso es que para esta innovación, en contraste con el devenir de sus aventuras a lo largo de los años, parte de una idea primigenia como es el personaje Morgano, que nos remonta a los orígenes del cuadernillo, y al Ambrós que nos cautivó con su arte. A veces hemos dicho que Fuentes Man es un maestro a la hora de plasmar la jungla y los ambientes exóticos, como esas aventuras transcurridas en la India. Pero también a la hora de representar el espíritu medieval logra un virtuosismo único. El monstruo mecánico, moviéndose entre bosques neblinosos, sitúa al lector en un marco privilegiado al que los lectores del Trueno no estamos muy acostumbrados. ¡Lo que más de uno daríamos por contemplar las planchas originales!
Respecto al guión, una vez más hemos de decir, está perfectamente estructurado, y aunque explota una idea anterior, resulta verdaderamente genial. Sin embargo no puedo pasar por alto un curioso fallo, que por más vueltas que le doy, no acierto a comprender. Me explico. En la primera página Trueno comenta que pronto podrán ver al amigo Morgano, y Goliath dice que “su hija Grune es muy simpática”. Pero en la página cuarta, última viñeta, Trueno dice que “más allá del pueblo comienzan ya los pantanos donde se levanta el castillo donde viven Morgano y su sobrina Grine”. A partir de ahí, leeremos a veces “Grune” o “Grine”, la primera es la hija, y luego es la sobrina. Incluso cuando Morgano va a ser ejecutado, Grune se acerca al patíbulo y grita “¡Mi tío es inocente!”. Y cuando Crispín le ayuda a subir a su caballo, dice “¡Arriba Grine!”. Poco más tarde, cuando ambos caen del caballo, Crispín dice “¡Por lo que más quieras, Grune!¡En pie!”. Así hasta el final… En fin, no vale la pena decir todas las referencias, pero creo que con la muestra ya basta. ¿A qué se debería este error? No creo que Mora escribiera tantos errores en sus escritos, y que no tuviera claro que Grune es “la hija de Morgano”. Usando un poco la imaginación puedo visualizar al rotulista llenando los bocadillos o espacios que dejara el dibujante para los textos. ¿Se le derramaría el café en las hojas mecanografiadas por Mora, y las prisas hicieron el resto? De cualquier forma, no encuentro una explicación razonable para un error de este tipo. Incluso, cuando Ediciones B publicó esta aventura en su tomito nº 15, no habría estado mal si lo hubieran corregido, pues sólo era cuestión de retocar los textos, no el dibujo. Bueno, si alguien puede decir algo al respecto, sería muy de agradecer. En cualquier caso este apunte bien podría formar parte del sin fin de curiosidades en torno a nuestro personaje. Lo que está claro es que las prisas no son buenas…
También en esta nueva y detallada lectura he observado algún retoque en los dibujos de Fuentes Man, aunque mínimos, y como siempre, efectuados por una mano inexperta. Por ejemplo, en la primera página del nº 231, viñeta cuarta, hay una extensión garabateada alrededor de Goliath y Crispín, que por supuesto no es de Fuentes Man. En la segunda página, viñeta cuarta, se aprecia que el hombre que golpea a Goliath, de cintura hacia abajo, es otra añadidura. En la página cuatro, viñeta sexta, y página cinco, viñeta primera, se han prolongado la fachada de una casa y su tejadillo, y parece que lo ha hecho un niño. Sólo menciono lo referente a este ejemplar, como muestra. Es cierto que tal vez no tenga importancia, pero como estoy haciendo una lectura y una revisión casi con lupa, veo justo mencionar estos detalles, que tal vez obedezcan a una intervención por parte del editor para evitar problemas con la censura. Si Fuentes Man era consciente de estos retoques, pienso no tendría que hacerle gracia alguna.
Las portadas sigue realizándolas nuestro entrañable Martínez Osete, que como recordaremos, lo hace en tres viñetas con los personajes Trueno, Víctor y Jabato. En el caso de esta aventura dedica dos portadas representando a la “araña mecánica”, en las que no logra el efecto terrorífico que transmite Fuentes Man. Hasta se diría que el diabólico robot está infantilizado. No sucede lo mismo en la colección FANS, en su tomito nº 15. Fonteriz realiza una portada magistral en la que Trueno y Goliath, atrapados por una red, contemplan a la patilarga araña acercándose. La secuencia es nocturna, pero los ojos de la araña, como grandes focos, parecen deslumbrar a nuestros amigos. Nunca vi este ejemplar en el kiosco, pues ya comenté que procuraba conseguirlos del exterior, pero supongo que si algún muchacho aficionado lo hubiera visto, le habría impactado, asociándolo con un cómic de terror o ciencia ficción. Es una de mis portadas favoritas de Fontériz.
Sólo decir que simultáneamente el cuadernillo nos presentaba la aventura del falso volcán, dibujada por Osete, y que ya estaba en la calle el segundo ejemplar del Álbum Gigante.
GUNDAR
Si habéis leído los anteriores comentarios sobre "La araña mecánica"... ¿qué opináis sobre lo que menciono de "Grune" o "Grine"? Por favor, Víctor Trueno... GUNDAR
En mi opinión no tiene ninguna importancia lo de Grune, Grine. Se puede considerar un simple lapsus del guionista o del rotulista.
:)
Amigo Gundar, sigues tan observador como siempre. Y tienes razón. El tema Grune ocupa un lugar importante en mi capítulo dedicado a los errores del Capitán Trueno. Os copio su inicio.
Si como parece, los guiones de Morgano, los Pictos y el Caballero Negro y el del Robot Gigante en que interviene Grune,la hija del mago Morgano son todos de Víctor Mora, aunque entonces no firmara ninguno, no hay duda que en éste último se produce uno de los mayores errores sobre personajes y localización geográfica de la serie.
Es posible que Grune visitase a su padre Morgano, aunque ir desde China a los Pirineos no es moco de pavo y además sin ser acompañada por un probable séquito chino ni por el mismo Wang-Ho, su marido, que no son citados ni aparecen.
Posiblemente Mora escribió el asunto de Morgano a finales del 1955 y este relato del Robot Gigantesco se publicó en 1963. Bien, en este interín Mora escribiría además del cuaderno de Trueno, buena parte del Jabato, del Jabato-Extra y el Cosaco Verde, así que no es fácil que las teclas de su máquina de escribir se acordasen de aquél,-- lejano en el tiempo y muchos folios atrás,-- asunto del castillo del mago y su hija y evidentemente no re releyó los cuadernos antes de escribirlo. Y me parece que la solución de que se trate (a ratos) de Grine, una prima homónima de Grune es en exceso retorcida, pues ella reconoce a nuestros héroes y es la primera vez que los ve...
Yo sostengo,-- si realmente este guión no es de Cassarel ni de Acedo,-- que a Víctor Mora se le cruzaron los cables... ¡por culpa de Ambrós!
Si repasamos los dos guiones más antiguos, veremos que en ambos hay un castillo solitario, con guerreros fantasmagóricos, un prisionero misterioso de cierta edad, Morgano y Brían y una joven, Grune e Ilene de Loch Ness, hija o sobrina suya respectivamente. Comprobaremos además que Ambrós las dibujó a ambas con mucho parecido físico: morenas, delgadas y con trenzas largas. De ahí que Mora hizo, fundiendo a ambas, la Grune del tercer argumento. Tomó a Morgano y Grune del cuaderno y los mezcló con los Pictos y el Caballero Negro de doble identidad de la segunda historia de Pulgarcito. Y claro, si quería hacer intervenir a los Pictos no podía situar el castillo al pie de los Pirineos como se indicaba en el cuaderno, si ellos eran escoceses... por muy “mago” que fuese Morgano.
Creo que todo coincide y debió ocurrir así. VÍCTOR TRUENO.
Cuánto me han alegrado vuestras intervenciones, Manuel y Víctor. Tienes toda la razón, MDíaz, al calificar este asunto como algo sin importancia. Yo nunca se la dí. Lo que pasa es que al analizar ahora los detalles y "entresijos" de estas aventuras, tenía que decirlo. Por otro lado sí recuerdo haber leído, amigo Víctor, tus comentarios respecto al "lío", por llamarlo alguna manera, de la aventura del los pictos y su semejanza con la de Morgano, pero no recordaba sobre el tema "Grine". Pero bueno, me ha sido un placer (y estoy seguro que así lo pensará la mayoría), leeros otra vez a ambos, y que aunque se trate de un asunto trivial, sirva como granito de arena para revitalizar esta zona de discusión. Un abrazo para ambos.
PD/ Por cierto, Manuel, hablando con José Ángel, le dije que tenía que llamarte cuanto antes por un asunto. Trataré de encontrar un hueco.
EL CRÁTER FATÍDICO (Trueno Extra 234-235)
Nuestros amigos caminan por una árida región de Hungría, y buscando donde pernoctar, se encuentran con una zona al parecer “habitada por gigantes”, a juzgar por los artilugios que se encuentran. En medio de un lago se vislumbra un castillo envuelto en niebla, que parece flotar. Cuando Crispín va a buscar agua, dos chicas gemelas le atacan, tomándole por un esclavo de los “gigantes”. Ellas cuentan que viajaban en una caravana, y cierto anciano les avisó de que huyeran del lugar, para no convertirse en esclavos de los citados gigantes. El valiente padre de las muchachas se decidió desentrañar el misterio y en una barca se dirigió al castillo, siendo “aspirado por el aliento del gigante”…
El Capitán Trueno descubrirá más tarde que en el lugar había caído un meteorito con fuertes propiedades magnéticas. En función de este suceso, deduce que alguien edificó un castillo alrededor, y se creó la leyenda de los gigantes y su fuerza aspiradora. Así los habitantes del lugar evitaron intrusos y posibles enemigos, y disfrutaron de cierta paz, hasta que, posiblemente por una epidemia, aquellos pobladores, tristemente desaparecieron. Una historia que deja un sabor parecido al de la recordada Frantic.
La historia, atribuida a Ricardo Acedo es bastante original y atrayente. Sólo se desarrolla a lo largo de 14 páginas, pues se ofrece en dos entregas de 7 páginas cada una. Si este guión, más largo y elaborado, se hubiera ofrecido en el cuadernillo, seguro que hoy constituiría una memorable aventura, y más si esta hubiera sido dibujada por Ambrós, Fuentes Man, o el mismo Ángel Pardo. Tiene los ingredientes necesarios para poder ser una de las más curiosas y dramáticas, propiciando momentos de antología. Pero 14 páginas no dan para mucho, y menos si el dibujante es el impersonal Briñol, de quien ya hemos hablado con anterioridad. Prácticamente cada secuencia es un plagio de los primeros dibujos de Ambrós de la colección DAN. Apenas hay aspectos propios del dibujante, salvo los insulsos rostros de las muchachas, y unos sencillos trazos de ambientación. Incluso los personajes secundarios son tomados de esa etapa mencionada de Ambrós. Por ejemplo, el padre de las chicas no es otro que De Ribera, amigo de Trueno, en el inicio de la primera aventura del Mago Morgano. El anciano que les avisa es un Kundra literalmente calcado, me refiero al hechicero del bosque de Shing-Tao. Y cuando el padre de las muchachas se pone la armadura, no es otro que Manfredo el Negro, en el momento en que se dispone a cruzar la zona pantanosa que conduce al castillo de Morgano. Por cierto, para las posturas y movimientos de las chicas, se han usado las de Shingi-Lay, nuestra pirata favorita.
No es difícil imaginarse a Briñol dibujando, y ante él, los tebeos de la colección DAN esparcidos sobre la mesa. Eso sí, Briñol, en una curiosa viñeta donde se ve el fondo del pozo donde se aloja el meteorito magnético, nos dibuja en pequeño tamaño, eso sí, unos esqueletos humanos, de las víctimas que fueron atraídas al pozo por el mortal aliento. Y es curioso porque ya la censura estaba causando estragos, y por lo que se ve, pasó por alto este detalle.
Esta aventura se publicó en la última etapa de la colección FANS, con un color bastante acertado, pero posiblemente a muchos les pasó desapercibida. Pero repito, la historia no está nada mal. Vale la pena releerla.
Sólo mencionar que por aquellos años, cuando el cuadernillo se iba infantilizando y se producía el efecto paradójico de que muchos entrábamos en la adolescencia, no sólo nos íbamos decantando por el Trueno Extra, esperando a Fuentes Man, sino en otras direcciones, pues el mercado ofrecía algunas interesantes alternativas.
No puedo precisar fechas, como nos hace el amigo Víctor Trueno, pero esta etapa la asocio a algunas otras publicaciones de interés. Recuerdo que mi hermana mayor compraba puntualmente Mundo Juvenil, la revista de los amigos de Marisol, que me gustaba leer, especialmente una serie titulada Lander’s School de Cuyás. Editorial Maga lanzaba la revista Pantera Negra, que llegó a cautivarme por sus contenidos, y por descubrir portadas magistrales de Miguel Quesada y Luis Bermejo. También descubrí a los hermanos Quirós. Y la editorial Dólar lanzaba su serie Héroes Modernos, en formato apaisado gigante. Es cuando descubrí el Flash Gordon de Dan Barry, el Príncipe Valiente de Foster, y otros personajes como Bing Bolt, Mandrake el Mago o El Hombre Enmascarado. En parte fue gracias a amigos mayores que yo que un día me dijeron “no hay quien te saque del Capitán Trueno y El Jabato”, y en efecto, tenían razón. Aparte de mis personajes favoritos, existían otras maravillas por descubrir.
GUNDAR
RAIPUR, EL HECHICERO (Trueno Extra 236-237)
Esta es una aventura en dos episodios, con un total de tan solo catorce páginas. En aquel verano de 1964 en esta revista se ofrecieron de vez en cuando este tipo de aventuras cortas, muy simples, pero servían de puente a aquellas de Fuentes Man que tanto nos cautivaban a los lectores habituales. En este caso la aventura, que analizamos brevemente, está dibujada por el “todoterreno” Martínez Osete y el guión es atribuido a Vidal Sales.
Nuestros amigos se hayan en la India. Han hecho una parada y Goliath se propone recoger unas manzanas para asar, cuando se encuentra con un tigre de Bengala en cuyas fauces lleva a un bebé colgando. Cuando Goliath rescata al bebé, nuestros amigos se dirigen al poblado a devolverlo, para regocijo de los progenitores. Pero cuando el gentío decide agasajar a nuestros amigos, aparece el hechicero Raipur, quien no sólo les asegura que podrá librarles del supuesto “comedor de hombres”, sino que se las apaña para que nuestros amigos sean encerrados argumentando que “la hostilidad que de ellos emana, puede perjudicar sus hechizos”. Cuando se supone que el tigre se ha alejado, nuestros amigos recobran la libertad (entretanto el hechicero ha cobrado su buen dinero). Lo curioso es que cuando Trueno y amigos llegan a otro poblado observan se repite la misma historia…
La historia de un fantoche con tigre amaestrado, sirve de hilo a conductor a un entretenido relato, que más bien parece un cuento oriental con moraleja incluida. No hay más pretensiones y el corto relato no da para más, pero con todo, como decía, resulta ameno y entretenido. El supuesto “comedor de hombres”, resulta ser poco más que un gatito malo…
Martínez Osete en aquellos momentos era un dibujante muy prolífico y los lectores lo habíamos aceptado, y no por sus dotes como artista, pues siempre nos resultaba muy estático, sino por el cariño que emanaba de sus dibujos. Ya lo habré mencionado, pero a mí siempre me gustaban (y me siguen gustando) sus perfectos acabados y el detallismo y forma de resolver los ambientes selváticos, aunque lejanos al auténtico realismo.
Simultáneamente a esta historia, el cuadernillo terminaba la aventura del “falso volcán”, ilustrada por el propio Osete, así como la siguiente, la del “Conde Kuntig”. Además se hacía cargo de las portadas, tanto del Extra como del cuadernillo, y de las entregas semanales de “Víctor, héroe del espacio”. La única variante es que para la revista usa las cabezas de Ambrós y las de Pardo para el cuadernillo. Hoy es fácil suponer las horas y horas que el entrañable dibujante tuvo que emplear en su mesa de dibujo.
Como dato curioso cabe mencionar que en 2004, cuando regresó la colección FANS en su número 32, éste tomito fue dedicado a Osete y se incluye como complemento la aventura de Raipur que hemos comentado, y como cabecera la aventura “En poder de Ivar” de treinta páginas. En su día Osete dibujó ambas aventuras con más de dos años de diferencia, y ya se percibe de forma notable un cambio de estilo en la evolución del dibujante. La aventura de Ivar tiene más detalle y es más “ambrosiana”. Algunas viñetas de mayor tamaño presentan unas vistosas panorámicas (ya lo comentamos en su día), mientras que la aventura de Raipur es más simple, con viñetas más reducidas y con un estilo más sencillo, aunque tal vez más suelto. Añadiré que cuando presencié la portada del tomito de FANS, fue en un kiosco al lado de casa, y me alegró el día. Ya resultaba raro ver tebeos en los kioscos, y aquello fue gratificante.
La aventura del tontaina Raipur se realizó 1964. Los tebeos de entonces luchaban por sobrevivir y utilizaban muchos recursos a mano. Y es que tenían dos grandes enemigos. Aparte del comité de censura creado poco tiempo atrás, estaba la televisión, que ya había invadido una gran parte de los hogares españoles.
GUNDAR
Elimino el comentario anterior, pues ya he acabado de recopilar los fabulosos resumenes/comentarios de Maese Gundar sobre el Capitán Trueno Extra. Lo he hecho con el fin de leer las aventuras que tengo en Edición Oro y Fans en papel y el resto en la tablet, al mismo tiempo que saboreo los comentarios.
Uff, desde el 2012 repasando y me atascaba releyendo también las delicias de Victor Trueno. Maese Gundar, comentas que puede que hayas perdido alguno de los primeros resumenes, dime como te lo puedo hacer llegar en Word. O si te parece bien colgarlo en el Foro, comprenderé que si quieres editarlo, te lo paso en privado.
Otra idea es abrir un hilo en el foro y seguir por el foro con tus estupendos resúmenes.
Es un trabajo fabuloso el que estás haciendo y de verdad, que alegras el día a mucha gente que entramos de tanto en tanto a ver si hay algo...
Cambiando de tema, acabo de recibir el fabuloso libro "El Color del Trueno" de Antonio Bernal, que maravilla, que gustazo, para mi ha sido el mejor homenaje del 60 aniversario. Ahora a por "El Color del Jabato".
Saludos.
Imaginaos unos tomazos con buena calidad de impresión con todo el Extra comentado por Gundar... MMMMMMMMM....!!!!
Gracias amigos Vinarós y Oscar J. por vuestros amables comentarios. Es una de las cosas que animan a seguir, aunque siempre disfruto con este análisis de la aventuras del Extra. La verdad es que merecéis un fuerte abrazo, así como el resto de los que entráis en esta página y en el foro. Y siento no haya podido intervenir antes, pero problemas de salud y de tipo médico, me han tenido un tanto “fuera de Juego”. Aprovecho esta pausa para intervenir, pues en breve comienzo con otra racha de pruebas diversas. Es lo que tiene ir haciéndose mayor, y estoy seguro que no soy el único, pues intuyo que otros truenófilos como Jesús Enrique o Víctor Trueno, se ven periódicamente sujetos a situaciones parecidas. Aprovecharé estos días para dar un impulso a la serie de comentarios. Ya he visto que se anuncia el volumen 11 de la facsímil, y me alegro porque sé de muchos que se quedaron sin los últimos ejemplares. También para abril está previsto el volumen 14 del Nuevo y Genuino Trueno Color, y el tomo de “Almanaques” para el mes de Mayo. Algo es algo, así que habrá que intervenir en el foro… Saludos a todos.
GUNDAR
Me parece buena idea lo que comentas, amigo Andrés. De ir pasando al foro los comentarios sobre Trueno Extra. Tal vez en el foro se puedan incluir algunas viñetas que de forma especial comento, para lo que se pediría colaboración, pues no sé hacerlo. Y sería todo mucho más ameno… GUNDAR
LA HORDA DE KILIA (Trueno Extra 238-239)
Goliath… El buen “Cascanueces”… ¿Al frente de un pelotón de hunos, sedientos de pillaje? ¿Qué ha sucedido para que tal cosa sea posible?...
Éste es el recurso usado por Víctor Mora para el inicio de la aventura que analizamos, recurso típico en el autor desde aquel entonces. Al parecer nuestros amigos esta vez se hallaban por tierras esteparias, y en una de sus acampadas habituales, Goliath se dispuso a ir de caza. Ante su tardanza, Trueno y Crispín se deciden a investigar, pasando un par de angustiosos días intrigados por lo que pudo haberle pasado.
Sencillamente Goliath había acudido a la petición de auxilio de una “dama” acosada por un enorme oso. La exhibición de Goliath en su lucha contra el oso deja anonadada a la monumental mujer, al punto que decide nombrarle “general de su hueste”. Ante la negativa de nuestro amigo, la mujer recurre a la fuerza y como consecuencia Goliath padece de una amnesia temporal por el golpe sufrido. Simultáneamente el Capitán y Crispín se encuentran con las consecuencias del ataque por los hunos, y las víctimas identifican a Kilía y su temida horda como los autores de tales fechorías. Pero la perplejidad de nuestros amigos aumenta cuando las víctimas concuerdan, incluida una muchachita a la que salvan de unas aguas turbulentas, que a Kilía le acompaña un “gigante tuerto, un tipo enorme, que viste una túnica a rayas”…
Es así que la aventura queda servida. Una aventura presentada en dos episodios de tan sólo siete páginas cada uno. Sin embargo, resulta en un simpático relato, que obviamente acaba bien y de forma totalmente previsible. Uno de estos relatos desarrollados por Víctor Mora, donde la situación dramática se mezcla con el toque de humor que de forma tan ingeniosa sabe dar nuestro guionista favorito. Sin embargo, dada la cortedad de la aventura, no hay sitio para grandiosidades de ningún tipo.
La parte gráfica recae en manos de J. Briñol, de quien ya hemos hablado previamente y que no goza de ser uno de los dibujantes favoritos de Trueno. Es tal vez de los que están en la cola. Y no porque su trabajo no sea grato a la vista, sino porque se mueve dentro de unas coordenadas que los aficionados no aceptamos, como es el recurrir al plagio descarado. Por eso un lector habitual de Trueno reconoce casi en cada secuencia, de qué viñeta de Ambrós se ha fijado. Prácticamente todos los gestos, rostros y figuras en movimiento, son tomadas de los episodios de Ambrós que están dentro de los treinta y cinco primeros números del cuadernillo.
GUNDAR
Para empezar, Kilía, la reina de los hunos no es otra que una versión transexual de Thuse-Fú, el Coloso. Y sus hordas están retomadas de las geniales viñetas ambrosianas que describen los ejércitos de Gengis-Khan. Hasta el oso es una versión adaptada del yak que se carga Goliath cuando nuestros amigos llegan al Tibet! (cuadernillo 26) La muchachita Sitka no es otra que una versión de Zita, la muchacha que salvaron de los “hombres de las nieves” allá por el número 23 del cuadernillo. Hasta la secuencia en la que se usa una red para atrapar a nuestros amigos, recuerda al recurso utilizado en el número 30 cuando nuestros amigos atrapan a varios enemigos dentro del recordado “Monasterio de la muerte”… Por eso Briñol no goza de nuestras simpatías y preferencias. Me parece que aquí termina su incursión en Trueno. Sin embargo Briñol tuvo mucha suerte, porque al menos en esta ocasión pudo ilustrar una aventura escrita por Víctor Mora.
En aquel verano de 1964, cuando algunos muchachos lectores de Trueno entrábamos en la adolescencia, también nos sorprendía la edición del Álbum Gigante, que ya entraba en su ejemplar número 4, coincidiendo con la publicación de la aventura de Singhi-Lai y Thuse-Fú. Aunque ya notamos que la censura estaba afectando la edición, todavía no se evidenciaba tanto como cuando empezaron a omitirse algunas aventuras. De forma personal me alucinaban las nuevas portadas que Ambrós estaba haciendo para esta edición. Y sí pensé entonces que tal vez Briñol usaba estos cuatro álbumes como referencia para sus dibujos. La revista Trueno Extra estaba en una de sus mejores etapas, por sus contenidos y sobre todo por la asiduidad de Fuentes Man. Que de vez en cuando nos colaran a autores como Briñol, no era plato de buen gusto, pero teníamos la seguridad de que Fuentes Man volvería y lo sobrellevábamos. No sospechábamos que por aquel entonces nuestro querido Ambrós iba a intervenir en la serie Extra, y menos que al dibujante se le llegara a proponer la continuidad del cuadernillo. La verdad es que aquello fue un momento de alucine, pero no quiero adelantarme…
Tan sólo mencionar un detalle que en esta ocasión me ha llamado la atención. En la viñeta 8 de la página 6 de la revista 239 posiblemente intervino la censura. Goliath estaba ahogando a Trueno y ahora se dice que Crispín llega en un momento muy dramático. Pero sólo se ve a Crispín con el muslo de vaquita que hará reaccionar a Goliath. Parece que esta viñeta no es de Briñol. Las tiendas de campaña están resultas de forma diferente y Crispín, sorprendentemente, es de Ángel Pardo, cosa insólita en Briñol, que suele dibujar un Crispín plagiado de Ambrós. ¿Tal vez Briñol dibujo de forma más explícita el instante en que Goliath quería ahogar a Trueno y la censura no lo permitió? Nunca lo sabremos, pero creo que es muy posible…
GUNDAR
TRES ASNOS NEGROS (Trueno Extra 240-241)
Nos encontramos en un paraje de los Pirineos. Está anocheciendo y al amparo de una hoguera, nuestros amigos están disfrutando de un merecido descanso. Cuando Goliath sale corriendo detrás de un conejo, recibe una contundente coz de un asno que estaba oculto entre los matorrales. Enseguida descubren que el asno lleva impreso en el costado lo que parece ser el fragmento de un mapa. Pero resulta que el animal es afanosamente buscado por un fantoche apodado “El Murciélago”, quien piensa que ese mapa, unido al de otros dos asnos que ya obran en su poder, completan el plano de un codiciado tesoro. Al parecer, una simpática muchachita llamada Diana, que habita una cabaña entre montañas, había recibido los tres asnos, enviados de parte de su hermano Juan, de quien se sospecha ha encontrado por fin el oro que buscaba.
Es un relato con cierta moraleja, que hace recordar aquello “de vanidad de vanidades” del Eclesiastés, y de lo insensato que resulta la búsqueda de bienes materiales a cualquier precio. La locura de Juan, quien cree ver oro en unos simples pedruscos, y la codicia del “Murciélago” que le conduce a la misma muerte, enseñaban una valiosa lección a los niños de la época. Y es curioso que, no sólo este relato de Víctor Mora contiene los citados principios, sino aquellos que casi hemos aprendido a leer con El Capitán Trueno conservamos muchos de los valores que siempre defendieron nuestros héroes, al punto de que hoy forman parte de nuestro comportamiento y personalidad. Y mi apreciación personal es que aquello no era fruto de una sociedad impregnada por un régimen, por una ideología dictatorial, y es que el autor, sencillamente, está hablando de valores que tienen carácter universal. En efecto, nuestro admirado Víctor Mora, creador de estos personajes, siempre ha sido coherente con esos principios sin depender de la época en que haya desarrollado sus historias.
También queremos elogiar el arte de Fuentes Man, que en esta aventurita de tan solo catorce páginas lo exhibe de forma magistral. Dado el lugar donde se desarrolla la historia, resulta una ocasión de lujo para el artista recrearse en la ambientación abrupta y montañosa, a veces boscosa, que inevitablemente nos hace recordar a Harold Foster.
Y al echar una vistazo a la reedición en la serie FANS, me ha maravillado la calidad de reproducción y colorido, al punto que prácticamente lo he vuelto a releer. En cierto modo tenemos que estar agradecidos que esta aventura, al igual que pasa con otras, no haya sido incluida en su momento en la edición del antiguo Trueno Color, porque sencillamente hoy no disfrutaríamos de ediciones tan limpias. Este hecho se puede apreciar en el primer volumen de la colección FANS. Por un lado se reedita la primera aventura de Fuentes Man, en la que se aprecia se ha partido de unas planchas ya impresas, y después, como complemento se incluye la que hoy comentamos. La diferencia es impresionante, tanto en el grafismo del autor, que ha evolucionado inevitablemente (han pasado casi cuatro años), como en la calidad de impresión, hecho que comenta el editor en el prólogo de este primer número.
En su día no me gustó que en la serie FANS no se siguiera un orden cronológico en las aventuras de Fuentes Man, y fue una de tantas “pezuñadas” editoriales, y sigue sin gustarme. Según se me explicó en una llamada al editor de entonces (para elogiar y criticar a la vez), ello era debido a que no querían que el volumen excediera de 44 o 46 páginas. Querían que la colección FANS tuviera una línea tipo “Olé”, eso fue todo. Como bien sabemos los aficionados, al final de la serie, ya se incluyeron sesenta páginas, además de las portadas del Trueno Extra, cosa que tenía que haberse hecho desde el principio.
Con todo, volviendo al Trueno Extra, fue de celebrar ver de nuevo la llegada de Fuentes Man, a quien después de unos tres meses ya echábamos en falta. Ya estaba avanzado el verano de 1964 y el mercado, como ya expliqué en anteriores entradas, iba ofreciendo nuevas e interesantes alternativas. Y es que los jóvenes que habíamos leído al Capitán Trueno desde niños, ya íbamos entrando en la adolescencia y nos íbamos volviendo más exigentes. GUNDAR
AGURU, EL PIGMEO (Trueno Extra 242-243)
Como bien dice J.A. Ortega en su libro sobre Trueno, la temática de esta aventura va de lucha contra la esclavitud.
Trueno, Crispín, Goliath y Sígrid se encuentran en medio de la selva africana donde han establecido su campamento para pasar la noche. Por supuesto, Sigrid duerme plácidamente en su tienda de campaña. Es entonces cuando Crispín, quien monta guardia, es sorprendido sin poder reaccionar.
En la siguiente secuencia nuestros amigos están fuertemente atados y llevados a cuestas por un numeroso grupo de pigmeos conducidos por Aguru. Después de un largo recorrido por la selva, van a parar a una zona desértica, camino del oasis de Dar-Herari. Nuestros héroes se preguntan con qué fin habrán sido raptados. Cuando hacen un alto en el camino, los pigmeos se inquietan cuando perciben se acerca una gran tormenta de arena. Es cuando empieza a soplar la cólera de Wassili, el mítico dios del viento, que no sólo se lleva a algunos pigmeos como si fueran plumas, sino que está a punto de enterrar en la arena a nuestros amigos, que permanecen atados al amparo de una duna. Sin embargo, de forma inexplicable, el propio Aguru les desata para que puedan salvarse. Seguidamente el jefe pigmeo será atacado por una gran serpiente, para ser ahora salvado por el Capitán Trueno. De esta manera Aguru puede dar una explicación a su extraño proceder. Según parece, el oasis de Dar-Herari está habitado por unos enmascarados que obligan a la tribu pigmea a entregar un número de esclavos de forma periódica. Los necesitan para sacar agua mediante una noria, lo que implica un trabajo arduo, para obtener apenas “un hilillo de agua”.
Como es de prever, Trueno dará una gran lección a los enmascarados del oasis, valiéndose precisamente el preciado líquido como elemento aleccionador.
De nuevo es una aventura sencilla, dibujada por el “todoterreno” dibujante Martínez Osete, y atribuida a Víctor Mora. No hay nada reseñable en esta historia que pueda dejar huella en el lector. Es una anécdota más que se deja leer fácilmente, gracias también al sencillo grafismo de Osete. De este autor murciano ya hemos comentado que, sin ser un gran dibujante de academia, al menos resulta grato su acabado, y por lo que he podido apreciar, siempre ha caído muy bien a la afición truenófila. Su laboriosidad sólo es comparable a la de Manuel Gago, dibujante de gran producción. Y es que Osete no sólo realiza alguna aventura para Trueno Extra, sino que junto con Ángel Pardo es dibujante titular del cuadernillo, y con relatos de cierta extensión. De forma paralela a la aventura que comentamos, el cuaderno está publicando la aventura del Conde Kuntig, y precisamente, casi a la vez se está desarrollando el momento en que la bruja Klundía hace creer al citado conde, muerto de sed, que el agua es simple polvo. Este hecho lo comentamos en su día los lectores, y recuerdo que uno de los muchachos de la época dijo algo así como que “leyendo estas historias le había dado mucha sed”.
Además, Osete realizaba las portadas del Extra, la serie “Víctor, héroe del espacio”, y alguna aventurilla de El Jabato. Por aquellas fechas era el “alma” de la editorial. Un auténtico “todoterreno”. Esta aventura se ha reeditado en la serie FANS en su etapa final, partiendo de edición ya impresa, por lo que contiene alguna secuencia un tanto emborronada.
También quiero reseñar que en aquel verano de 1964 se dio algún vislumbre de lo que estaba a punto de acontecer: la llegada de Ambrós. No sólo teníamos ya cuatro Álbumes Gigantes de Trueno, con unas magníficas portadas de nuestro dibujante favorito, sino que el Extra de Verano (de Fuentes Man) llevaba una portada de Ambrós insólita. Una escena veraniega con nuestros amigos en una merienda campestre. Goliath caía al agua después de atrapar un enorme pez, al tiempo que nuestros amigos reían el momento con verdaderas ganas. Una portada exenta de mamporros y violencia por vez primera. Pero una portada magistral en todos los sentidos… Pero lo que estaba por llegar, merece mención aparte. GUNDAR
EL BARCO DE LA MUERTE (Trueno Extra 244-245)
Esta aventura, publicada con fecha 14 de septiembre de 1964, supone de manera oficial el regreso del maestro Ambrós en lo que a dibujar una aventura se refiere, pues con anterioridad ya había realizado alguna portada del Álbum Gigante y el Extra del Verano de aquel año.
Este momento constituye un hito dentro de la trayectoria de los fieles lectores del personaje, pues el añorado maestro había dejado una marca indeleble en nuestras vidas. Desde aquel ejemplar del cuadernillo número 175, editado a principios de febrero de 1960, habíamos esperado el regreso de Ambrós, lo que de forma paulatina se fue convirtiendo de una esperanza, a una pérdida total de la misma. Ya nos habíamos resignado a que Ambrós no regresaría jamás a dibujar El Capitán Trueno. Cuando tratamos de memorizar aquel momento en que descubrimos a Ángel Pardo como sustituto de Ambrós, muchos de nosotros volvemos a revivir aquel shock, aquel impacto a modo de bofetada interior, pues nos era inconcebible otro Trueno que no fuera el de Ambrós (lo que no quita que con el tiempo muchos de nosotros llegamos a sentir cariño y admiración por Ángel Pardo).
Algunos de los niños que habíamos crecido con Trueno, en 1964 ya entrábamos en la adolescencia y aunque seguíamos fieles al personaje, también nos orientábamos, como era mi caso, hacia otras alternativas. La revista Pantera Negra me regresó a ese interés semanal por el “continuará”, y mi afición a la música anglosajona, junto con la afición por coleccionar la revista “Discóbolo” (más tarde llegarían “Fans” y “Mundo Joven”), hicieron que el ardor por los personajes de mi niñez se fueran apagando. Por otro lado, aunque seguía fiel a Trueno con la revista, y el cuadernillo, la decadente infantilización de éste último, hizo que mi interés fuera decayendo poco a poco. Pero tengo que reconocer que el regreso de Ambrós, revitalizó mi afición hacia el personaje. Fue como echarle leña a esa hoguera que aún mantenía vivo un pequeño rescoldo.
GUNDAR
Por aquellos años, y gracias a la influencia de mi amigo Félix, dejé de comprar mis tebeos y revistas en el kiosco, y se los encargué a una señora llamada Araceli, que con un mimo especial nos guardaba semanalmente nuestros diferentes encargos. Araceli regentaba una tiendecita en el casco viejo de nuestra capital palentina, en una callejuela que conducía a la catedral. La tienda era muy pequeña, pero muy acogedora. Tenía un gran mostrador donde los chavales cambiaban sus tebeos. Por eso, era habitual ver los montoncitos sobre aquel mostrador y observar cómo se iban eligiendo e intercambiando, según el estado del ejemplar. Yo, aunque alguna vez lo hice años atrás, no era amigo de ese tipo de actividad. Era coleccionista nato, y semana tras semana adquiría mi ejemplar, o ejemplares, y los iba amontonando en mi estantería poco a poco, otorgándoles el cuidado y mimo que merecían.
Cuento esto porque ésta costumbre de tener mis colecciones reservadas, ya la tenía en aquel septiembre de 1964. Es por eso que, cuando un amigo (Javier) un día me dijo que había regresado “el dibujante original” del Capitán Trueno, sencillamente no le creí. Hacía unas semanas me había dicho lo mismo, para descubrir que se refería a una de las aventuras de Briñol que ya hemos comentado. Los plagios de este dibujante indujeron a mi amigo a pensar que se trataba del primer dibujante de Trueno. Por eso, ahora, sencillamente no le creí. Y le di mis razones. Pero el insistía…
-Que sí, que esta vez sí que es el dibujante “verdadero” (por aquel entonces no decíamos ni “dibujante original”, ni “Ambrós”, aunque yo supe que se llamaba así por el Álbum Gigante, pues siempre leí “Ambrás”).
Es por eso que no fui corriendo a la librería de Araceli a adquirirlo. Me esperé al fin de semana, cuando ya tenía mi dinerito, pues he de decir que a mis catorce años, mi poder adquisitivo era mucho mayor y podía disfrutar de más colecciones.
Cuando tuve en mis manos el Trueno Extra 244 y lo abrí… Eso sí que fue un auténtico “shock”. Sí, era Ambrós. “El dibujante verdadero”… Recuerdo que Araceli me comentaba algo, pero me quedé bloqueado, que ni le escuchaba. Ni siquiera notaba la algarabía de los chavales que estaban intercambiando tebeos. Un silencio absoluto en mi cabeza, como si estuviera soñando… Sólo el olor a tebeos que impregnaba aquella tiendecita se mantenía. No había duda, era Ambrós, mi querido Ambrós, a quien tanto admiraba desde que tenía ocho años…
En casa, no sé cuántas veces lo visualicé, lo leí, lo releí… Era Ambrós, mi dibujante soñado.
Mi recuerdo por Ambrós estaba enlazado a su vez con aquellas grandes aventuras de la época clásica. Aquellas portadas y aquellas viñetas espectaculares. Para que se me entienda. Por aquellos años yo sentía fervor por las grandes producciones cinematográficas como Ben-Hur, Los Diez Mandamientos, El Cid… etc. Entre otras cosas porque me entusiasmaban las grandes multitudes que aparecían en pantalla (en una época que no se generaban las imágenes por ordenador). Por eso en mi mente estaban aquellas escenas multitudinarias del Capitán Trueno: los vikingos de Kundra asaltando el castillo de Sigrid, la lucha de los guerreros Kambili, las hordas sarracenas cuando el General Cimitarra, el gentío de los almohades invadiendo Argel, el ejército de Wang-Si atravesando aquella planicie para ser ahogado por el fanático Chendalang… Eso era para mí aquella etapa de Ambrós/Beaumont, la mejor e irrepetible. La etapa de “miles de extras”, como en el cine.
Digo esto porque el regreso a la revista, el regreso de mi maestro Ambrós, no tenía nada que ver con aquello. Era Ambrós, sí. Pero sólo había dibujado a cuatro pelagatos y a un malo con cara de memo. Pero era Ambrós, me decía. Además, qué rabia. Mis héroes no lucían su indumentaria clásica. Estaban abrigados y no se les veía. Pero era Ambrós, me decía… Ante estos sentimientos encontrados sólo me restaba una cosa: ¡esperar! ¿Iba Ambrós a ser un dibujante alternándose con Fuentes Man, al igual que lo hacían en el cuadernillo Pardo y Osete? Por cierto, me decía, ¿no era mejor que Ambrós se hubiera decantado por el cuadernillo semanal?
Y ahora, después de esta introducción atípica (creo que por su naturaleza lo merecía), pasemos a analizar la aventura “El barco de la muerte”.
Por mi parte siempre creí que la autoría era de Víctor Mora, pero el amigo Ortega Anguiano se la adjudica a Ricardo Acedo. Es posible que sea sí, casi con toda seguridad, entre otras cosas porque a nivel guion, es bastante flojita. El que aparezca lo del “trompo Goliath”, es lo que me hizo pensar en de Víctor Mora, pues la primera vez que apareció esta original ocurrencia, pero también un tanto infantil, había sido durante el verano anterior cuando Trueno y amigos se recorrían América. Concretamente en la aventura de Tenochtitlán (cuadernillo 358).
La aventura de “El barco de la muerte” sitúa a nuestros amigos en Norteamérica, tal vez en Canadá, e incluso puede ser que en Groenlandia. No se dice. Trueno, Crispín y Goliath salvan a un anciano indio perseguido por los lobos. El anciano muere de todas formas, como consecuencia de un ataque cardíaco, pero su hija (de aspecto casi idéntico a la “Colibrí” del Corsario de Hierro) de primeras hace a nuestros amigos responsables de la desdicha. Pero lo cierto es que aquel hombre había escapado del “Barco de la Muerte”, una misteriosa nave liderada por el pirata Krigan y sus enmascarados, que se desliza por la nieve y por el hielo al estar encajada en un enorme trineo. Por supuesto, la intervención de nuestros amigos será crucial para poner las cosas en su sitio y la muchacha, de nombre Akira, no sólo reconocerá su error, sino que con el concurso de sus hombres salvarán a nuestros amigos de una muerte cierta.
Estamos en una época de censura en la que ya no hay dramatismos, ni muertes horrendas, ni los malos son tan malos, y por supuesto, nada de sadismo al estilo de Titlán. Sin embargo, cuando nuestros amigos son capturados y metidos en una especie de cámara frigorífica, realmente están a un paso de morir. Y aquí sí que el maestro realiza unas viñetas magistrales, que transmiten al lector esos terribles sentimientos de verse morir a causa del frío. Además, es aquí, en el 2º episodio, cuando podemos ver de forma un tanto fugaz, las indumentarias clásicas de Trueno y Goliath. Al analizarla en el presente, apreciamos más aún la maestría de Ambrós y su forma de resolver algunas secuencias.
Para empezar, sólo la página primera constituye una auténtica lección para un dibujante, con unos encuadres casi cinematográficos, ofreciendo como muestra un picado y un contrapicado magistral. Por otro lado el lenguaje gestual es único en los personajes que dibuja Ambrós, de una soltura y expresividad, que nos transmite la emoción de cada momento. Pero, ¿se percibe alguna evolución después de estos años en nuestro dibujante favorito?
Por supuesto que sí. El dinamismo en la figura humana, el dominio de cada escena y el enfoque dado, permiten al lector meterse en la viñeta. Esto siempre ha caracterizado al Maestro. Pero hay algo que sí percibimos en esta nueva etapa y que representa una mutación en los personajes. Y es que a partir de ahora parecen más alegres y joviales. Había desaparecido el carácter dramático de la etapa clásica, y ahora daba la impresión de que cada situación era como un juego para ellos. Un ejemplo.
Cuando un grupo de enmascarados se dirigen a capturar a nuestros amigos, desde el barco, el pirata Krigan dice: “¡Necesitamos esclavos!”
La siguiente viñeta es genial. Los tres con actitud de auténtica guasa conversan entre ellos:
Goliath (indicando hacia atrás con el pulgar): Dicen que necesitan esclavos…
Trueno (sonriendo y con la mano en la barbilla): Me parece que no vamos a servirles de mucho para eso, ¿verdad, amigos?
Crispín (con el pulgar y el meñique indicando el tamaño): ¡Ni tanto así!
Y a continuación, al tiempo que no dejan de bromear y de reir, terminan dándose de leches con los enmascarados vikingos. Sí, entonces no sabía definir, pero algo había cambiado. Tal vez a Ambrós se le hizo notar que ahora había que tener mucho cuidado con la censura, y puede que se le indicara que nuestros amigos debían de aparecer más cercanos a los niños, más alegres y divertidos.
Bueno, intentando sintetizar. “El barco de la muerte”, es hoy por hoy, una obra maestra. En la época supuso el regreso de Ambrós, cumpliendo los sueños de muchos jóvenes de la época, y nos permitió (aunque por poco tiempo) de recuperar al añorado dibujante y contemplar a nuestros queridos héroes dentro de una novedosa interpretación. Recuerdo que al poco tiempo de estas nuevas aventuras ambrosianas, en el cuadernillo se publicaba “El Viejo de los Hielos” y me repetía de continuo, “por qué no la habrá dibujado Ambrós"...
La aventura que analizamos, habría encajado bien como una aventura para un almanaque de invierno. Hasta tiene ciertas similitudes con “Aventura en Groenlandia”. Y estuvo sin reeditarse mucho tiempo. De hecho, lo fue por vez primera en la serie “Cómics de Oro”, de primeros años 90, con color manual y gran calidad de impresión. Posteriormente se volvería a reeditar en el segundo número de la colección FANS, con nueva coloración infográfica. En ambas reediciones contemplamos los trazos de Ambrós con una nitidez impresionante, al haber sido ediciones hechas a partir de originales. Todo un lujo, la verdad. Porque en la edición de 1964 en blanco y negro se utilizaron unas técnicas que no hicieron justicia al dibujo de Ambrós, sombreando en gris algunos trabajos del autor. Insisto, contemplar esta aventura en las diferentes reediciones, en el presente, es un auténtico lujo para la vista.
Sé que añadiría muchas cosas más, pero mejor dejarlo aquí. Lo que sería interesante es conocer por parte de los lectores más veteranos (Víctor Trueno, Jesús Enrique, Job…) cómo vivieron aquel día de septiembre de 1964…
GUNDAR
¡Maravilloso! Gracias, Gundar
LA PRINCESA TO-KAI . Trueno Extra 246-248
Después del gran impacto que supuso el regreso de Ambrós, tal y como había imaginado, ahora nos encontrábamos con una aventura de Fuentes Man, y además, con guion de Víctor Mora. Mi deseo de que hubiera una alternancia entre Ambrós y Fuentes Man (igual que en el cuadernillo sucedía entre Ángel Pardo y Osete), por el momento se estaba realizando. Qué más se podía pedir…
Nos encontramos a nuestros amigos en el Japón, asaltados por unos bandidos cuando estaban a punto de atravesar un frondoso bosque. Su valentía y pericia, que logran ahuyentar a la turba, llaman la atención a dos observadores: la princesa To-Kai y su fiel samurái acompañante, Kiddo. La muchacha hace que Trueno se enfrente al samurái, y como consecuencia, queda convencida de que nuestro amigo es el personaje idóneo para cierta misión. Para ello, To-Kai maquina una estrategia que obligue a Trueno a aceptar: narcotiza a Crispín y Goliath, reteniéndoles contra su voluntad. Lo que ignora la princesa es que Trueno, viendo que la misión está en conformidad con sus principios, la acepta de buen grado, si bien recrimina a la princesa los medios utilizados para obligarle.
Tres señores feudales, hambrientos de poder y de espíritu belicoso, han alejado la paz del pueblo. El campeón nombrado por la princesa deberá retar a cada uno mediante duelo singular, y cortarles la coleta. Un buen samurái no debe presentarse al público con el moño cortado hasta que el pelo le vuelva a crecer. De este modo, inutilizando a sus enemigos, la princesa conseguiría restablecer la paz cuando estos tres señores feudales hayan quedado neutralizados. Trueno accede a llevar a cabo su encargo y Kiddo de una manera discreta, sin saberlo nuestro amigo, le echará una mano, propiciando que la misión llegue a buen fin, pero cobrándose un alto precio. Con ello la princesa recibirá un buen escarmiento a causa de sus métodos, y sorprendentemente nos encontraremos con un final más bien triste e inesperado.
Es cierto que la historia se desarrolla tan solo a lo largo de veintiuna páginas y por eso no se permite un recrearse en detalles. Sin embargo, el esquema del relato bien podría ser la base para un libro de aventuras e incluso de una película. No sabemos si Víctor Mora se inspiró en alguna obra previa, pero si damos por válida su autoría, no cabe duda que el escritor se encontraba en un momento álgido y creativo. Aún más de cincuenta años después la historia llega a emocionar, que unida al virtuosismo del dibujante, la convierten en una obra maestra. La muerte de Kiddo es algo que el lector no espera, y más en aquellos años en los que la censura comenzaba a infantilizar los argumentos. Una muerte comparable con la de Selim, el recordado almohade, o la de Kang, su rival “amigo” por conseguir la mano de la cruel Tenziré. Sin embargo la muerte de Kiddo tiene menor resonancia al tratarse de una aventura corta presentada en Trueno Extra, pero yo voto porque Kiddo, el samurái, forme parte de aquellos fieles amigos de Trueno que dejaron su vida y que los fieles lectores recordamos con cariño.
De Fuentes Man resulta difícil decir algo que no hayamos dicho antes. Quizás resaltar que por aquel octubre de1964 se encontraba en sus mejores momentos, y que su trabajo muestra una inusitada madurez. También se aprecia cierta documentación a la hora de representar a los diferentes personajes, sobre todos a los tres señores feudales, de dispar fisonomía y originales atuendos y armaduras. Por otro lado, el delicado aspecto de la princesa To-Kai y su elegancia al vestir, son sobresalientes.
Esta aventura no se llegó a reeditar en Trueno Color original, lo que nos ha beneficiado por el hecho de contemplar en el presente una edición a partir de originales no maltratados. Los dibujos de Fuentes Man que se reproducen en el tomito décimo de la colección FANS, nos permiten contemplar al dibujante de una manera limpia e incluso espectacular. Partir de una edición impresa lleva consigo la inclusión de algunos borrones y líneas gruesas, que afortunadamente no apreciamos en este caso. Tal vez, y es una lástima, el colorista no se lució como en otras ocasiones. Hace uso de unos colores demasiado pálidos y algo monótonos, no aprovechando la oportunidad cromática que potencialmente proporciona la historia.
Las portadas de la revista Trueno Extra están, como hemos venido diciendo, a cargo de Martínez Osete, el prolífico dibujante que pese a todo nos cae tan bien. Se limita a cumplir cuando en tres secuencias ilustra algunos momentos de la aventura, pero no transmite el exotismo que con tanta gracia y estilo consigue Fuentes Man. Sin embargo, cuando se reedita la aventura en la colección FANS (nº 10), Rafa Fonteriz realiza una portada muy interesante. En ella presenciamos a nuestro Trueno ante el trono de la princesa To-Kai. Nuestro héroe está argumentando frente a ella, en tanto sus siervos, alrededor de nuestro héroe, manifiestan una actitud un tanto hostil. Sobresale y brilla con luz propia la figura de la princesa, que Fonteriz engalana con maestría, dotándola de un porte autoritario y arrogante, pero a la vez femenino.
Nos encontramos en el otoño de 1964, y como ya he reiterado, otras publicaciones acaparaban mi atención. Sólo el regreso de Ambrós y la maestría de Fuentes Man lograron captar mi interés y de nuevo volví a colgarme de nuestro querido personaje. En el cuadernillo se iniciaba la aventura del “Viejo de los Hielos”, cuyo guion eclipsó por completo la infantilización que se iba acentuando en la serie. Aquel otoño, a pesar de la implacable censura, fue un buen momento para nuestro héroe.
GUNDAR
LOS ELEFANTES LOCOS. Trueno Extra 249-250.
Después del impacto de la primera aventura de Ambrós en Trueno Extra, y Fuentes Man entre medias, llega la segunda y magnífica intervención de Ambrós. Ya parecía iba a ser una realidad esa alternancia entre ambos colosos del tebeo, si bien era demasiado pronto para cantar victoria.
“La llanura entera parecía retumbar bajo los cascos de los caballos y las enormes pezuñas de los elefantes… ¿qué furor homicida agitaba a los grandes proboscidios?” Así comienza el texto de introducción, entretanto la viñeta nos presenta casi de frente a una muchacha de raza negra conduciendo un carro (biga) a punto de ser alcanzada por unos enloquecidos elefantes. Se trata de la reina Zanit, a quien nuestros amigos, que se hallaban en esa parte de África, logran salvar. La muchacha les explicará que desde hace un tiempo los elefantes de la región parecen haber enloquecido, por lo que sus guerreros se ven forzados a matarles. Lo curioso es que por la noche los colmillos de los elefantes desaparecen. Trueno explicará a la bella Reina, que los mismos que limaron el eje de la biga y atentaron contra su vida, tiene que ser los mismos que después se apoderan de los colmillos.
Nuestros amigos se sorprenden cuando la inteligente muchacha les dice que “quien se apodera de los colmillos es Assagi, el espíritu del mal, para construirse en el Reino de las Tinieblas un Palacio de Marfil”, y para certificarlo afirma que “Timbo, el hechicero de la tribu, así lo dice”. Nuestro amigo prefiere de momento no refutar a la ingenua muchacha, pero sí, como es de suponer, se propondrá esclarecer el misterio, y la historia llevará al lector a hacer creer que el “malo” de turno es el hechicero, cuando no será así.
Sobre esta historia, con unos esquemas bien sencillos, se construye un argumento muy entretenido que se desarrolla tan sólo en catorce páginas divididas en dos episodios. Es la típica historia para un almanaque o un extra de verano, y su extensión no permite apenas complicar la trama. Es lo que echa en falta el lector de aventuras de Ambrós. Tengo que decir que durante mucho tiempo pensé que este guion era atribuible a Víctor Mora, pero al parecer, es de Ricardo Acedo, según dice en su libro José Antonio Ortega. Mi opinión se basaba en la forma en que se inicia la aventura, y también por la aparición del “Trompo-Goliath”, que un año antes había funcionado en el cuadernillo. Pero como es de suponer, el gran valor de esta aventura, reside en que es la segunda (de tres) que nos dibuja el maestro Ambrós, cuyo regreso aún sigo celebrando.
Varios factores hacen que de nuevo estemos ante una obra maestra, pero sobre todo es el arte que despliega el gran dibujante a la hora de escenificar los momentos clave y el dramatismo de la situación. Ya resulta atronador el trote de los enormes elefantes, así como su impetuosa caída. Estas escenas, de manera inevitable me siguen recordando a aquellos momentos mágicos de la colección DAN en sus inicios, con la aventura de los Kadori. En especial el cuadernillo número siete titulado “La carga de los elefantes”. En el año 1964, cuando todo iba hacia una evidente infantilización, conectar con los orígenes de Trueno allá por 1956, para muchos estoy seguro fue de lo más refrescante que pudimos sentir. Pero hay alguna secuencia más que vale la pena reseñar.
En la página 6 del primer episodio, la segunda viñeta es espectacular. Describe la estrepitosa caída por la ruptura del eje de la biga donde viaja Zanit y la llegada de Trueno y amigos a caballo. Incluso la representación del “trompo-Goliath”, en la primera página del segundo episodio. Ambrós le imprime tal realismo que uno parece sentir su puño cual mazo implacable. La caída de los elefantes en la trampa (página 2 del segundo episodio), y los mamporros descritos en las páginas 5 y 6 del mismo episodio, son geniales. Y no quisiera olvidar una particular viñeta, que refleja el modo de hacer del dibujante. Me refiero a cuando describe una acción en primer plano y en el fondo el lector observa algún suceso de interés que se produce al mismo tiempo. En este caso, observad la viñeta 5, página 2 del segundo episodio. Trueno y Crispín observan a Timbo el hechicero que parece estar tramando algo, y el Capitán advierte el muchacho que “no lo pierda de vida”. Desde ese momento para el lector está claro que el hechicero es el causante de la locura de los elefantes. Bien, en esta viñeta, se observa en el fondo y con toda claridad a Goliath marcándose unos pasos de baile africano con una embelesada y oronda negra. Como recordareis, para sorpresa de nuestros amigos, el pobre hechicero Timbo resulta inocente del todo, y es fabuloso cómo Ambrós le imprime ahora un gesto perfecto de timidez e inocencia.
En la edición original la impresión deja mucho que desear. A mí nunca me gustaron esos sombreados grises que a veces emborronan los trazos del maestro y la intensidad de los tonos es más bien pobre. Afortunadamente al no ser reeditados estos episodios en el antiguo Trueno Color, se conservaron las planchas originales de Ambrós. Este hecho nos ha permitido disfrutar de unas espléndidas reediciones a color.
La primera a gran tamaño en los álbumes de la colección “Cómics de Oro”, concretamente en el Volumen I dedicado a Ambrós (1994). El color es manual y de la mano de Eduardo Nàger, que con gran maestría trabaja con tonos pastel muy eficaces, que hacen posible que por vez primera contemplemos la magia de Ambrós. Julia Galán fue la editora y yo no me cansé de agradecérselo.
Unos cinco años más tarde, y ya dentro de la Colección Fans (nº 3), contemplamos de nuevo esta historia nuevamente coloreada. Se hace uso del color infográfico, más intenso que el manual, y con un vistoso resultado. Tal vez un poco exagerado y acorde con el viejo color Bruguera, pero efectivo. Los tonos son más fuertes, y al ser el ambiente selvático, se abusa un poco de los verdes fosforito. De cualquier forma, ambas ediciones, que vale la pena tener, superan con creces la edición de 1964. Allá por 1999 Julia Galán ya no estaba en Ediciones B, pero antes de marchar me dijo algo así: “La colección Cómic de Oro a pesar de ser muy buena, resultaba un producto muy caro. Ahora nos estamos planteando reiniciar el Trueno de Fuentes Man en tomos tipo “Olé”. Al poco tiempo nacería la colección FANS.
En aquellas fechas el cuadernillo desarrollaba la aventura de “El viejo de los hielos”. Y sí pensé en lo acertado que hubiese sido si Ambrós la hubiera dibujado. Hoy ya tenemos claro que nuestro admirado dibujante no quiso complicarse la vida.
GUNDAR
LOS FANTASMAS DE TINTAGEL. Trueno Extra 251-253.
Trueno y sus amigos se encuentran en Inglaterra. El diálogo comienza así:
-Siempre he sentido deseos de visitar las ruinas de Tintagel, el castillo del legendario Rey Arturo… dije el Capitán.
-¿Te refieres al mismo Rey Arturo de la Tabla Redonda, Capitán? Contesta Crispín.
-Al mismo –replica Trueno- al mismo, alrededor de quien, según la leyenda, se reunieron los más extraordinarios caballeros andantes de todos los tiempos… Sir Lancelot, Sir Gawain, y tantos otros…
Pero descubren que aquella zona está desierta a causa de los extraños sonidos que de allí proceden y de la supuesta aparición de “fantasmas”. Por eso, cuando llegan a las ruinas por la noche, unas luminosas figuras de Arturo y de Lady Ginebra aparecen ante ellos. Trueno, que sospecha se trata de personajes reales (y no de fantasmas), después de la “procesión”, irrumpe con un estruendoso aplauso. Los personajes caen en la trampa e inmediatamente actúan de forma mecánica al inclinarse “saludando a su público”.
En efecto, se trata de unos comediantes (cuyo carromato había visto Trueno abandonado) y ahora nuestro héroe les pide “hablen con toda sinceridad”. Los asustados actores cuentan cómo un grupo de vikingos, liderados por Horla, les obligaron a esa pantomima con el fin de que aquella zona quedara despejada mediante crear un temor supersticioso. Cuando en la lejanía aparece una flota en la noche, Trueno cae en la cuenta: Todo obedece a una invasión en toda regla por parte de Horla, un jefe vikingo.
La aventura está servida, pues nuestros amigos ahora tendrán que evitar que esa invasión se produzca, lo que conseguirán, como no podía ser de otra manera. Una noche muy movida donde la astucia de nuestros amigos, y los mamporros, por supuesto, les conducirán al éxito.
Es un buen guion, desarrollado a lo largo de tres episodios con un total de veintiuna páginas. Una aventura de ambiente guerrero, pero discretamente atenuado por la ausencia de viñetas con violencia explícita. No obstante, la magnitud del ejército invasor y la grandiosidad de las secuencias, quedan magníficamente expresadas de la mano de nuestro Fuentes Man. Por otro lado, su guionista Víctor Mora se encuentra muy a gusto por haber incluido en ella a los legendarios personajes de la Tabla Redonda. No olvidemos que Mora bebió de esas fuentes a la hora de crear a nuestro Trueno y amigos. Sus ávidas lecturas del Príncipe Valiente años atrás, le indujeron a mostrar un Príncipe Valiente a la española. Y el hecho que el dibujante sea Fuentes Man, un artista de claras influencias “fosterianas”, supone un gran golpe de efecto, que los muchachos en su día no supimos valorar.
Releyendo esta aventura no he podido evitar pensar en la posibilidad de que Fuentes Man habría sido un buen continuador de Valiente de Harold Foster, cuando entre los años 1968/71 fue dejándolo en manos de Cullen Murphy. El trabajo de Fuentes Man es impresionante y no escatima recursos para ofrecer un trabajo de manera impecable. El detallismo en los drakkars vikingos y los patibularios rostros de los invasores, son un notable ejemplo de su buen hacer. Las ruinas de Tintagel y su aspecto tétrico y fantasmal están perfectamente representadas, así como los profundos acantilados que bordean la costa.
El pasado año me recomendaron un libro de la célebre escritora Kate Morton titulado “El jardín Olvidado”. Se trata de una novela que nos remonta un siglo atrás desde donde se construye un relato muy emotivo y apasionante. Bueno, es para mencionar que el “jardín” es literal, y no figurado como creía, y la autora lo ubica en la zona de Cornualles, cerca de las ruinas del Castillo de Tintagel. Y lo menciono porque el libro describe muy bien los altos acantilados de la zona, desde los cuales las vistas son espectaculares. Por eso no he podido evitar “visualizar” los abruptos acantilados que aparecen en el relato de Trueno, pues precisamente esos acantilados favorecen que su estrategia de defensa funcione. He consultado en la red sobre esta región inglesa y expongo a continuación lo más básico, narrado en primera persona por un visitante:
“Una de las etapas obligadas en mi viaje por Cornualles, al suroeste de Gran Bretaña, era Tintagel, un lugar emblemático en la leyenda del rey Arturo. Efectivamente, en la leyenda que rodea a este personaje de la literatura británica, se señala a Tintagel como el lugar donde en el siglo VI nació el rey Arturo. Y Tintagel también es el lugar donde vivía el rey Marco de Cornualles, tío del personaje Tristán de Leonis, protagonista de la obra literaria de la Edad Media Tristán e Isolda.
Pero, ¿qué vas a encontrar ahora cuando vayas a visitar Tintagel al norte de la región de Cornualles? Llegarás una pequeña aldea que se ha convertido en uno de los lugares de mayor interés turístico de Cornualles. Una vez aparques el coche, deberás bajar por un sendero al pie de unos acantilados, lo que te llevará unos 15 minutos. Y ahí verás la pequeña isla rocosa donde se asientan los restos del castillo de Tintagel. Si bien los orígenes históricos de Tintagel apuntan a que tuvo una ocupación en la época de los romanos, y se sabe que de los siglos V al VII fue un lugar estratégico en el comercio marítimo de los reyes celtas de Cornualles con los países mediterráneos, lo cierto es que el enclave fue abandonado a partir de entonces. Fue en 1138 cuando Geoffrey of Monmouth escribe su libro Historia de los Reyes de Bretaña donde hace referencia al famoso rey Arturo y a Tintagel como su lugar de nacimiento…”
También quiero referenciar aquella aventura atípica que Ambrós dibujó para Pulgarcito en la que nuestros amigos visitan el Castillo de Tintagel y entablan conversación con el mismísimo Rey Arturo. Por supuesto, cuando nuestros amigos en la serie Trueno Extra visitan Tintagel (finales de 1964), Trueno no dice nada sobre su anterior visita allá por 1959.
La aventura “Los fantasmas de Tintagel” fue reeditada por vez primera en la colección FANS número 11, y partiendo de planchas originales, es todo un deleite contemplar los trazos y detallismo de Fuentes Man, como se ha dicho, muy en la línea de Harold Foster. Como anécdota diré que en su día llamé al editor Laureano Domínguez (sucesor de Julia Galán) para comentarle que el colorista no se había esforzado mucho al describir las escenas nocturnas y que había limitado a dar todos grises y azulados, no teniendo en cuenta el resplandor que obviamente debía desprenderse el fuego que aparece en varias viñetas. Posteriormente se corrigió este modo de hacer, pero fue una pena, pues casi toda la aventura resultó monocolor. Y recuerdo que dijo: “Se lo transmitiré al encargado del color… aunque para lo que cobra”.
Y por último mencionar las portadas de Osete, en especial la primera, de ambiente nocturno, donde capta la esencia de esta aventura. Fontériz también le dedico la portada el volumen 11 de la colección FANS: la llegada de los vikingos al borde del acantilado…
GUNDAR
Amigo Gundar: me alegra mucho comprobar tus renovados bríos para continuar tu estupenda serie sobre el Trueno Extra, no solo hasta el fin del formato inicial que te pedí, sino abarcando la serie completa ahora.
Te escribo referente a tus menciones al Rey Arturo y el castillo de Tintagel. Ambos aparecen el los Truenos de “Pulgarcito” y luego cuando Mora los retoma en el Trueno Extra nadie se acuerda de que ya estuvieron allí anteriormente.
Aunque no soy experto en historia británica, por mis simultáneas novelas y películas medievales, ya me di cuenta en su día de que si Trueno es contemporáneo de Ricardo Plantagenet y vive en los siglos XII y XIII, es imposible que conociera al Rey Arturo que vivió (?) en el siglo VI. Lo atribuí a una licencia histórico-poetica de Víctor Mora conociendo su admitida influencia del “Príncipe Valiente” de Harold Foster.
Pero sufres un lapsus, amigo Gúndar, pues aún así a Arturo Trueno lo conoce en Camelot, su famoso castillo y no en Tintagel. Pero cuando Ortega nos iluminó en cuanto a los anónimos guionistas de la saga, mi teoría fosteriana se hundió pues el guión de Camelot es de Ricardo Acedo, que no era tampoco muy experto en Historia medieval puesto que, además ,hizo aparecer a Godofredo de Bouillon en otra aventura de “Pulgarcito” que era uno de los líderes de la Segunda Cruzada, mientras que nuestros amigos solo intervinieron en la Tercera, casi cien años después.
En cuanto a el Castillo de Tintagel como lugar de nacimiento del Rey Arturo que, a tenor de la mayoría de las versiones que conozco era de estirpe plebeya, así que no es fácil que naciera en este castillo. En la versión que nos ocupa Tintagel es el castillo del Rey Hagen que busca esposo para su hija Brunilda y en una especie de variante medieval de “Diez Negritos”, van muriendo misteriosamente uno a uno sus pretendientes, en un excelente guión de Vidal Sales, un poco en la línea del Inspector Dan y que fue la despedida de Ambrós en la revista.
Una prueba más de la ausencia de un asesor fiable sobre los argumentos del Capitán Trueno que controlase a los distintos guionistas. Un abrazo.
Víctor Trueno.
Gracias, amigo Víctor por esta aclaración. Y tienes razón, recordé que incluso hay un episodio de Pulgarcito titulado "Camelot". Enfrascado en el desarrollo de mi estudio/comentario, sentí pereza de rebuscar en los volúmenes que tenemos (en especial en el José Ángel) y me limité a una comentario puramente superficial.
GOLIATH Y LA GRAN DUQUESA TATIANA Trueno Extra 254-256.
Por fin una aventura del tándem Mora-Ambrós. Una aventura de veintiún páginas dividida en tres impresionantes episodios. Si hiciéramos una encuesta por votaciones, de seguro que esta aventura quedaría entre las cinco primeras, sin lugar a dudas.
No encontramos a nuestros amigos atravesando la estepa rusa, o tal vez siberiana, si bien nunca sabremos cómo se les ocurría hacer este tipo de turismo en aquella época. El caso es que Goliath salva a la Gran Duquesa Tatiana de morir ante el ataque de un tigre, a quien nuestro amigo trata como un simple gatito. A consecuencia de este hecho, la Duquesa nombra a Goliath “Jefe de su Guardia”, pero éste lo rechaza de plano, creándose la enemistad con la oronda Duquesa. Como resultado nuestros amigos serán perseguidos y finalmente atrapados. Trueno y Crispín serán utilizados como rehenes a fin de que Goliath no sólo acepte el cargo, sino que acepte contraer nupcias con aquella mujer. Ahí está el dilema de nuestro “Cascanueces”, que accederá a la boda con tal de que sus amigos no salgan perjudicados.
Como es de prever la aventura tendrá final feliz, y se moverá entre unas circunstancias angustiosas y a la vez cómicas, donde nuestro Víctor Mora despliega sus habilidades narrativas al máximo, permitiendo que el lector sienta emociones diversas. Y si a esto le añadimos el despliegue narrativo/gráfico del maestro Ambrós, pues hace que nos encontremos con una auténtica obra maestra. Observando esta historia desde la perspectiva del tiempo, percibimos un total “corte de manga” a la censura, pues de fondo se plantea una situación trágica para un pueblo que sufre los abusos de un gobierno dictatorial. Para ello el autor incluye a una simpática pareja, Igor y Nelia, que jugarán un importante papel en la historia. La muchacha dirá a Trueno: “Igor, mi prometido, no ha podido pagar a los recaudadores…¡estamos esperando que la guardia de la Gran Duquesa venga a detenerlo de una momento a otro!”. Como dato curioso, en su día Igor me pareció un Crispín veinteañero y en la actualidad me lo sigue pareciendo.
Aspectos dignos de reseñar:
Episodio 1º, página 2, viñeta 8: El gesto de Tatiana, no sólo sorprendida, sino realmente embelesada por el porte varonil de Goliath. El rechazo de Goliath… el zurriagazo que ella le da… los azotes de Goliath en el trasero… y sorprendentemente, el alelado rostro de una mujer bruta, ahora encandilada y enamorada de su “agresor”, diciendo con convicción aquello de “¡Un hombre así no debe salir de mis dominios!”
Episodio 1º, páginas 6 y 7. La magnífica descripción gráfica de la lucha de nuestros amigos por defenderse, destacando la agilidad de movimiento de Goliath, que pese a sus kilitos se mueve como un acróbata y exhibe su fuerza como un auténtico coloso. El pincel mágico de Ambrós, mediante Goliath, nos da una lección de la anatomía humana en pleno movimiento.
Episodio 2º, página 1. Impresionante picado y contrapicado. El lector desde la perspectiva tomada desde el fondo del foso contempla la aparatosa caída de Crispín y el Capitán al mismo. Y seguidamente, desde arriba, poder contemplar el resultado de la caída. Vale la pena contemplar esta escena con detenimiento.
Episodio 2º, páginas 5 y 6. Goliath enfrentándose a la argumentación de la Gran Duquesa para desmoronarse y rendirse a la cruda realidad. Las tres viñetas que describen las ensoñaciones de Goliath sobre su hipotético futuro son impagables. Sobre todo la última donde imagina cómo su “futura esposa” le presenta a sus trillizas robustas y le dice “Las pequeñas han salido a mí, ¿verdad, querido esposo?”.
Episodio 3, páginas 4 y 5. La llegada al altar. Goliath escucha: “Aceptas por esposa a la Gran Duquesa Robustiana Hermenegilda Clotilde Tatiana?”. Entonces suena un silbidito que Goliath reconoce como el de una canción cuya letra dice “Me llaman el Cascanueces, será por algo que yo me sé”. Entonces Goliath, ante la despelujada Tatiana, dice a voz en grito un rotundo ¡NO!, y sale zumbando. Hasta el lector siente alivio.
Ésta ha sido una breve muestra de los momentos cumbre de la obra. Una obra que los amantes del arte de Ambrós no dejaremos de admirar. Como decíamos con anterioridad, ya no estamos en aquella gloriosa época donde las mujeres malas eran malas de verdad: Kundra, Tenziré, Anga… Pero no cabe duda que en momentos dados nuestro Goliath sufrió de la perversa maldad de su oronda partenaire, y aunque se trata de otro tipo de maldad, tiene también su puntito cruel. Personalmente creo que Víctor Mora desaprovechó la ocasión de lujo que se le presentaba con este personaje, que bien podía haber dado mucho juego en futuras aventuras, como luego sucedería con el inefable Conde Já.Já.
En esta nueva lectura después de unos años, no he podido evitar percibir ciertas semejanzas (por la forma de narrar y ambientar), con la serie posterior “El Corsario de Hierro”. De hecho, las historias de este último que se desarrollan en Rusia y entornos, hoy resultan memorables. Y he podido recordar aquellas que se derivan de “la cautiva de Ispahán” y después con el enfrentamiento con “los húsares de la muerte”, donde Merlini se enfrenta a un dilema semejante al de Goliath. Digamos que este regreso de Ambrós en los años 1964/65 supone un punto intermedio entre el Capitán Trueno y El Corsario de Hierro.
El desarrollo de la aventura que hoy analizamos coincide en el cuadernillo con el final de “El Viejo de los Hielos” y el inicio de la ralentizada aventura del “Conde Hierro”. Los muchachos de la época, ya entrando de lleno en la adolescencia, íbamos perdiendo fuelle respecto a Trueno y orientando nuestras preferencias en otras direcciones, aunque el regreso de Ambrós a mí me había “reconquistado”. Mi error fue que di por sentado que con la alternancia de Ambrós y Fuentes Man habría para rato. Pero prefiero no adelantarme.
Cuando salió el número 12 de la colección FANS, me pareció un ejemplar perfecto. Se incluía la aventura de aquel condesito caprichoso (Trueno Extra 208-210) y la aventura que hoy analizamos de la Gran Duquesa Tatiana. Un color muy bien dado, pero lo mejor estaba en la limpieza de los trazos originales de Ambrós. Lo que me fastidió un poco es que Fontériz en ninguna ocasión realizó una portada para ilustrar cualquiera de estas tres aventuras de Ambrós. Pero de todas formas, la reedición de las mismas, en ambas ocasiones (FANS y CÓMICS DE ORO), ha sido de lo más digna.
He de puntualizar que con anterioridad estas aventuras de Ambrós se insertaron en el Álbum Gigante de la forma más chapucera que uno pueda imaginarse, pues no sólo se “desmontaron” para encajarlas al gran formato, sino que se incluyeron en unos contextos inapropiados. Por ejemplo, tal vez muchos no sepáis que en el Álbum Gigante, después de la aventura del elefante blanco (Sarajak), se insertó la de “Los elefantes locos” que ya hemos comentado, como si fuera una continuación, cuando una transcurre en la India y la otra en África. Y que para colmo se suprimieron las aventuras del Gran Unicornio y la del Bajel del Desierto (Takiri). Afortunadamente aquello ha quedado como una burda anécdota y en la actualidad podemos disfrutar de estas tres aventuras de Ambrós en espléndidas reediciones.
GUNDAR
CONJURA CONTRA RICARDO. Trueno Extra 257-259.
Nos acercamos al fin de año 1964. Aquellas vacaciones invernales jamás podré olvidarlas pues se puede decir que por vez primera tuve un trabajillo remunerado. Sólo tenía catorce años y mis estudios en el Instituto cada vez me resultaban más apasionantes. Tonteaba con las lindas muchachitas y día a día iba descubriendo todo lo sorprendente que conlleva la adolescencia y estudiar con amigos/as hasta las tantas de la noche.
Empiezo así porque durante aquellas vacaciones navideñas, una amistad de mis padres que tenían una tienda de ropa y, durante aquellas fechas, necesitaban un chico que entregara los trajes a domicilio o los llevara al coche de línea a facturar. Acepté aquel trabajo con sumo gusto, y entonces se acordó un sueldecillo. Sólo era para esas fechas en que había tanto movimiento, y además, podría contar con suculentas propinas. Pensar en que iba a aumentar mi poder adquisitivo me animó a realizar este trabajo, y tengo que decir que lo pasé fenomenal. Además quería ahorrar para comprarme un tocadiscos, un “pick up”, como decían algunos por aquel entonces. Mi pasión por The Beatles iba en aumento así como gran parte de la música anglosajona, que me mantenía al día gracias a Radio Peninsular de Madrid.
Aquel mes de diciembre respecto a nuestro Trueno coexistían cuatro publicaciones: El Almanaque para 1965 con la aventura “El secreto de Haakon” de Ambrós; el cuadernillo, que por aquellas fechas entraba en la aventura del “Conde Hierro” (Crispín y la joven princesa Yolanda permanecerían durante varios episodios en una balsa socorriendo a los damnificados por las inundaciones en Nordia); en los Kioscos aparecía el número 9 del Álbum Gigante “Titlán el Tirano”, ofreciendo una censuradísima aventura donde las viñetas se habían recortado al máximo, y por último, el Trueno Extra con la aventura que hoy analizamos.
Nuestros amigos se hayan en Inglaterra y deciden visitar el Castillo de Ricardo Corazón de León, a quien Trueno conoció, y se batió amistosamente con él, en el mismísimo número 1 del cuadernillo. Durante el trayecto van a sufrir dos atentados. Un incendio que les dejará cercados, pero que logran salvarse gracias a un riachuelo providencial, y después será una estampida de caballos salvajes al pasar por un desfiladero, que estuvo a punto de terminar con su existencia. Cuando los enemigos van a cerciorarse de “la muerte” de Trueno, Crispín y Goliath, se llevan una sorpresa al ver que éstos han sobrevivido. Trueno perseguirá a su líder, que resultará ser Sir Harry, quien a su vez había recibido instrucciones de un torvo personaje habitante del castillo. Aunque Sir Harry no tiene oportunidad de decir de dónde procedían aquellas órdenes, Trueno no tardará en darse cuenta de que la actitud del príncipe Juan, hermano de Ricardo, es más que sospechosa, pues provoca que Sir Harry caiga por un barranco. Juan le cuenta a Trueno, aparentemente compungido, que su hermano Ricardo ha desaparecido y que todo indica que ha sido secuestrado por un grupo de sarracenos. La inesperada aparición por la noche de Sir Harry y su arrepentimiento sincero, revela la conjura del príncipe Juan, quien en realidad tiene retenido a Ricardo en las mazmorras de su propio castillo.
La ágil forma de narrar esta historia, así como el arte gráfico de Fuentes Man, corroboran una vez más que nos encontramos en una de las etapas en la revista Trueno cuyos índices de calidad alcanzan su punto más álgido. Y es una pena que a partir de aquí se irían introduciendo algunos elementos que harán que esa calidad empiece a decaer y a resentirse el producto final.
Las primeras secuencias recuerdan mucho a la obra de Harold Foster en Príncipe Valiente, en especial por los paisajes. Y es muy interesante que por fin podemos contemplar algunos rostros de Trueno, en primer plano, realizados por el propio Fuentes Man (primer episodio, página 4, viñeta 2; segundo episodio, página 2, viñeta 5, página 4, viñeta 4 y página 7, viñeta 8). También podemos decir lo mismo de Crispín y Goliath.
Es una aventura muy entretenida que aporta algún aspecto novedoso en el desarrollo de las aventuras de Trueno en la revista, pues ésta es la que dará pie a una de las sagas más recordadas y celebradas de nuestro héroe: “Goliath diplomático”. Pero esto ya lo iremos viendo, pues entre las intervenciones de Fuentes Man se irán intercalando otros dibujantes, que para disgusto de muchos, no volvería a ser Ambrós uno de ellos.
Esta aventura contiene algunas secuencias memorables, como la del molino. Es el encuentro entre Trueno y Sir Harry. Las diferentes perspectivas desde las cuales Fuentes Man nos permite contemplar la agilidad de nuestro héroe, son magníficas y toda una lección para quien se inicie en el mundo de la historieta. No tenemos más que contemplar las páginas 1 y 2 del episodio segundo (nº 258). También lo es la secuencia nocturna en el Castillo, cuando Sir Harry penetra en la alcoba del príncipe Juan y se encuentra en su lugar al Capitán Trueno, al final del episodio y comienzo del tercero. La intervención de Crispín y Goliath en la noche, que duermen en camisón –como debe de ser- y la bajada a las mazmorras donde se halla el rey Ricardo, un colofón que deja al lector muy satisfecho. Es en las viñetas finales que Ricardo Corazón de León designa a Goliath para una misión y nuestro “cascanueces”, con su muslito en la mano, dice: “¿Cómo? ¿Diplomático yo…?” Algo digno de reseñar es el hecho de que Fuentes Man nos dibuja a un Ricardo Corazón de León cuya fisonomía nada tiene que ver con la que creó Ambrós y que imitó muy bien Tomás Marco.
Esta aventura se reeditó en el tomo 13 de la colección FANS, y de nuevo, podemos contar con una visión impecable de una edición que parte de originales. Pero sorprendentemente, no en su totalidad. Al menos las páginas 4 y 7 del nº 258 y la página 5 del nº 259, se aprecia se ha partido de una edición ya impresa. Y es que a veces, en la recuperación del fondo Bruguera, se descubría que algunas páginas se habían perdido (lo sé por una conversación de hace años con Juan Ramis de Ibiza, colaborador de Julia Galán). De hecho, el editor de entonces nos llamó a Félix y a mí solicitando algún ejemplar del Trueno Extra, para cubrir ese tipo de carencias. Sé que mi amigo envió un ejemplar completo de “Goliath Diplomático”, de una aventura que analizaremos próximamente. Yo no pude colaborar debido a que hacía poco tiempo había encuadernado mi colección.
La verdad es que al revisar en estos momentos la colección FANS, reconozco que está muy bien, pero que es una pena que a veces, para su realización, hubo que partir de ediciones ya impresas, y que no se respetó su orden cronológico.
El año 1964 había terminado. Se iba a iniciar un año difícil para nuestros héroes. La censura se iría recrudeciendo poco a poco y en el mercado otras revistas se estaban haciendo un hueco en los kioscos, marcando una fuerte competencia. Por poner un ejemplo: eran espectaculares las portadas de las revistas Pantera Negra y Flecha Roja, de la mano de Miguel Quesada, y luego de Luis Bermejo. Y qué decir de los “Héroes Modernos” de Dólar… (Flash Gordon, Hombre Enmascarado, Príncipe Valiente, Ben Bolt, Mandrake el Mago, etc.) en gran formato apaisado…Pero según estaban las cosas, era una corriente de aire fresco que se necesitaba.
GUNDAR
LAS AGUILAS DE FUEGO. Trueno Extra 260-262.
Trueno, Crispín y Goliath llegan a una “apartada región en la India”, cuando se encuentran con una joven pastora llorando amargamente. Antes de que pueda dar razones de su lamentable angustia, unas águilas bien organizadas, arrebatan unas cuantas ovejas delante de nuestros amigos. Será Crispín que, como un resorte, actúa de inmediato lanzando una flecha a una de las águilas, que suelta de inmediato su presa. La muchacha agradece el gesto, pero expresa sus temores de que a consecuencia de este gesto, las “águilas de fuego” lancen sobre la aldea su implacable venganza, como ya sucedió con anterioridad gracias a la valentía del joven Chandra, quien por esta razón había sido expulsado de la aldea.
Ahora Trueno y amigos han de convencer a los aldeanos que lo mejor es unirse y luchar. Lo primero que hacen es ayudar en la reconstrucción de la incendiada aldea, y después, sin demora, convocar una asamblea para tomar acción de inmediato. Trueno dirigirá una vez más los planes para la construcción de un globo, que será el elemento base para que la historia llegue a buen fin.
La aventura tiene un final de lo más previsible, pero contiene un elemento que la hace un tanto interesante. Cuando se encuentran a Chandra rondando la zona donde habitan las águilas, éste les cuenta que las rapaces están amaestradas por unos enanos barbudos que las montan. Entonces Trueno exclama: “Hace años estuvimos en esta parte del mundo… ¡y tuvimos que defendernos de unos enanos barbudos que montaban en águilas! Eran muy belicosos… Llamaban a las águilas mediante extraños silbatos que reproducían sus graznidos”. Entonces una nota al pie de viñeta, apunta que el lector consulte los primeros números del cuadernillo o bien el Álbum Gigante Nº 2.
En efecto, nuestros amigos se encuentran en un lugar de la India donde ya habían estado anteriormente. Y esto sucedió en los cuadernillos 14 y 15, que el guionista no se molestó en comprobar, tal vez porque se basó en el citado Álbum Gigante que caería es sus manos. Porque al parecer no se trata de Víctor Mora, como yo había pensado, sino de Ricardo Acedo. Posiblemente este guionista tuviera una noción de aquella aventura, porque poco después, allá por 1957, tenía que sustituir al propio Mora como guionista en los cuadernillos. Tengo que reseñar que los que pertenecéis a la generación del Trueno Color de 1969 no pudisteis disfrutar de la aventura de los enanos porque sencillamente se suprimió.
La aventura de “Las águilas de fuego” no está nada mal, digamos que por encima del término medio. Es bastante original y para el lector fiel a Trueno, fue de mucho agrado retomar el recuerdo de la época de inicio del personaje. Ya he comentado más veces que el dibujante, Martínez Osete, es un autor “todoterreno”, y que en principio a muchos siempre nos cayó muy bien a pesar su carente academicismo como dibujante. Sin embargo, algunos (entre otros yo mismo), esperábamos que ahora le tocaba el turno a Ambrós, y por tanto no nos hizo ninguna gracia ver a nuestro recordado Osete. En aquellas fechas ya teníamos a Osete en el cuadernillo (con rostros de Pardo), le teníamos fielmente en las portadas del Trueno Extra, y además le seguíamos con interés en “Víctor, héroe del espacio”. Ver a Osete en esta aventura, al menos para mí, supuso un gran disgusto, aunque pensé que tal vez para la siguiente vez, podríamos contemplar una nueva aventura de Ambrós. De cualquier forma, aquel año 1965 no había empezado con muy buen pie respecto a nuestro Capitán Trueno.
Martínez Osete realiza un trabajo correcto, pero la distribución de viñetas a lo largo de las veintiún páginas que conforman esta aventura, no le permite explayarse como lo hace en el cuadernillo. Sus inicios en Trueno Extra nos ofrecían unas viñetas más grandes donde los fondos eran trabajados con más esmero. Recuerdo los cielos con grandes nubarrones o los mares revueltos que tanto le caracterizan. Aquí los dibujos son semejantes a los del cuadernillo salvo que las caras que usa son las de Ambrós y al estar concebida cada página con cuatro tiras de dos o tres viñetas, hace que las figuras queden algo “achaparradas”, a menos que sean primeros o medios planos. En lo que a su grafismo se refiere, el dibujante murciano no presenta ningún aspecto novedoso. Y la capacidad de producción no cabe duda va en detrimento de su particular arte. Ésta es una etapa en la que vemos a Osete con suma frecuencia. De hecho, es en Víctor, el héroe espacial donde percibimos al dibujante más suelto y con cierto ejercicio de libertad expresiva.
Esta aventura se reeditó por vez primera en la colección FANS en su tomito 26, justo después de haber terminado de publicarse toda la obra de Fuentes Man. Fontériz dedicó su portada a esta aventura y representa a nuestros amigos atados a unos postes, a punto de ser atacados por las águilas. Para el volumen 6 de tomos recopilatorios se utilizó la misma portada con un ligero cambio de diseño. Al echar un vistazo a los interiores percibimos que la edición es impecable al partir de planchas originales. El color es correcto pero tal vez poco intenso y pobre de color.
Cuando se editó esta aventura en enero de 1965, en el mercado estaban alcanzando gran éxito dos revistas: Pantera Negra y Flecha Roja, que ya pasaban de la veintena. Sus portadas eran espectaculares y en los kioscos la vista se desviaba hacia ellas. De la mano de Miguel Quesada los jóvenes disfrutábamos de auténticas maravillas pictóricas de impresionante cromatismo. Recordaban a los carteles cinematográficos de la época. Digo esto porque ante la decadencia que se iba iniciando en las revistas Bruguera, aquellas revistas eran toda una alternativa. Los contenidos también reunían una calidad inusitada. Con todo, semana tras semana yo seguiría esperando el regreso de Ambrós que en la revista jamás se produciría.
GUNDAR
“EL CAPITÁN TRUENO Y YO” (XIIc)
“LA MUERTE DEL MÁS VALIENTE GALEOTE”
A mediados del año 1957, una parte de los equipos artísticos de Editorial Bruguera se embarcaron en una arriesgada aventura para intentar escapar de su férreo control. Y así el 13 de junio de 1957, tras anunciarse varios días en la prensa, apareció en los kioscos “Tío Vivo”.
Editaba Crisol, bajo la dirección de Conti, con el gran Cifré, Peñarroya (Ambos realizarían todas las portadas a todo color) el excelente Escobar y el mejor autor del exitoso “Inspector Dan”, Giner. Fueron presentados como “Los 5 grandes del Humor”.
Bruguera ya había intentado previamente hundir el proyecto e impedir que les concedieran el permiso de publicación. Como no lo consiguió, forzaron a su equipo restante, creando dos publicaciones parecidas “Can Can” y “Ven y ven” para saturar el mercado del humor para mayores, aun al precio de perjudicar las ventas del propio DDT.
Finalmente, Bruguera les ofreció una tentadora cantidad si volvían al redil, y Conti, Peñarroya, Cifré y Escobar regresaron a la Editorial. Pronto se reincorporaron a sus personajes y secciones, excepto Giner que no quiso aceptar.
ÁNGEL NADAL QUIRCH que, con Jorge, Schmidt, Vázquez y los recién incorporados Segura, Ibáñez y Gin sostuvieron la estructura editorial durante su ausencia, al conocer la pasta que recibieron los fugados galeotes para acceder a regresar, pidió a González que le dieran otro tanto, por haberse quedado y premiar así su fidelidad, pero como la empresa se negó en redondo, Nadal decidió abandonar definitivamente Bruguera, para trabajar para el extranjero. Una repentina ausencia que siempre me extrañó. Aunque fue en el verano de 1958, aún aparecería material suyo acumulado hasta 1959. Y así nos quedamos sin nuevas páginas de “Casildo”, “Pascual, criado leal”, “Don Cloroformo” y “Matildita y Anacleo” y “Las mujeres de Nadal” sus principales creaciones para Pulgarcito y DDT.
Ambrós, que tras trabajar por muy poco dinero en otras editoriales, había conseguido entrar en Bruguera, y tras unos trabajos iniciales, logrado el enorme éxito del “Capitán Trueno”. Y tenido ya sus primeros roces, al ver Ambrós que la Editorial acababa cediendo cuando realmente le interesaba conservar a alguno de sus dibujantes, en su mente se empezaron a fraguar sus sucesivas exigencias de mejoras salariales ante el asombroso éxito de su creación, que acabarían afectándola gravemente.
Nadal se despidió de Bruguera con “Maripili y Gustavito, todavía sin pisito”, “Las chicas de Nadal” y Marilin, chica moderna. A partir de 1960 trabajó para el extranjero, a traves de Fleetway con “Buster” y “Blarney Bluffer en Inglaterra y en Bardon Art para Alemania con “Primo” y “Zack”. Curiosamente, a partir de 1970, dibuja para la Walt Disney danesa aventuras de Goofy y Mickey Mouse.
Descanse en paz el más valiente de los galeotes, que habiendo sido fiel, se atrevió a reclamar y no admitió ser peor tratado que los hijos pródigos, en Bruguera.
VÍCTOR TRUENO.
“EL CAPITÁN TRUENO Y YO” (XIId)
“DOS RESULTADOS DISTINTOS”
Aunque Nadal y Ambrós tienen estilos muy diferentes y pocos puntos de contacto en cuanto a los ambientes y épocas que enmarcan sus trabajos, sí tienen un punto de convergencia: Ambos eran muy apreciados en Bruguera, pero eligieron enfrentarse, Ambrós repetidamente, con la Dirección.
Como vimos en el anterior capítulo, tras ser uno de los puntales de los que se quedaron en la Editorial cuando los del equipo de “Tio Vivo” se fugaron a Crisol, Nadal fue el encargado de dibujar muchas portadas de DDT, junto a Jorge, Vázquez y Gin, que normalmente hubieran ilustrado Cifré y Peñarroya.
Al ver lo que la Editorial había pagado a los fugados para que regresaran, con razón, Nadal solicitó lo mismo para quienes habían posibilitado que las revistas pudieran seguir apareciendo. Pero les fue denegado. Casi todos lo aceptaron, para poder seguir trabajando, salvo Giner que ya no regresó y ANGEL NADAL que empezó a buscar otros caminos y contactos para trabajar para el extranjero.
Pero quiso el destino que ya en 1958, cuando se produjo el retorno de los fugados, un buen dibujante con experiencia llamase a las puertas de Bruguera: Ignacio Hernández Súñer que fimaba IÑIGO.
Viendo las características de sus muestras, se le aconsejó que sus trabajos siguieran el estilo de Nadal en las páginas del DDT. Porque Ángel Nadal tenía un dibujo de trazo más realista que el de Cifré, Escobar, Peñarroya, Conti o Jorge, y más apto para escenificar situaciones de la vida cotidiana de la pareja: “Matildita y Anacleto, un matrimonio completo”(1954) y en “Maripili y Gustavito, todavía sin pisito”.(1958). Fueron sus modelos.
Iñigo, siguiendo al pie de la letra las indicaciones, logró un mimetismo tal con el estilo de Nadal, que me creó la sospecha de que Iñigo solo fuese un seudónimo suyo. Pero si su grafismo lograba confundir, que su humor era más irónico y atrevido, se empezó a ver en la serie “Robertito y Elisenda, una pareja estupenda”, creada en 1958 para “Sissi”. Para otra revista Bruguera, “Can Can”, dibujó otra pareja jóven, “Heliodoro y Robertita, una feliz parejita”, en 1960 y “Chelito y Marisita, ambas con su parejita” para “Sissi, Novelas Gráficas”.
Pero la serie de historietas más famosa de Iñigo fue “Lola” (también conocida por “Lolita” en algunas versiones), creada para el mercado internacional en 1962. Su popularidad fue tal que Bruguera la recuperó en una colección de 28 entregas monográficas en 1975, con nuevos dibujos de Iñigo para ilustrar sus portadas.
Eran historietas mudas para ahorrarse las traducciones, y facilitar su exportación. Lo que supuso a Iñigo tener que esforzarse mucho más en el desarrollo de los gags. Creaciones Editoriales facilitaba a Iñigo al principio ideas y chistes españoles y extranjeros para que los adaptara al personaje en forma de tira, pero tiempo después, poco a poco, fue tomando la iniciativa total de los asuntos. “Lola” no declinó hasta finales de los años setenta, porque sus atrevimientos y sugerencias picantes quedaron cortos en plena época del destape y de una tímida pornografía.
Resumiendo, en el caso de Nadal, González logró un excelente sustituto, Iñigo, que posiblemente llegó más lejos que él mismo, de haberse quedado en Bruguera.
Paralelamente, el caso de Ambrós tras varias incidencias, llegó al abandono traumático del Capitán Trueno a finales de 1959. Animado por este éxito, el Gran Jefe intentó una jugada parecida para encontrarle un sustituto, entre varias decenas de candidatos, debidamente adoctrinados para imitarle, pero nunca logró nadie acercársele lo suficiente para ser confundido con el maestro, pese a imitaciones, calcos, recortes suyos superpuestos y demás añagazas que ya conocemos.
Por suerte o por desgracia, Ambrós tenía unas características únicas e inimitables, como ha demostrado la Historia.
VÍCTOR TRUENO.
GOLIATH, EMBAJADOR. Trueno Extra 263-265.
Como continuación de la anterior aventura de Mora/Fuentes Man, nos encontramos a nuestros amigos en la corte de Ricardo Corazón de León, con un Goliath asustado ante la decisión del rey de usar a nuestro querido “cascanueces” como diplomático en una delicada misión.
Cuenta Ricardo que hace unos 100 años las costas inglesas se vieron asediadas por la flota francesa, que terminó retirándose gracias a la resistencia de los ingleses. Pero los franceses se llevaron consigo el tesoro de la Abadía de Warwick, que tras un desafortunado viaje, llegaron a naufragar frente a la costa bretona, hundiéndose la flota junto con el tesoro. El suceso se produjo delante del castillo de los Condes de Plouenec. En el momento que lo cuenta el Rey Ricardo, la relación entre ambos países es cordial, y aprovechando su buena relación con el rey francés, ya había solicitado al rey la recuperación del citado tesoro. Sin embargo, es el actual Conde de Plouenec, con mal carácter (un verdadero ogro, se dice), el auténtico problema. Es ahí donde entra en juego el papel que va desempeñar el buen Goliath, y es que, como dice Ricardo, el energúmeno sólo hace caso de un interlocutor “en la medida en que este puede seguirle, a la hora de comer”.
Una curiosa aventura que se sale de los cánones a que estamos acostumbrados en la saga Trueno, cuando nuestro Goliath casi se ha limitado tan solo a “cascar nueces”. Para este primer papel Goliath tendrá que seguir un rudo entrenamiento a modo de cursillo acelerado. Clases de protocolo aristocrático, aprender formas y maneras de vestir y moverse, hacer un variado uso de guardarropa, e incluso tomar clases de música y baile, lo que generará divertidas e hilarantes escenas, como la de aporrear y cargarse el clavicordio. Si a esto le añadimos la intervención del malo de turno, en la imagen del chambelán del Conde, que no deja de intentar frustrar y sabotear la intervención de nuestro pobre Golitah, pues tenemos como resultado una impresionante y descacharrante aventura donde no falta el humor y los más terribles peligros, sobre todo cuando nuestros amigos están a punto de perder la vida en sus inmersiones en la cercana costa.
Es una aventura que sin duda conocemos bien, pero que vale la pena releer por la cantidad de interesantes detalles que contiene. Como hemos indicado, aquel inicio de 1965 está marcado por cierto aperturismo en lo que a revistas juveniles se refiere, y aquí Víctor Mora da un viraje en lo que a calidad de guion se refiere, utilizando un lenguaje más acorde a un público adolescente al que va dirigido la revista. De hecho, esta aventura supone un antes y un después en el modo de hacer las cosas, pues creará una mini saga de “Goliath diplomático”, con guiones de alta calidad, que llegarán a trascender al cuadernillo.
A estas alturas ya han sido bastantes las aventuras de Fuentes Man que se han analizado y por temor a repetirme, sólo quiero resaltar algunos detalles de estos episodios. El dibujante se recrea de forma particular en las escenas de la corte, los interiores del castillo y el típico lenguaje gestual con que dota a sus personajes. También resulta virtuoso en la descripción gráfica de las vestimentas, como es el caso del atuendo que luce Goliah en la viñeta 9 de la página 3 del primer episodio, que es con el que se presentará ante el Conde en la hilarante escena de su caída, en la que nuestro “cascanueces” rompe el “precioso mosaico de Holanda”. Las divertidas cuatro páginas del malogrado banquete son dignas de revisar, y por el contrario, la magnífica puesta en escena de la dramática secuencia referente a la incursión submarina.
Hay dos viñetas que quiero reseñar dentro del apartado de curiosidades. La primera se encuentra en la sexta de la página seis del episodio primero (263). Se trata de un magistral primer plano de Goliath y Trueno realizados integramente por Fuentes Man, pues como ya indicamos, cada vez se va soltando más al evitar pegar los rostros de Ambrós. Sin embargo, en esta viñeta, es curioso que los dos personajes resultan de lo más ambrosiano. La otra viñeta es la primera de la página sexta del tercer episodio (265). Aquí se ha usado claramente, y de forma excepcional, un rostro de Ángel Pardo, que no encaja para nada. Siempre lo vi como uno de esos extraños misterios sin resolver. Hoy tengo una explicación respecto a lo que creo que pasó. Posiblemente Fuentes Man hizo uno de esos rostros de creación propia, y el resultado no gustó a los editores. Y sin más colocaron encima otro rostro. Y como Bruguera era Bruguera, cogieron el primero que pillaron y que encajaba con la perspectiva del cuerpo, sin fijarse en que se trataba de Pardo, que repito, no encaja para nada con el estilo de Fuentes Man. Claro, puede que la explicación sea otra, pero no puedo evitar dejarme llevar por la intuición.
Nuestro recordado Fuentes Man se encuentra en su mejor momento, no cabe la menor duda, y aunque aquel año vive los típicos destrozos por la censura, Víctor Mora con inusitada inteligencia salva la situación con una historia “inteligente” que permite al dibujante lucirse a plenitud. En su día, cuando yo tenía aún 14 años, usé algunas viñetas como modelo para practicar el dibujo. De hecho, la figura del Conde Plouenec siempre me llamó la atención. Al punto que la reproducción de la viñeta dos del tercer episodio, ejecutada por mí en tinta china negra, la envié a la Editorial Maga, para la sección de dibujantes noveles y se publicó en la revista Pantera Negra nº 81.
Y una anécdota relacionada con esta aventura, tiene que ver con la llamada que el editor nos hizo (no recuerdo si a Félix o a mi) al poco de iniciarse la colección FANS. Ediciones B no disponía de los originales del episodio tercero y buscaba un ejemplar del Trueno Extra lo más nítido posible. Mi amigo Félix cedió ese ejemplar al editor (creo que era Laureano Rodríguez) y pudo publicarse la aventura completa en su volumen nº 8 . En poco tiempo se le devolvió el citado ejemplar, junto con un obsequio: todos los números de la serie FANS editados hasta el momento.
GUNDAR
Hola, ¿alguien sabe si Ed B publicará el segundo tomo de los extras? no veo nada en su web...
Amigos en Trueno, como pequeño regalo de Navidad y complementando el magnífico trabajo de José Ángel en el Foro sobre "EL SHERIFF KING", os ofrezco este capítulo inédito de mi serie, centrado en su autor gráfico Francisco Díaz.
“EL CAPITÁN TRUENO Y YO” ( )
“SLIM, KING, F. DÍAZ Y LA AMPLIADORA”
Cada vez que un nuevo dibujante se asomaba en las páginas del “Capitán Trueno-Extra”, aceptada ya la evidencia que nadie podía parecer Ambrós sin ser Ambrós pese a las imposiciones del Sr. González de seguir sus huellas lo mejor posible, mi fidelidad delegada al maestro me hacía aceptar mejor al nuevo continuador cuanto más me recordara a Ambrós.
Por eso FRANCISCO DÍAZ VILLAGROSA me gustó desde su primera intervención, en los Trueno-Extra nºs 86-87-88 aunque del primero solo son suyas las páginas 10, 11 y 12, pues tuvo que terminar una aventura que su primer dibujante abandonó al poco de iniciarla, (posiblemente Casamitjana entintado por Piqueras y Briñol en algunas páginas.) Algo indica que la Editorial no proporcionó a Díaz los primeros cuadernos de Ambrós, porque en ella aparecía un Ricardo Corazón de León moreno, con las facciones del Doctor Zarkov de Dan Barry con melena y un Flash Gordon con peluca morena, bigote y perilla aquí llamado Archibald, pero sí algunos recortes de Trueno y Goliath de las láminas de Ambrós en las escenas de lucha.
Años después me enteré a través de una entrevista que le hizo mi admirado amigo Jaume Perich en el DDT que dirigía, de que Francisco Díaz al igual que había hecho yo, seguía la serie de Antonio Bernal “Dibuja tú también historietas del Capitán Trueno” y como yo, mandó un dibujo de 7x10 cm. a tinta china y sin colorear para el concurso y ganó el segundo premio. En mi caso no fui seleccionado siquiera, claro... pero eso hizo aumentar mi simpatía por él.
El premio le animó a presentar en Bruguera otros dibujos suyos e intentar empezar como dibujante profesional y fue admitido.
Quizá su trazo del pincel era demasiado grueso en ciertas viñetas, Francisco Díaz tenía su propio estilo, pero trataba a los personajes de Ambrós con respeto, quizá intentando acercarse más a la etapa Ambrós+Beaumont, pese a que como todos, utilizaba las caras del maestro de otras épocas anteriores o posteriores. Su principal aportación al personaje, fueron los rebordes gruesos de muñequeras y espinilleras de Trueno, imitadas por algunos continuadores recientes.
De vez en cuando. dejaba alguna cara propia y en los personajes secundarios a menudo se podían ver también figuras episódicas e incluso caras del “Flash Gordon” de Dan Barry (y Mezmo se llamaba Rodrigo aquí) en la aventura “El Escorpión de Oro” (nºs 96-97-98). Al revisar la película “La Hechicera Blanca” descubrí que Los Feroces Wung-Hai eran igualitos que los nativos que acompañaban a Susan Hayward y Robert Mitchum, con sus mismos atuendos y perifollos. Eso me demostró que Díaz trabajaba con documentación gráfica o fotográfica para ambientar sus relatos. Y Waikiki es Sidrid con peluca negra y su traje fue dotado de corpiño postizo “made in censura” para cubrirle sus hombros, como se nota perceptiblemente.
Quizá su tercera aventura “La Nave Misteriosa” (nºs 106-107-108) sea la más conseguida por el clima inquietante que le supo dar y un malvado Pin Lai a medio camino de Ming el Cruel y Fu Manchú. Con un Trueno colgado del mástil por los pulgares muy parecido al de la aventura de Krisna del cuaderno. Y algún cameo de Thuse-Fhu de extra.
También en otro relato, “Aventura en los Abismos” Díaz recurrió a los trajes espaciales de Dan Barry reconvertidos en escafandras de buceo para los esclavos submarinos de esta historia (nºs 118-119-120). Y Marcel es de nuevo Flash de moreno.
(SIGUE.)
"TRUENO Y YO" (Continuación 1)
Díaz ilustró correctamente el Almanaque para 1962 “Duelos a Muerte” --aunque Zoruk parece escapado del Cosaco Verde-- su última aventura del Capitán Trueno, y no reapareció en la serie hasta que tiempo más tarde, ya en 1964, se le le confía uno de los seis episodios que la colección “Héroes” le dedica, en que se despide del personaje, por cierto, pegando y mezclando indistintamente sin rubor rostros de Ambrós y Ángel Pardo en la trama.
De hecho su intervención en Trueno-Extra fue corta. ¿Por qué si sus trabajos fueron satisfactorios? Personalmente hubiera preferido que interviniese más frecuentemente pues su estilo me gustaba, pero Díaz tenía deseos de crear una serie propia y ya desde el principio lo intentó: Ramón Ortega le ofreció ilustrar su serie “Rayo, piloto de pruebas” para “El Campeón de las Historietas” en 1961 e “Historia de los deportes, Joseph Lacier” para la colección Historias, en 1962, año en que José Antonio Vidal Sales creó y le confió “Pitágoras Slim” para la propia revista "Trueno-Extra", ambientada en el oeste.
“Pitágoras Slim” era una serie de relatos autoconclusivos de 7 páginas, cuyas 55 viñetas no daban para grandes tramas ni complicaciones, pero Cassarel las dotaba de interés y ritmo y los personajes eran bastante creíbles. Díaz se nota que dibujó la serie con ilusión porque paisajes y ambientación disfrutan de un cuidado detallismo que luego fue perdiendo.
Para Slim se basó en el "Rip Kirby" de Raymond, pues usa gafas de pasta, aunque luego se inclinó por el Clark Kent de Wayne Boring y su rizo frontal. Su cuerpo tiene mucho del de "Cisco Kid" incluidos sus rayados pantalones. En cuanto a Tequila, bebió en el Pancho de Salinas, sin duda. Otro detalle es el lenguaje fronterizo de Pancho y algunos forajidos entre mejicano y argentino, sin pasarse en humoradas, muy del gusto de Vidal Sales que intercalaba algunos modismos y arcaísmos en su conversación normal, como ya comenté alguna vez. Como el tema del western le gustaba, ilustró un par de relatos para la colección “Héroes” “El puente de Silver Gun” y “La Diligencia perdida”.
En 1965 Víctor Mora, libre ya del “Jabato” y del “Cosaco Verde”, cuyas colecciones la dirección decidió matar, decidió lanzar “El Sheriff King”.
Y si en 1955 el nacimiento del Capitán Trueno causó la muerte de “La Nave del Tiempo”, creación de Vidal que ilustraba Ambrós al confiarse a éste la saga de Mora, de nuevo ahora, cuando la serie de “Pitágoras Slim” iba ya por su décimo episodio y estaba consolidándose, de nuevo Alcázar arrebató Francisco Díaz a Cassarel para que dibujara su creación “El Sheriff King”. “Pitágoras Slim fue suprimida, tras dibujar Arriazu el último guión que quedaba. Pero pese a la reincidencia, Vidal Sales nunca tuvo una palabra contra Mora por ello y, curiosamente, con los años, acabó escribiendo relatos del Capitán Trueno y algunos del “Sheriff King”.
“El Sheriff King” empezó a publicarse por episodios semanales de cuatro páginas en “Pulgarcito” a partir del nº 1751, que luego se reunían, formando historias completas en “Grandes Aventuras Juveniles”. Pero la imprevisión obligó a suprimir dos páginas de cada relato, pues los ocho episodios de cuatro páginas sumaban 32 y en cada numero solo se disponía de 30 para la historieta. Luego ya tuvieron 30 páginas originalmente, y las dos sobrantes de la última semana se usaban para ir acumulando páginas para los relatos cortos de 6 a 10, destinados a los Extras y Almanaques, sin forzar la producción del dibujante. Lo mismo hicieron en “El Corsario de Hierro” tiempo después. (SIGUE)
"TRUENO Y YO" (Continuación 2)
Perich en la entrevista le preguntaba por los dibujantes que más le habían influido y Díaz citó a Alex Raymond, Hal Foster, Dan Barry y Arturo del Castillo. Ya he mencionado que en su Trueno empleó varios dibujos de Barry casi idénticos, camuflados, (el empleo de ampliadoras permitía por proyección de opacos ampliar o reducir con el zoom el dibujo a copiar al tamaño deseado y calcarlo.)
Y también en el “Sheriff King” encontramos dibujos casi idénticos del autor de “Randall” y “Kendall” del que nuestro protagonista parece el hermano gemelo, incluso con idéntico atuendo al del personaje de Castillo, del que a veces repetía el mismo dibujo, acercándolo más o menos en distintas viñetas. También podemos encontrar ecos aquí de José Luis Salinas el magnífico dibujante de “Cisco Kid”. Y en los personales Gordo y Dandy podemos rastrear al “Big Ben Bolt” de John Cullen Murphy.
Pero quizá su plagio o reutilización de rostros ajenos más chocante sea el Desmond ,el mayordomo de “Rip Kirby” de Raymond y Prentice al que, al disponer de muchos originales suyos, reconvirtió nada menos que en dos personajes: Desmond con bigote igual a Flatsby Celacantus, y Desmond con peluca de vieja igual a tía Abigail. Dos elementos “graciosos” de cuando los guiones de vino tinto de Mora ya se habían convertido en gaseosa con un dedito de vino para los nenes, en aras de no atraer las iras de la Censura, muy intolerable con la violencia desde 1964.
Debo decir en descargo de Francisco Díaz, que en las versiones francoitalianas de “The Phantom” y “Mandrake”, Desmond también apareció encarnando varios personajes distintos, con bigote grueso, con barba, gordo, y hasta con peluca pelirroja...
Imitaciones aparte, que descubrí al momento por conocer el material original, el dibujo final me seguía gustando, pese a que Díaz iba haciendo desaparecer los fondos variando los filetes y formatos de muchas viñetas para ahorrarse trabajo, y así quedaba “más moderno.” En algunos episodios le sustituyeron Sánchez Avia, Torregrosa, otro Díaz y García Quirós.
Con todo, considero a Francisco Díaz uno de los mejores continuadores de Ambrós, pese a su breve intervención en solo cinco aventuras del Capitán Trueno.
VÍCTOR TRUENO.
Excelente, Víctor, como ya nos tienes acostumbrados. Lo del libro te lo deberías tomar muy en serio. Si no encontraras Editorial (no por la calidad, sinio por cómo están las cosas) la propia Asociación podría publicarlo... con imágenes sería ya increíble...
Y, cambiando de tema muy a mi pesar ya que sé que te resultan empalagosas tantas felicitaciones, tengo una duda...
¿El dibujante Ripoll G (Miguel Ripoll Guadayol) y el guinista S. Herrero participaron en algún cuaderno de Trueno? Son los de "Ángel Audaz", y los he visto en algunas credenciales del Capi (creo que todas sacadas de Tebeosfera), pero no me consta...
Un abrazo José Ángel
Gracias de nuevo, José Ángel, y también por recordar a la gente que aún existe la Nueva Zona. La imagen es poderosa..
Vamos a ver, de Ripoll G. solo vi en Bruguera algún “Aunque le cueste creerlo” para Pulgarcito, pero en la década anterior y primeros 50 si trabajó para ellos en “El Inspector Bruce Lagan” y “Águila Negra” una de las primeras series con guiones de Rafael González. Pero, como muchos, tuvo que ofrecerse a otras editoras como Toray que le encargó “El enmascarado de Bagdad” o “Agente Secreto” de la Hispano Americana. También en “El lagarto humano”... o “El Aventurero del Espacio” y sobretodo me agradó “Futuro” del que sí conseguí leer algunos números de mis amigos mayores.
El que sí coleccioné ya en los 60 fue “Ángel Audaz” pero no duró mucho. En este caso el guión era un refrito de otros anteriores. Y como muchos espaciales tenía, influencias de Raymond, pero me gustó.
No creo que Ripoll interviniese en Trueno, pues tengo bien identificados a todos los dibujantes de Bruguera. El único resquicio que me queda es la producción especial que se hizo para el mercado europeo desde Alemania. Siempre citan a Casanovas y no hizo nada para Trueno Extra, aunque sí en El Jabato. Quizá le ofrecieran a Ripoll alternar con él, pero es solo una suposición.
Otra posible razón que pudiese relacionarle con Bruguera es que existió otra colección de “Angel Audaz” anterior, que Mora e Hidalgo crearon para Cliper. Quizá alguien se armó un lío. Pero cuéntame lo que has leído. Espero haberte ayudado o liado más. Un abrazo. Víctor Trueno.
P.D: En las últimas páginas de tu Sheriff King a veces es difícil fijar la página y se mueven arriba o abajo. Quizá debiste pasar antes al 2.
Amigo Víctor
Es la segunda vez que oigo hablar de la "producción especial que se hizo para el mercado europeo desde Alemania"
No tengo ninguna noticia de ese material ni he visto nada de lo que se hizo
¿tienes alguna imagen o puedes ampliarnos más algo referente a ese tema que para mi es un auténtico misterio?
Caramba, amigo Díaz, que rapidez! De Casanovas hay pocos datos hasta el punto que titulé su capítulo “Casanovas el invisible”, pero contestando tu pregunta, te adjunto un párrafo:
“ En ese mismo año, Bruguera además del Trueno Extra, preparó una versión de Trueno creada directamente para la exportación a través de “Creaciones Editoriales” y que le encargaron a Casanovas. Por lo visto las negociaciones de este material para el mercado alemán, no prosperaron, y los originales nunca se vieron en España y por tanto desconocemos esa versión del Capitán. El propio Casanovas al pedirle que confirmase si había dibujado en ”El Capitán Trueno” al no localizarle en la colección, me lo aseguró pero dijo que no se consolidó el proyecto, y sus dibujos no llegaron a publicarse, como he dicho.”
De todos modos yo diría que posteriormente alguna de sus páginas apareció en internet, pero no sabría decirte más.
Un abrazo. VÍCTOR TRUENO.
¡¡muchas gracias por la respuesta!!
ojalá algún día podamos ver esas páginas de Casanovas.
Encontrarlas si que sería una labor digna de arqueología
:)
Manuel, consuélate revisando tu sección del 9-10/12/2013 aunque no es de buena calidad de reproducción, ahí tienes un Casanovas. De pronto me ha venido el recuerdo. Víctor
Hola a todos, los que no hayáis podido conseguir (o queráis tenerlo además de en papel en pdf) el catálogo de la exposición Tras los Pasos del Héroe os lo podéis descargar aquí:
http://www.circulobellasartes.com/wp-content/uploads/2016/10/Capitan-Trueno.pdf
El Duque “Garra”. (Trueno Extra 266-268)
Esta es una aventura dibujada por nuestro ya querido Martínez Osete y escrita por Ricardo Acedo. En un sentido general podemos definir a este relato de veintiuna páginas (distribuidas en tres episodios) de agradable y entretenido.
Una flotilla de embarcaciones navega lentamente por el fiordo de Sigridsholm en dirección al Castillo de la Reina Sigrid de Thule. Es temprano en la mañana y una niebla matinal se alza sobre las calmadas aguas.
Entretanto nuestros amigos disfrutan de unas merecidas vacaciones en Thule, y junto con Sigrid, a quien se han añadido el príncipe Gundar y su esposa Zaida, participan en una partida de caza. Más tarde, cuando deciden tomarse un descanso, Crispín decide seguir unas huellas de jabalíes, que junto con otras extrañas huellas, le conducen a las ruinas de un castillo. Allí observa a dos individuos enfundandos en sendas armaduras y les oye hablar del “prisionero” y de alguien temido a quien llaman “el Duque”. Simultáneamente las barcazas llegan al castillo. Van cargadas de soldados y en tono hostil acusan a los vikingos de traición, de haber secuestrado al príncipe Otón, lo que sorprende a los nobles vikingos. Entretanto Crispín es hecho prisionero y llevado junto a Otón, quien cuenta al muchacho que fue raptado por un grupo de germanos disfrazados de vikingos, y que están bajo el liderazgo del Duque “Garra”. El susodicho malo de turno, dentro del género “fantoche” explicará sus propósitos. “… hace tiempo que deseo poseer un feudo. Un feudo donde afincarme y fundar una dinastía… Y me parece que lo he encontrado. ¡La Isla de Thule!”. Luego sigue explicando: “Escucha, estúpido. Tu gente cree que es Sigrid quien te mandó secuestrar. Conozco su bravura. No tardarán mucho en atacar la isla… Después, como ambos estaréis agotados, no opondréis mucha resistencia. Así habré matado dos pájaros de un tiro. Me libraré de tus ataques a mis barcos piratas, y tendré el feudo que merezco…”
Como es de esperar, la aventura tendrá un feliz desenlace, no sin antes asistir a una serie de entretenidas secuencias donde el guionista hace uso de su peculiar humor, preparando el terreno para un hilarante desenlace. Pero pasemos a analizar algunos detalles que merecen nuestra atención.
(Sigue)
En primer lugar diremos que el argumento no es lo que se dice “novedoso”, pues no es la primera vez, ni la última, en la que el villano de turno se fija en la isla de Thule, y particularmente en el castillo de Sigrid para disfrutar de forma plácida de su próxima “jubilación”. Y dentro de los “malos”, el Duque “Garra”, corresponde a los más “tontainas” de este colectivo, cuyo lema es “El pez gordo se come al chico” ( Aunque creo que “Tampir, el pirata” es quien se llevará la palma).
La aventura del Duque “Garra” se realiza en una etapa de decadencia de la serie, que a causa de la censura se ha ido infantilizando de forma paulatina, y el autor usa como recurso el humor, emulando al que nos tiene acostumbrados Víctor Mora. Si el nombre Duque “Garra” ya de por sí es ridículo, lo es más su aspecto físico e indumentaria. Sobre su casco lleva una garra de un ave rapaz “plantada” como si fuera un florero. Por eso en la lucha final es el propio Capitán Trueno que de un tajo se la corta y es cuando Gloliath dice: “¡Oh! ¡El Duque ha perdido la garrita… Estupendo. Lo bien que va a irme para rascarme la espalda”.
El cuadernillo por esas fechas estaba publicando la muy recordada aventura del “ajedrez de Morgano” y esto nos permite hacernos una idea de las tendencias de entonces, y coincidiendo en la larga etapa en la que Ángel Pardo y Osete se turnan uno tras otro. Con todo, el guión que analizamos es estretenido y nos permite disfrutar de un trabajo más de Ricardo Acedo muy en la línea de nuestro admirado Víctor Mora. Un detalle a tener en cuenta es que se dice que desde que la flota pirata entra en el fiordo hasta que llega al castillo, lleva una media hora de navegación, lo que viene a coindicir con la idea que nos había hecho de la largura del fiordo. También hay una alusión (en una sencilla viñeta) donde se vuelve a ver aquella red metálica que sirve para frenar el avance de una embarcación dentro del fiordo (cuadernillo 339 – aventura de Kusiak). También es grato ver a los entrañables Gundar y Zaida participar en esta aventura. Todo indica que Acedo conoce bien la serie y admira a Víctor Mora.
(sigue)
Respecto a Osete no es mucho lo que hay que añadir sobre este dibujante “todo terreno”. Cumple correctamente con su trabajo, siempre gratificante. Sin embargo ya se va apreciando una simplificación en sus planos, y al hacer uso de unas viñetas pequeñas y apaisadas, los personajes aparecen más achaparrados que de costumbre. Y respeto al Castillo se aprecia que esa “simplificación” sacrifica la monumentalidad de la mole, pues a veces parece un simple castillo de decorado, como si fuera un juguete de cartón. Tan sólo en una viñeta, donde se representa el asalto del castillo (nº 268, página 3, viñeta 2), nos puede recordar fugazmente a la etapa épica, de cuando las huestes de Kundra atacaron al mismo castillo tiempo atrás. También nos sorprende que Osete dibuje la túnica de Crispín sin los volantes a picos, como hizo Ambrós en su etapa tardía, Claudio Tinoco o Casamitjana, entre otros.
La aventura del Duque Garra fue reeditada en la mencionada colección FANS con un magnífico color y partiendo de planchas originales. La portada de Fonteriz, genial por cierto, representa el momento en que Sigrid y Zaida salen al encuentro de los dos soldados que secuestraron a Crispín y que terminarán con los cascos abollados.
En suma es una aventura que se puede releer con gusto y disfrutar del sencillo arte de Martínez Osete. Un artista que sin estar en el podium de los dibujantes de Trueno, siempre es agradable de contemplar.
GUNDAR
UF!!! Menos mal, amigo Gundar, ya pensé que te habías aburrido del Extra. Gracias 1000 y...¡ánimo que ya llevas el 63% del Extra comentado! (lo acabo de calcular, jaja)
En cuanto puedo iré actualizando la página del Foro de los Amigos del Capitán Trueno, esta magnifica labor que lleva a cabo Gundar es digna de editarla.
Saludos.
Gracias, Oscar Susilla, por tu animador comentario. Te diré que nunca me aburriré ni cansaré de seguir con este trabajo, por llamarlo de alguna forma. Son por desgracia las circunstancias que a todos nos toca vivir las que en momentos determinados suponen un obstáculo. Pero estoy muy animado a seguir. Gracias.
También a tí, Vinarós, siempre te estaré agradecido, porque en verdad "has rescatado" algo que sin querer se podría haber difuminado con el tiempo.
GUNDAR
EL ÍDOLO BALUMBA (Trueno Extra 269-271)
Nuestros amigos se encuentran en África, atravesando una zona selvática cercana al desierto del Sahara, cuando contemplan cómo un gran rinoceronte persigue a un “targi”. Por desgracia no llegan a tiempo de evitar la cornada fatídica, y el hombre, en estado agonizante llega a pronunciar unas enigmáticas palabras: “Me… muero… en mi zurrón…en mi zurrón… ¡Balumba! La efigie… del hechicero legendario… Balumba… en el pedestal… de la gruta… ¡El fabuloso… tesoro de … Balumba!”
Nuestros héroes son observados por un misterioso personaje con un taparrabos de leopardo, que cae en poder de un grupo de tuaregs, quienes seguídamente atacaran el campamento de Trueno y amigos, para hacerse con el idolillo, y finalmente capturar a nuestros amigos. Éstos serán conducidos a marchar forzadas, junto con Askali, el del taparrabos, hacia la gruta mencionada por el moribundo.
Al colocar a Balumba en su pedestal, el rayo de luz indicará el lugar donde buscar el tesoro en cuestión. Dajili, el jefe de los tuaregs, les obligará a trabajar duramente hasta encontrar un pasaje subterráneo que finalmente les llevará al fabuloso tesoro, pero quedarán atrapados en un mundo subterráneo a causa de un inoportuno derrumbe. En estas circunstancias, es cuando Askali, quien resulta ser el jefe de una tribu de ganaderos y agricultores, les cuenta cómo se fueron desarrollando los hechos…
Lógicamente, la historia tendrá un final feliz y con un fuerte mensaje moralizante respecto a los nefastos resultados de la codicia.
A lo largo de tres episodios, con un total de veintiún páginas, Víctor Mora desarrolla de manera magistral una historia que bien podría ser el argumento de una entretenida y trepidante película de aventuras en la línea del personaje Indiana Jones. Esta historia, de haberse publicado en un álbum de al menos 44/46 páginas, habría permitido incluir interesantes matices con un enriquecimiento notable en la historia. Con todo, me maravilla que nuestro guionista favorito siempre se adelantara a su tiempo y nos contara sus historias de forma que mantengan su frescura y resistan de forma tan evidente el paso del tiempo.
Supongo que cuando Mora escribió esta aventura de Balumba estaría pensando en cederla al dibujante Fuentes Man y que quedaría encantado con el resultado final. Unas planchas magníficas de fondos selváticos y unos personajes bien construidos, que nos llevarán en la parte final a un mundo subterráneo donde el dibujante vuelve a recrear con su virtuosismo habitual ese mundo mágico de estalagtitas y estalagmitas, y corrientes de aguas cuyos cauces tienen un destino incierto. Se aprecia que el dibujante se recrea en los fondos y permite que el lector disfrute al sumergirse en la aventura.
Ignoro si hoy alguien posee los originales a mayor tamaño y tinta china, pero sólo de pensar tener en mis manos alguna plancha de esta aventura, me produce un especial deleite. Y lo digo porque al echar un vistazo en la reeedición en la colección FANS (tomito 14), he percibido que muchas de las páginas reeditadas proceden de ediciones impresas, aunque el resultado hay que reconocer es bastante bueno. Y al redescubrir el acertado color aplicado a esta aventura, no he resistido la tentación de volver a leerla. Porque el colorista no se limita a tonos planos, sino a aplicar ricos matices tanto en los fondos selváticos como en la indumentarias. Fuentes Man permite que Trueno sea pintado de ese rojo que a muchos nos gusta, e incluso Dajili, el malo de turno, lleva una vestimenta en la que el colorista se recrea en pequeños detalles, con un excepcional resultado. Por otro lado están los interiores de la caverna y lo acertado del color, que facilita la visualización de planos diversos, que se ajustan con excepcional realismo al aspecto que presentan las cuevas que se visitan hoy en día. Si alguien ha visto, por poner un ejemplo, las cuevas del Drach en Manacor (Mallorca) sabrá a lo que me refiero. En verdad se trata de una pequeña joya para releer y disfrutar de vez en cuando.
La historia de Balumba se publicó a principios de 1965 y los que éramos lectores asiduos de Trueno y habíamos vivido la etapa mágica de Ambrós, entrábamos de lleno en la adolescencia. El cuadernillo, al menos en mi caso y de otros amigos, nos causaba desaliento por el tono cada vez más infantil. Sobre todo a partir de “Absurdia la fantástica”, que se publicaría seguidamente, la serie entraría en picado degenerativo. Afortunadamente por aquel entonces nuestra solvencia económica nos permitía adquirir el Trueno Extra, y resultaba fortalecedor encontrar a dibujantes como Fuentes Man (a falta de la breve incursión del propio Ambrós), que nos permitía reconciliarnos con la aventura seria, gracias a los guiones de Mora. Por eso, a pesar de lo dicho, esperaba con verdadero deleite esta revista, que junto con los otros contenidos y las maravillosas portadas de Osete, satisfacían nuestro afán por el tebeo de calidad. Y como ya he mencionado, por aquellos años aparecían otras revistas juveniles de gran calidad, como lo fue Pantera Negra de la Editorial Maga. Pero son las de Fuentes Man/Mora las que han dejado en nuestra mente un recuerdo feliz e indeleble y que han sobrevivido al paso del tiempo. Por eso en la actualidad las podemos seguir disfrutando.
GUNDAR
Pues mira, Gundar, a ver si resultará que ese lío será una consecuencia de la censura. Como dices, pocas veces hemos visto a Trueno tan "despatarrado", y a ver si alguien le asustó que mostrara paquete y le puso un refajo postizo para cubrir sus vergüenzas, como se decía entonces. Y como siempre, sigues con buen ojo: todos los faldones están inclinados hacia la izquierda y ese cae bastante más vertical... jo
Si alguien posee el dibujo original en papel, que nos diga si tiene alguna corrección en la zona. Yo vi el original del nº 27 y sí habían suprimido a los cuatro torturados del fondo de la cámara de torturas.
Otro tema.: A MDíaz: Cada vez que participo en este Foro me digo que será última vez, porque necesito más tiempo para remitiros mi texto que en escribirlo, y eso que suelen ser extensos.
Después de responder marcando los pasos de peatones, autobuses, señales o lo que decida el NO SOY UN ROBOT aparece una nota: NO SE PUEDE CONECTAR CON reCAPTCHA, REVISE SU CONEXIÓN....
Desde luego yo NO SOY UN ROBOT, pero si el ordenador funciona normalmente con todos los demás temas, creo que si ése no puede conectar es porque es el ROBOT DE reCAPTCHA el que falla varias veces a cada intento. Ése sí que es defectuoso, pedid que os lo cambien o elegid otro sistema menos inseguro.
Y aprovecho la ocasión para ver si me aclaras por qué, desde hace tiempo me advierte que el Foro NO ES SEGURO. ¿Le ocurre a alguien más? Gracias a todos
A mi también me sale que no es segura y me abre una ventana de propaganda. Por cierto Maese Gundar, avísame cuando continues con los comentarios del Trueno Extra.
Saludos.
Me lo han dicho más de una vez pero lamentablemente o podemos hacer nada.
Es un problema de blogger, la página que alberga todos los blogs.
A algunos les hace la puñeta y a otros no. Y no se puede hacer nada ni conseguimos adivinar donde estar el problema.
Un misterio.
Lo sentimos mucho, de verdad.
LOS TIBURONES DE LUANA (Trueno Extra 272-274)
Una aventura de Mora y Torregrosa, donde ubican a nuestros viajeros amigos, en una de tantas islas de Polinesia.
Como deciden desembarcar para abastecerse, pronto se presentan los problemas al ser atacados por una especie de “tótems”, que no son otra cosa que guerreros ocultos y que salen al exterior por un mecanismo semejante al de una sombrilla o paraguas (por cierto, tengo que decir que este hecho no es un anacronismo, pues al parecer el paraguas se inventó en China en el siglo XI)
Mientras Trueno y Goliath se dan de mamporros con los isleños, Crispín huye y cae a un torrente, que a su vez le conduce a un mar infectado de tiburones. Y es con esta escena límite que comienza la historia.
La sorpresa vendrá cuando Crispín descubra que estos tiburones están amaestrados por una muchachita llamada Luana, con quien pronto simpatiza. Por otro lado, El Capitán y Goliath, ya capturados, van a parar al poblado Donda-Donga donde toman contacto con otro prisionero, quien les cuenta que aquel pueblo antes era pacífico, que vivía de la pesca y de la venta de perlas, pero que con la llegada de Kalimbo las cosas cambiaron. Kalimbo, conocedor de algunos trucos mágicos, se hizo con el poder y se convirtió pronto en un prestigioso “Kahuna” o hechicero. El buen Dembele, jefe y padre de Luana, fue una de sus muchas víctimas. Ahora el destino de nuestros amigos estará en manos de Crispín y Luana, que junto con sus sorprendentes amigos escualos, lograrán llevar la historia a un desenlace feliz, un desenlace del todo previsible.
El argumento es bastante entretenido a pesar de que se recurre a un esquema bastante repetido en los guiones de Mora. Me viene a la mente el “Amo de Rajpur”, en los cuadernillos, así como la llegada del Halcón a un poblado indio, más adelante. En ambos casos lograron cambiar el destino de un pueblo, pero para mal, y manipularon las mentes de unas gentes sencillas. En este caso será el tipejo llamado Kalimbo quien hará algo parecido.
En cuanto a Torregrosa, ya hemos hablado de su arte un tanto mediocre como dibujante, pero a estas alturas ya se van apreciando algunos progresos de forma evidente. Los movimientos de las aguas y los oleajes, no cabe duda de que están bien resueltos, y la preocupación por los fondos ha mejorado notablemente. Pero le sucede como a muchos buenos dibujantes. Que a la hora de representar al trío protagonista, a pesar del uso de los rostros de Ambrós, no demuestra ser muy habilidoso. Sin embargo nos ha sorprendido en esta aventura a la hora de dibujar el cuerpo humano. Los nativos de la isla, con su escaso ropaje, dan la oportunidad al dibujante para recrear bastante bien las proporciones del cuerpo humano, así como su movimiento. Y lo mismo podemos decir del rostro de la muchachita Luana, pues logra dotarla de una singular belleza adolescente.
(continúa)
Algunas curiosidades. Ya en la primera página de esta aventura, Torregrosa recrea un rostro de Crispín de su propia creación, lo que es de agradecer. Pero en la revista 273, viñeta primera de la tercera página, aparece un rostro de Crispín obra de Ángel Pardo, y el resto está dibujado por una mano inexperta, que desde luego no es la de Torregrosa. ¿Se insertaría esta viñeta para cubrir alguna laguna producida por algún ramalazo censorial? Es posible. Otro aspecto para comentar es que alguna de las 21 páginas que componen esta aventura en total, está alterada por la inclusión de publicidad de la casa. Así resulta evidente en la página 5 del número 274, en la que en la primera viñeta se aprecia una añadidura en su parte derecha. También decir que en la revista 272 se da la circunstancia curiosa de que la aventura del Jabato esté dibujada por Fernando Costa, el dibujante de El Cosaco Verde.
Con todo hay que decir que esta aventura resulta amena y entretenida, y que Torregrosa consigue estar a la altura sin por ello ser un dibujante sobresaliente. Como es habitual, las portadas son de Martínez Osete, realizando un trabajo muy digno y atractivo. Unas portadas que definen muy bien aquella etapa. Nos encontramos en abril de 1965 y ya la censura está haciendo de las suyas. En el cuadernillo se ha entrado de lleno en la aventura “Absurdia, la fantástica”, en la que los chavales de la época ya percibimos que algo raro estaba pasando, y que la infantilización de los argumentos era más que evidente. En los extras, aunque este factor no era demasiado evidente (gracias al arte de Fuentes Man), sí se apreciaba que Crispín iba tomando poco a poco un especial protagonismo, lo que propiciaba unas aventuras más edulcoradas. Sin embargo, este hecho no le quitó gancho a la serie, pues Víctor Mora, con gran pericia, consiguió realizar algunos guiones entrañables.
Esta aventura de Luana se reeditó en la colección FANS número 28, con una curiosa portada submarina, en la que están Luana y Crispín con los tiburones, con una sorprendente interpretación del muchacho por parte de Rafa Fontériz.
GUNDAR
GONG-TA, EL DOBLE DE GOLIATH (Trueno Extra 275-277)
Ésta en una aventura que, salvo un serio error por mi parte, jamás ha sido reeditada, ni en el antiguo Trueno Color, ni en la colección FANS. Lo cierto es que tampoco la hemos echado de menos, pues aunque se trata de un relato atribuido a Víctor Mora, se mantiene dentro de la más absoluta mediocridad.
Nuestro trío protagonista se halla paseando por China, y llegan a Lhasa, la capital Autónoma del Tíbet, lugar de difícil acceso tanto en lo físico como por las leyes que regulan la llegada de extranjeros. Con todo, Lhasa es un lugar exótico y rodeado por las montañas de la cordillera del Himalaya.
Nada más entrar ya nuestros amigos se meten sin querer en dificultades. Goliath es confundido con un temible bandido, una especie de Señor feudal llamado Gong-Ta, buscado por los soldados del Dalai-Lama como un tipo peligroso. En la refriega son capturados, en tanto Crispín, como en la aventura anterior, huye y también cae a en un impetuoso torrente que de primeras le arrastra a las entrañas de la tierra.
Nuestro joven héroe logrará salvarse como es de esperar y conocerá a una jovencita pastora llamada Ki-Tai, quien le pondrá al corriente de las maldades y supuestas tropelías de Gong-Ta. Y de nuevo la casualidad entra en acción, pues la joven pareja cae en poder de Gong-Ta y sus hombres. Es cuando Crispín, se asombra sobremanera al comprobar el gran parecido del bandido con su amigo Goliath. Incluso también es tuerto del mismo ojo y lleva un parche idéntico. Al enterarse Gong-Ta que alguien parecido a él va a ser castigado en su lugar en la plaza pública, decide regodearse contemplando el espectáculo de cerca, e incluso decide llevar a Crispín y Ki-Tai consigo, debidamente atados, para que también vean el espectáculo. Este hecho será la perdición de Gong-Ta, que no había valorado en su justa medida la valentía y decisión de los muchachos.
Una aventura con un guión un tanto absurdo y repetitivo. En la serie de Trueno Extra ya aparecerá algún nuevo doble de Goliath, pero en este caso la situación ya se lleva al extremo, al ser un doble también tuerto. Y un factor que contribuye a que la aventura no sea especialmente recordada es que de nuevo está dibujada por Torregrosa. Y es que durante un período a lo largo de aquel 1965, este dibujante se alternará con Fuentes Man, al igual que están haciendo Osete y Pardo en el cuadernillo. Poco podemos añadir sobre Torregrosa, salvo que gráficamente realiza una aventura con menor eficacia que la anterior. Otro dibujante hubiera aprovechado la ocasión para recrear una mejor ambientación del lugar, que aquí parece un paisaje de mi vieja y árida Castilla, sin más. Teniendo en cuenta que aparecerá el Dalai-Lama y sus hombres, podría haberse recreado el templo de Lhasa, el Potala, y todos los entornos de altos picos nevados. Se me ocurre pensar en la película “Siete años en el Tibet”. Pero claro, estamos en los sesenta, y Torregrosa se limita a dar a los personajes un tímido aspecto oriental, y un pequeño toque a las sencillas construcciones, para que no se parezcan a las construcciones de nuestra tierra.
Un detalle para comentar es que, aunque se habla de Gong-Ta como un temible personaje, sanguinario saqueador y bandido, en el último episodio adquiere un notable toque de comicidad, sobre todo desde el momento en que él y nuestro Goliath por fin se encuentran frente a frente. Hay una escena que incluso pudiera recordar a una secuencia de las historietas de Ibáñez. Por una serie de circunstancias muy simples Goliath y Gong-Ta se ven dentro de un carro, cuesta abajo y sin frenos, para salir volando hacia unos tejados. Dentro de la casa un personaje le dice a otro: “¿Has ido a presenciar el suplicio de Gong-Ta en la gran plaza pública?”, a lo que su interlocutor contesta “¡No! Me he prometido a mí mismo no dar ni un solo paso para ver a ese malvado…¡Como no me lo traigan a domicilio!”. Claro está, en la siguiente viñeta el personaje con sorpresa verá entrar por el tejado, en caída libre, a Goliath y Gong-Ta al mismo tiempo.
En resumen. Una aventura para la “papelera de reciclaje”, pero que vale la pena comentar sólo por ser parte de nuestra historia, y que al menos arroja algún aspecto anecdótico, como el que deseo comentar a continuación.
En el segundo episodio se incluye una tira vertical para anunciar la nueva revista Din-Dan, que como lanzamiento arropa a unos personajes de mucha popularidad por aquellos años gracias a la televisión. Hablo de “La familia Telerin”. También incluía otros personajes como La perrita Marilyn y las marionetas de Herta Frankel. Dicho esto diré que me hice con el primer ejemplar de Din-Dan, para mi hermano que entonces tenía seis añitos. Pero decidí quedármelo y coleccionarlo, y es que en el primer ejemplar apareció una serie dibujada por Ambrós titulada “4 Camaradas”, una pandilla juvenil liderada por un muchacho, que era un Crispín pero con el pelo cortado. Para mí, ambrosiano hasta la médula, fue la mayor alegría después de haber visto a Ambrós en el Trueno Extra y luego desaparecer. Pero la alegría duró tan solo seis semanas. Como dijo José Luis Barón Sesé hace unos años, “aquella serie no tuvo éxito porque no se publicó en el soporte adecuado”.
EL PRISIONERO DE BIR-TAKARI (Trueno Extra 278-280)
El prisionero de Bir-Takari no es otro que el propio Ricardo Corazón de León de Inglaterra. En esta aventura nos encontramos a nuestros amigos en un campamento nocturno en pleno desierto, cuando irrumpe en medio de ellos el árabe Rajún, un prisionero que se ha fugado de la ciudad de Bir-Takari. Narrará a nuestros amigos que en principio la ciudad estaba habitada por honestos comerciantes y regida por el califa Omar, un hombre lleno de bondad y sabiduría. Pero su sobrino Selim se hizo con el poder, convirtiendo a la ciudad en el más grande mercado de esclavos de Oriente. Cuando Trueno observa el anillo de Jarún, éste le cuenta que se lo regaló por agradecimiento, un esclavo un tanto singular, de porte regio. Nuestro amigo reconoce el anillo de su amigo Ricardo, y deciden ir en su rescate. Para ello, aprovechándose de un encuentro con algunos esbirros de Selim, deciden entrar disfrazados en la ciudad. Allí, y de forma casual observarán una especie de subasta/venta de esclavos, entre los cuales reconocen al rey Ricardo, un tanto amnésico. Ante la llegada de la inoportuna Krydia, que reconociendo al rey Ricardo pujará al máximo por él, llega a descubrirse la identidad de nuestros amigos, y es cuando llega “la hora de las tortas”, coincidiendo con la llegada del Simún, la temible tormenta de arena que azota al desierto.
Ésta podría ser la breve sinopsis del relato, a la que habría de añadir una serie de detalles que la convierte en una de las mejores aventuras de la serie. Es indudable que se trata de uno de los selectos guiones que realizó Víctor Mora pensando en el dibujante Fuentes Man. Tres episodios que hacen un total de veintiuna magníficas planchas, llenas de acción y emocionante realización gráfica, culminando con la llegada del Simún, lo que permite a Fuentes Man lucirse en toda regla al representar “unos impresionantes efectos especiales”.
Ya de Fuentes Man nos hemos deshecho en elogios, y no es cuestión de repetirse. Además, todavía quedan unos cuantos trabajos futuros para comentar. Si tuviera que destacar algo que particularmente me llama la atención es la secuencia de la entrada de nuestros amigos en la ciudad y encontrarse de lleno con el mercado de esclavos y el inicio de la subasta. Como bien se dice, “al ver rebajar de tal modo la humana condición, el Capitán Trueno y sus compañeros han de hacer rudos esfuerzos para disimular su justa furia”. Y es que creo que ésta es la esencia de la aventura: la denuncia a cualquier tipo de esclavitud. Es digna de resaltar la viñeta en que uno de los mercaderes abre los labios de un esclavo para decir: “¡Miradle los dientes! ¡Está en perfecto estado!¡ Un animal estupendo!”. Y lo mejor es que esta aventura se desarrolla en mayo de 1965, cuando una censura implacable regula la producción de tebeos. De hecho, en el cuadernillo se está desarrollando la infantil aventura de los Islotes Negros, con personajes como Berengaria la Robusta, la Capitana Bulldog y el Capitán Garfio, que bien parecen salidos de una película de Disney. Ya sólo el grafismo de Fuentes Man eleva la historia a una categoría especial.
Otra secuencia memorable es la del tercer episodio con la llegada del Simún, y esos auténticos tsunamis de arena que inundan la ciudad. Fuentes Man no permite sentir cómo los granos de arena se nos meten por los lugares más impensables. La viñeta final nos permite visualizar a una cuidad enterrada, con apenas unos pequeños vestigios a la vista, pero con la palabra “FIN” tallada en la piedra. Por otro lado el dibujante nos ha mostrado alguna figura de nuestros héroes de su propia cosecha, pues no siempre es grato contemplar de forma tan repetitiva los rostros de Ambrós que la editorial impuso.
En medio de una producción tendente a satisfacer la demanda de un público infantil, era muy refrescante encontrarse con Fuentes Man en el Trueno Extra. Esta aventura no formó parte del Trueno Color y gracias a ello pudimos verla publicada en la serie FANS partiendo de planchas originales y a color.
LA REINA MAYA-TLI (Trueno Extra 281-283)
Esta es una curiosa aventura, llena de originalidad, y que hace que pueda recordarse por sus peculiaridades, a pesar de estar dibujada por Torregrosa, quien indudablemente tuvo que hacer un esfuerzo especial para su realización.
Nos encontramos al Capitán Trueno despertándose en medio de la selva, y ataviado con el traje de un guerrero maya. Parece amnésico y sorprendido, y no logra recordar quién es y qué hace allí. Y no es para menos. Nuestro héroe se encuentra al sureste del actual Méjico, correspondiente, entre otros, al estado de Yucatán. Allí de pronto contemplara “una extraña construcción”, que bien pudiera tratarse de la pirámide de Chichén Itzá, una de las actuales maravillas del mundo. Ni más ni menos que ha topado con la cultura maya, una civilización notable de la América precolombina que destacó por su escritura jeroglífica, como uno de los sistemas de escritura más desarrollados, además del arte, arquitectura y sistemas de numeración, astronomía e incluso ecología.
Frente a Chichén Itzá nuestro héroe escucha el grito de una mujer, y a pesar de su amnesia, su instinto le induce a actuar en ayudarla, pues al parecer se ve acosada por varios guerreros, a los que vence con facilidad. Lo que no espera es que ahora todos le reconozcan como el Gran Maya, al ser portador de cierto anillo. De hecho la mujer dirá a voz en grito: “”¡El Gran Maya ha surgido de esta tumba… Para protegerme a mí, Maya-Tli, reina de Tlapalican, de mis enemigos!” Lo que no sospecha nuestro amigo es que todo obedece a un montaje por parte de aquella bella mujer y para beneficio de ella, que pretende acallar el malestar de su pueblo. Por eso la reina se preocupara de hacer entrar a Trueno con ella, en una engalanada barcaza, a la ciudad de los mil canales. Será una entrada triunfal, siendo aclamada por las sencillas gentes del pueblo.
Tan sólo un tal Texclo, líder de una especie de resistencia, mostrará en privado su descontento y preparará el camino para desenmascarar a la reina, pues él sabe que nuestros amigos llegaron en un globo y fueron encontrados inconscientes. En imágenes retrospectivas Texclo contará a sus partidarios que la reina preparó esta superchería al contemplar que Trueno guardaba cierto parecido con la imagen del Gran Maya en un bajorelieve. Crispin y Goliath quedarían prisioneros en tanto Trueno era drogado e hipnotizado por la pérfida reina. Es ahora, que tras libertar a Crispín y a Goliath, les informan de la situación y Crispín será el elegido para llevar a cabo la misión de lograr que el Capitán Trueno recupere el juicio y que éste en público desenmascare la farsa montada.
Para Torregrosa tuvo que ser un honor compartir ese mano a mano con un dibujante de la talla de Fuentes Man, y no sería de extrañar que en un momento dado quisiera “ponerse las pilas”. Con un guión de Mora tan original y poco frecuente como el que estamos comentando, el dibujante está claro que intentó lucirse. Por eso en momentos dados consigue unas viñetas espléndidas, y de mayor tamaño, como las que representan los templos mayas y la ciudad de los canales, con la barcaza real de por medio. Ésta es la única novedad, así como una mayor documentación a la hora de representar la indumentaria del pueblo maya, pero no alcanza grandes niveles como dibujante por sus limitaciones artísticas. Los rostros de los personajes secundarios están bastante logrados, así como los ornamentos y ambientación, que aunque correctos, se limita a cumplir. Con todo, es de agradecer el disfrutar hoy de una aventura como ésta, que por cierto, jamás ha sido reeditada.
Lo que sí sorprende, con la visión de nuestros días, son los cambios tan drásticos de escenario que Víctor Mora elegía para sus guiones, pues no se trata de un cambio dentro del mismo entorno, o si acaso del mismo continente. En este caso, así por la buenas (a pesar del globo), que nuestros amigos aparezcan así de golpe en el continente americano, como quien cruza al bar de la esquina, no deja de ser sorprendente. Ya ni siquiera tienen que vivir aquellos periplos del cuadernillo, de cuando buscaban el tesoro de Windland y padecer los avatares del viaje, entre tormentas y pulpos gigantes. Ahora esto puede suceder en el intervalo de una aventura a otra, así, sin más. Hasta el propio Revilla en su última aventura eligió un escenario de casi idénticas características.
Como curiosidad decir que en el número 283 se inserta un anuncio del extra de verano de 1965. En su día fue llamativo el precio de 15 pesetas, cuando la revista oficial sólo costaba 3,50 pesetas. Quién iba a decir que aquel iba a ser el último extra que llegaría a publicarse. Al menos con Ambrós al frente y al inefable Conde Já-Já, que tanto juego daría de cara a aventuras posteriores.
WOLLINGER, REY DEL NORTE (Trueno Extra 284-286)
Aunque en una viñeta de pequeño tamaño, esta aventura de Mora y Fuentes Man se abre con una preciosa vista. El texto dice así:” El Drakkar real de Sigrid se aleja de Sigridsholm rumbo a un alejado lugar de Thule donde la reina quiere rendir visita, como tiene por costumbre hacerlo cada año, durante la época invernal…” Es así que vemos al drakkar partir del puerto y el gentío despidiéndolo. En la panorámica puede avistarse el Castillo de Sigrid al fondo.
Enseguida se desatará un fuerte temporal de viento, oleaje y nieve, y la temible aparición de un imprevisto iceberg hará añicos al precioso navío de la reina. Cuando Trueno despierta, se encuentra sobre el frío hielo y se pregunta qué habrá sido de sus amigos y de su prometida. La sorpresa se la llevara cuando descubre que el iceberg está provisto de mástiles con velas, e incluso con un gran timón dirigido por prisioneros, que hacen que pueda surcar las aguas como si de un barco se tratase. Es así que descubre que Sigrid está prisionera en un barracón junto con otras mujeres, y Crispín y Goliath, junto con otros prisioneros en otro. El iceberg por tanto es una especie de “bajel pirata”, que se abastece del saqueo de aquellos navíos que encuentra a su paso, y el jefe pirata es un fantoche llamado Wollinger, que así mismo se da el título de “Rey del Norte”. Su ambición es desmesurada, y para colmo, después de conocer a Sigrid, pretende hacerla su esposa.
Está claro que con este planteamiento, la trama dirigirá los asuntos a que el Capitán Trueno sea el único que puede salvar aquella situación, y pronto tendrá una genial, aunque disparatada idea. Y así es. Porque con tan solo unas flechas, la grasa del perolo de la comida y el fuego, conseguirá llevar al traste todos los ambiciosos planes de Wollinger. Lo que es un tanto pintoresco es que con estas herramientas nuestro Capitán casi consigue derretir al inmenso iceberg.
La aventura no está mal desde el punto de vista del entretenimiento, pero si algo la eleva a una categoría indudable, son las diestras manos de Fuentes Man. Pero el guión si plantea algunas dudas respecto a su autoría. Se le atribuye a Víctor Mora en las credenciales, pero la forma y estilo de narrar no se corresponde a lo que nuestro guionista nos tiene acostumbrados. Por otro lado el factor de sacar a relucir los principios cristianos a los que se alude, principios que regulan la conciencia de nuestro héroe, eso sí, y que nos parecen del todo correctos, sin embargo no es habitual en Víctor Mora verle insistir sobre el tema. Hay algo en general, que de manera intuitiva, me hacen dudar de que fuera Víctor Mora el autor de este relato. La historia pudiera parecer original, pero no podemos evitar que nos recuerde a la del “barco fantasma” y los hombres morsa de los cuadernillos 289 al 296.
Pero dejando a un lado cualquier tipo de especulaciones, lo que sí está claro es que es un regalo para la vista contemplar una vez más los dibujos de Fuentes Man. Pero ya no necesitamos describir lo que tantas veces hemos hecho, y prefiero destacar algo que he observado en estas páginas. Se trata de una evidente manipulación, bien por asuntos de censura, por cuestiones estéticas, o por cualquier otra causa. Pondré tres ejemplos:
Número 285, página 3, viñeta 2. Es un primer plano de Sigrid realizado por Ángel Pardo y tomado de la aventura de Cunegunda de Scandia. Da toda la impresión de que el rostro está colocado encima de otro, pues se dejan ver los restos de una melenilla dibujada por Fuentes Man. Intuyo que a los de Bruguera no debió de gustarles mucho el rostro de Sigrid hecho por Fuentes Man, y es que de primeras el dibujante, aunque grandioso, nos representaba a una Sigrid bastante seria y de belleza sombría.
En este mismo ejemplar, en la página 7, viñetas 1 (parte izquierda) y 4 (parte de abajo), se aprecian “añadidos” por una mano del todo inexperta, y aquí sí que es difícil de determinar la razón de los mismos. ¿Tal vez se suprimió una viñeta por censura y tuvieron que hacer esos ajustes?
Número 286, página 2, viñetas 3 y 4. Más de lo mismo. En la viñeta 4 el faldón de Trueno, cuyas arrugas Fuentes Man las realiza en sentido vertical, ahora aparecen en sentido horizontal, y además muy mal hechas. Además, los dos rostros de Trueno son de Pardo, algo que no solía hacer Fuentes Man. Lo triste es que nunca sabremos la razón del por qué de estos cambios, posiblemente por cuestión de censura. Y también es triste porque se debieron de manipular los mismos originales, ya que en la colección FANS aparecen de la misma manera. Al menos esta aventura fue reeditada con un aceptable color y de manera muy digna. Hasta mereció una bonita portada de Rafa Fontériz.
LOS ESPECTROS DE LA GRAN MURALLA (Trueno Extra 287-289)
Trueno y amigos viajan a China en globo. Las circunstancias son muy similares a las de su primer viaje narrado a partir del cuadernillo 15 de la colección DAN. Solo que en esta ocasión es un guerrero mongol quien confunde al globo con un dragón. Pero será su jefe, Karin Khan quien tome la iniciativa de lanzar una andanada de flechas hasta que el globo empieza a desinflarse y caer. Los mongoles siguen de forma enconada a sus ocupantes, quienes al tomar tierra se dirigen lanzados a la gran muralla, buscando la protección de los soldados que aparecen sobre la misma. Es cuando los mongoles deciden retirarse al contemplar la muralla “erizada de arqueros”. Sin embargo, cuando nuestros amigos llegan a la misma, con sorpresa descubren que no había tales soldados, sino una legión de armaduras vacías, como maniquíes tan solo para disuadir al enemigo. Es así que pronto serán capturados por el capitán Yong, belicoso guerrero, quien tendrá que ceder su autoritarismo ante la presencia de Wang-Ho, su superior, y amigo del Capitán Trueno.
Al parecer Wang-Ho y un gran número de soldados se ven aquejados por una extraña fiebre, lo que ha llevado a que la guarnición de la muralla se vea seriamente amenazada por el ejército mongol. Por una casualidad, el Capitán descubrirá que el Capitán Yong ha contaminado la provisión de agua, que al ser descubierto, huye al campamento mongol por protección. Sin embargo, Karin Khan no se fía del Capitán Yong y lo captura. Después llegará a capturar a Trueno, Crispín y Goliath, y ahora nuestro amigo se tendrá que enfrentar a las mentiras del Capitán Yong en un frente a frente, mientras Karin Khan contempla la escena.
En los números que hemos citado antes de la colección DAN, en el desenlace de la aventura de la gran muralla (ejemplares 16 a 18), los mongoles aplicaron su justicia para con aquel cruel mandarín chino de una manera extremadamente cruel. No hay más que contemplar la página 10 del cuadernillo 18, aunque tal vez esté algo censurada.
En la aventura que comentamos ahora, donde de nuevo los chinos y mongoles se enfrentan en un prolongado conflicto, se dan de nuevo todos los ingredientes para que se produzca un desenlace también cruel. Sin embargo estamos en unos tiempos en que la censura en el país hacia las revistas y tebeos de la época, está en su punto más álgido. Eso explica que en el último momento las cosas deriven hacia una solución totalmente inesperada, que más bien parece corresponder a “los mundos de Yupi”. Dejamos que sea el lector, si siente la curiosidad, lo descubra por sí mismo.
No es exagerado cuanto decimos sobre la censura. Ya en esta misma aventura, cuando Trueno se enfrenta a Yong, se aprecia que en una viñeta han suprimido completamente una espada (con típex posiblemente) que podría haber segado la cabeza de nuestro Capitán (número 289, página 3, viñeta 3). Y en el cuadernillo apaisado (verano del 65) aún se resiente más la censura, pues de forma paralela a la aventura que hoy analizamos, nuestro amigos, que se hallan en los Países Bajos, se ven envueltos en una trama cuyo eje en la pérdida de un zorrito blanco, mascota de la princesa Hilda. Eso da idea del concepto tan infantil con que se quería dotar a esa serie.
Aquel 1965 fue un año, para quienes vivimos la adolescencia, lleno de grandes recuerdos en otros ámbitos. Por un lado las grandes producciones de cine, auténticos éxitos de taquilla, y en lo musical se producían tanto a nivel internacional como en el país, grandes éxitos que trascienden a nuestros días, así como el nacimiento de los grandes grupos míticos que forman parte, no sólo de nuestros recuerdos, sino de la historia mundial de la música pop. Citaría nombres y títulos, pero no es el propósito de estos comentarios. Es para manifestar que, si bien en esos campos se empezaban a respirar aires nuevos y un futuro lleno de libertades, en el mundillo del tebeo era penoso el efecto de aquellos comités de censura, que afectaba a todas editoriales dedicadas a la producción de tebeos. Y aunque se estaban reeditando series como Trueno o Jabato, era espantoso comprobar en aquellos Álbumes Gigantes hasta qué punto la censura masacraba las míticas aventuras de un pasado no tan lejano.
Otro aspecto a reseñar es la mención de Grune, quien al parecer ha ido en busca de ayuda dada la fiebre de la guarnición. Al menos explica lo que hasta ahora parecía una contradicción, pues a veces la muchacha había aparecido con su padre Morgano en el Castillo, sin su esposo Wang-Ho. Llegamos a la conclusión de que Grune, a veces visitaba sola a su padre Morgano, así que todo resuelto. Por cierto, en una viñeta del principio, en una nota se índice al lector que consulte el Álbum Gigante 2 y 3, donde se desarrollan de forma mutilada las aventuras que mencionábamos de la colección DAN. Y en otra viñeta se presenta a Grune desde lejos, pero Torregrosa usa un rostro de Sigrid con el peinado de la hija de Morgano.
Ya solo queda decir que la aventura de “Los espectros de la Gran Muralla”, no llegó a reeditarse en Trueno Color, pero sí en la última etapa de la colección FANS, número 38.
Al echarle un vistazo he podido comprobar que, gracias al color ejercido, gana en vistosidad. También he podido comprobar que el primer episodio (287) se ha reeditado partiendo de una edición ya impresa. Y es que por aquellas fechas Bruguera usaba una especie de trama gris para los sombreados, y al reproducirse (a menos que se parta de planchas originales) deja las imágenes un tanto emborronadas.
LOS PERROS DE TORLUND (Trueno Extra 290-292)
Como hemos comentado, por aquel año 1965, la comisión de censura que se había creado un par de años antes en nuestro país, ahora estaba haciendo verdaderos estragos en el mundo de las revistas infantiles/juveniles, y eso afectaba, claro está, al mundo de los tebeos. En el caso del Capitán Trueno resultaba penoso, pues era muy difícil de olvidar su época gloriosa así como a su mítico creador gráfico. Un comentario muy habitual era que “el Capitán Trueno ya no era el de antes”.
Sin embargo, gracias al grafismo de un autor como Fuentes Man, los todavía aficionados, encontrábamos cierto alivio, que nos hacía seguir siendo fieles al personaje a pesar de todo. Y un día de aquel verano de 1965 apareció la aventura que hoy comentamos. Tres bonitos episodios que además, marcarían en cierto modo, un pequeño punto de viraje respecto a lo que estábamos acostumbrados. Tres episodios en los que Crispín marcaría mayor protagonismo y conocería a una buena amiga, Birgit, que volverá a aparecer de vez en cuando hasta casi el final de la serie.
Durante una excursión al norte de la isla de Thule, Crispín se extravía durante una tormenta de nieve, y su vida corre peligro al caerse en un lago helado. Será un perro pastor alemán llamado Wolf (lobo) quien salvará al muchacho de hundirse en las frías aguas.
El can en cuestión es propiedad de una muchachita llamada Birgit, nieta de un granjero. Al llegar la primavera Crispín regresó a la granja para visitar a sus amigos y llevarles unos regalos. Es cuando se encuentra con una Birgit desconsolada debido a que Wolf ha sido secuestrado por Torlund de Gudrunvanger, una especie de señor feudal que es aficionado a las luchas de perros, cuyo castillo se encuentra frente a Thule, en el fiordo del mismo nombre. Como es de esperar, los dos muchachos emprenden su aventura en solitario para dirigirse al Castillo de Torlund con la intención de liberar a Wolf. Después de un primer enfrentamiento con el cruel tipejo y una serie de peripecias, al final consiguen huir con el perro, pero Torlund suelta tras de ellos a una auténtica jauría de perros entrenados para matar…
La historia es muy original y entretenida, y contiene ciertos elementos que hoy se considerarían “políticamente incorrectos”, sobre todo teniendo en cuenta esa mayor concienciación hacia el mundo animal que hoy existe, pero afortunadamente, Víctor Mora, un hombre adelantado a su tiempo, nos plantea una apología animalista permitiendo que al final el resultado sea positivo. Los entornos del lugar, bosques y acantilados, nos permiten visualizar en gran medida la belleza de la isla de Thule, gracias a un grafismo nítido y realista al más puro estilo fosteriano. Los personajes de Torlund y su compinche Sigerico están muy bien retratados, si bien en la parte final la situación no está exenta de cierta comicidad.
Si hay algo que nunca perdonaré a Fuentes Man es que al recrear a otros personajes de la serie, no consultara a cómo fueron representados originalmente. Ya lo dijimos respecto a Ricardo Corazón de León, cuya fisonomía se aleja totalmente de aquella con la que dotó Ambrós al monarca. Ahora pasa lo mismo respecto a Gundar y Zaida. Aunque sólo aparecen en una viñeta, nada tienen que ver con la gallardía y belleza con que Ambrós supo representarles. Fuentes Man, y valga la expresión, nos dibuja a dos simples “abuelitos”, cuyos parecidos son diametralmente opuestos. Afortunadamente, sólo aparecen en una viñeta y el hecho en sí no desluce para nada la historia. Pero sí recuerdo aquella primera vez que lo vi y el disgusto que me llevé. Tenía quince años, y otros temas gozaban de mi mayor interés, pero no pude evitar aquel sentimiento de extrañeza.
Como era de esperar, esta aventura se reeditó en la colección FANS, número 17, y para la ocasión Rafa Fontériz realizó una espléndida portada, de las mejores de todas cuanto hizo. En ella aparecen Crispín y la pelirroja Birgit corriendo cogidos de la mano junto con el perro Wolf, huyendo por el bosque, y perseguidos por la jauría perruna. El color de los interiores es más que correcto, y al ser una reedición partiendo de originales, goza de una nitidez exquisita que permite contemplar las planchas del dibujante en su máxima plenitud. Como Birgit resultará ser un personaje recurrente, qué bonito sería que la editorial preparara un álbum con una recopilación de las aventuras publicadas, protagonizadas por los dos muchachos. Todas fueron dibujadas por Fuentes Man, menos una que realizó Martínez Osete casi al final de la serie. Estoy seguro que todos los truenófilos vemos en Birgit la novia perfecta para Crispín.
TENEBRIS, EL MAGO (Trueno Extra 293-295)
“Procedentes de España, el Capitán Trueno y sus inseparables Crispín y Goliath se dirigían una vez más a la isla de Thule…”
Así da comienzo esta aventura, que en las manos de Torregrosa, nos permite un rato de entretenimiento sin más, pues se trata de un guión más bien flojito que en suma relata una simple anécdota dentro del periplo viajero de nuestros amigos.
Es un día espléndido, pero un sordo tronar les pone en alerta de que algo sorprendente va a producirse. No se trata de un simple maremoto, sino del nacimiento de una isla. Una enorme isla que en su emerger levanta al bajel de Trueno, para luego caer y hacerse añicos. El barco de un tal “Tenebris”, una especie de lunático caricaturesco, presencia a lo lejos el grandioso espectáculo y hace creer a sus acólitos que él es el causante de tal prodigio, pues de pronto se le ocurre que aquella isla puede llegar a ser su centro de operaciones. Con el mago de pacotilla viajan unas singulares mascotas que le obedecen en todo: un murciélago, una serpiente pitón y un oso. Sus intentos de capturar a Trueno y sus amigos para formar parte de sus siervos, resultan infructuosos, y desembarcando en la nueva isla persiguen a nuestros héroes. Una persecución que les llevará a un valle de niebla y vapor de agua por la abundancia de geisers, y que como resultado, el tal “Tenebris” perderá a dos de sus mascotas. Un cómico y disparatado final hará que “Tenebris” quede en el más absoluto ridículo, y más cuando la isla en cuestión vuelve a desparecer bajo las aguas, haciendo desaparecer de golpe todos los sueños del ridículo personaje.
La situación tan atípica hace que al menos el relato sea entretenido y sus veintiuna páginas, en tres episodios, se lean con facilidad. Torregrosa cumple su cometido, y se percibe que intenta esmerarse, sobre todo a la hora de reproducir unos paisajes y ambientes que bien pueden recordar a la obra “La Isla Misteriosa” de Julio Verne. Los restos de un cangrejo gigante, vestigio del pasado, el valle de niebla, los chorros de aguas termales, y las oquedades rocosas, sí consiguen meter al lector en ambiente.
Y por si los chavales de la época no sabíamos lo que era un geiser, Mora introduce una nota explicativa con un dibujo representando al conocido “Old Faithful” de Yellowstone. Las imágenes submarinas de los movimientos tectónicos y el resurgir de la isla, están bien realizados y dentro de un estilo muy realista. Incluso el lector habitual de Trueno recordará en esta aventura, a la recordada “Isla del Metal” del cuadernillo, pero sin aquella “masa gelatinosa”. No cabe duda que Mora era un hombre cultivado y conocedor de los relatos que durante años han cautivado el interés de varias generaciones. Las últimas páginas están un tanto caricaturizadas, desde los hombres de “Tenebris”, al mismo oso, que para sorpresa del lector, termina asfixiado en manos de Goliath. Claro está, para salvar a sus amigos.
Esta aventura, a menos que por error no me haya percatado de ello, jamás ha sido reeditada. Es de interés mencionar que las ilustraciones de portada, en manos de Martínez Osete son bastante originales y atractivas. Al final nuestros amigos proseguirán su viaje a Thule con el navío de Tenebris, que por cierto, lleva una ridícula “T” gigante en las velas. Las crónicas no dicen qué llegaría a pensar Sigrid al contemplar aquel signo tan absurdo en las velas del bajel en que viaja su prometido …
EL HACHA FLOTANTE (Trueno Extra 296-298)
Crispín se halla asomado a la ventana en el Castillo de Sigrid, cuando contempla la llegada de seis palomas mensajeras. Sigrid, al conocer la noticia reconoce que son las que entregó a Frida, hija de Ringeld, uno de los conocidos y apreciados balleneros de la zona. Es entonces que sospecha que ha podido ocurrir algo malo, por lo que decide fletar un drakar para investigar lo sucedido. En el trayecto nuestros amigos sufren un ataque en medio de la niebla. Una nave misteriosa, cuya proa es un enorme hacha afilada, parte en dos el drakar real. En cuestión de poco tiempo el navío se hunde en las profundidades. Se encontrarán con Frida en una barca y podrán salir del mal paso. Ya a salvo la muchacha les cuenta su odisea.
Cuando son recogidos por otro barco siniestrado, Olaf su capitán, les recoge, pues al menos han logrado mantenerse se flote. Es entonces cuando de nuevo aparece “el hacha flotante”, pero para sorpresa de todos no les hace ningún daño. Sólo les hace el siguiente comunicado a voces:”¡Que alguien de los vuestros suba a bordo con cincuenta monedas de oro. Es lo que, de ahora en adelante, pagará cualquier ballenero que quiera trabajar aquí!”
Nuestros amigos perciben que se trata de una nueva forma de piratería, y ahora es el Capitán Trueno quien decide ofrecerse voluntario para llevar las cincuenta monedas requeridas…
Una vez más tenemos ante nosotros a una verdadera obra de arte, pues este dibujante no deja de sorprendernos en cada trabajo. La primera plancha, en la que nos presenta el Castillo de Thule tanto por dentro como por fuera, contiene unas viñetas preciosas. Las torres, los salones de amplios y elegantes ventanales, talleres donde las mujeres ejercitan su arte, así como imágenes de los interiores ajardinados. Por otro lado, los detalles del barco destrozado, como sus interiores y camarotes, son increíbles. Incluso da la sensación de poder escuchar el crujir de la madera y la entrada del agua en los compartimentos. Cabe decir que si bien Goliath aparece con su habitual atuendo, pues la noche del siniestro él montaba guardia, el resto de personajes, es decir, Trueno, Crispín y Sigrid al estar durmiendo, van vestidos con su camisón/pijama, atuendos que llevarán puestos hasta el final de la aventura.
A pesar de lo dicho, hemos descubierto alguna manipulación extraña en algunas de estas maravillosas planchas. Por ejemplo, en el primer episodio, segunda página, viñeta 5, están Trueno y Sigrid conversando. Sigrid con una paloma en la mano. Si observamos el fondo, éste está hecho por alguien que entiende poco de dibujo. Esa pared parece hecha por un niño. Lo mismo pasa en la siguiente página, la viñeta primera. En ella Crispín y Goliath están conversando, y de nuevo apreciamos un fondo en la misma línea que el mencionado. Es como si por algún ajuste, posiblemente de tipo censura, se hayan visto obligados a reestructurar alguna viñeta. Es una pena, porque es como un borrón en una obra de arte.
También en esta ocasión se dan circunstancias paradójicas. Por un lado apreciamos que Fuentes Man se suelta bastante a la hora de realizar primeros planos de los rostros de Trueno y Sigrid, ejecutados con gran fortuna, y alguno de Goliath y Crispín. Pero luego nos sorprende con rostros de Ambrós de manera inversa, de forma que el parche de Goliath aparece en el ojo equivocado. Sospecho que de esta chapuza no es Fuentes Man el responsable.
Ya hemos comentado sobre la sinopsis de esta aventura, sobre todo en su principal planteamiento. Pero es digno de destacar sobre el guión dos aspectos más. Y esto se da en el episodio tercero. Y es que los responsables del acto de piratería resultan ser los “vikingos enmascarados”, que si recordamos, aproximadamente un año antes habían aparecido en el cuadernillo entre los números 396 a 402. En aquella ocasión era una especie de “submarino” con un tremendo espolón que no sólo atacaba a los barcos sino a las propias ballenas. Pues bien, ahora el jefe de esta partida de vikingos es un tal Gorwald. Este hecho no sería relevante de no ser por la pregunta que le hace el Capitán Trueno, quien se permite opinar sobre la naturaleza de los enmascarados: “Los vikingos enmascarados sois muy holgazanes para haber construido algo tan perfecto… ¿Cómo lo habéis logrado?” Después de escucharse una risita irónica, hace acto de presencia el mismísimo Mago Morgano, amigo de Trueno, quien dirigiéndose al mismo, le dice:”¡Cuidado Capitán! Ése Gorwald es de cuidado… Me pidió por favor que le construyera un barco Rompehielos… ¡Y ya ves para qué lo utiliza! Quise escapar, pero me hicieron prisionero…!”
Con este inesperado desenlace, aunque la cosa termina bien, entendemos que Víctor Mora quiso dar a esta historia un valor añadido, con lo que resuelve la situación de una manera en verdad notable.
Esta aventura fue publicada en la colección FANS, como todas las de Fuentes Man (número 18). En este caso Fontériz versiona el momento del naufragio, con Trueno, Sigrid y Crispín en camisón. Tengo que decir que si bien la colección FANS adolece de algunas carencias, le hizo bastante justicia a Fuentes Man, y personalmente he aprendido con el tiempo a valorarla en su justa medida.
LA BATALLA DE LOS GLOBOS (Trueno Extra 299-301)
Nos encontramos en la frontera de India con China. El Capitán Trueno, después de efectuar la compra de unos caballos, regresa al campamento. Allí descubre que sus amigos han desaparecido, así como el globo en que habían llegado. Al abrir el zurrón donde parece estar la clave del misterio, una cobra ataca al Capitán. De no ser por los cuidados de la joven Zengara y de su padre, nuestro héroe no habría sobrevivido, si bien le costó un total de veinte días debatiéndose entre la vida y la muerte.
Al volver en sí, sabe que sus amigos están en poder de Tah Kung, un siniestro personaje al que incluso los propios bandidos obedecen ciegamente. Se dice que, por temor, hasta el propio Maharajá le recibe en su palacio como invitado de honor. La muchacha se presta voluntaria para acercar al Capitán al lugar donde Tah Kung tiene su cuartel general: el interior de una inmensa catarata. Desde el lugar donde se encuentra, de pronto Trueno y Zengara, observan algo inusitado: a través de la cortina de agua van apareciendo una sucesión de globos, cuatro en total, y uno de ellos ocupado por el propio Tah Kung. En el interior, donde se hallan Crispín y Goliath, con una estrategia logran huir y hacerse con un quinto globo. A partir de ahí la aventura ya va servida.
Con el apoyo del Maharajá, quien ahora teme la invasión de Tah Kung, Trueno construirá una flotilla de globos acorazados, y con una carga especial, que habrá de enfrentarse a la del bandido, lo que originará una auténtica y espectacular batalla en el aire.
De nuevo con Fuentes Man al frente, Víctor Mora recrea una historia que permite al dibujante lucirse en toda regla. Todo es genialidad en Fuentes Man, pero ahora tiene la oportunidad de realizar unas viñetas de mayor tamaño donde se desarrollará una exhibición de su arte, dando especial atención a la perspectiva aérea. Consigue dibujar a los globos con una sensación de grandiosidad que no consiguieron otros dibujantes. Y después están los puntos de enfoque tan cinematográficos. En una muestra de picados y contrapicados el lector sentirá la sensación de peligro y de vértigo, sensación que se ve acrecentada por la tipografía del terreno, catarata incluida.
En estas maravillosas planchas el dibujante incluye viñetas verticales en una sucesión oportuna. Un ejemplo lo tenemos en la página 7 del episodio segundo: Goliath desde el globo, cogiendo a Crispín por los tobillos, lo bambolea para efectuar un machetazo a los correajes del globo enemigo. La perspectiva es impresionante. Lo mismo puede decirse de la viñeta cuando Tah Kung desde arriba, contempla la flota de globos acorazados, que salen del palacio del Maharajá (episodio tercero, página 4, viñeta 7) y no digamos la sucesión de tres viñetas verticales con globos piratas explosionando (episodio tercero, página 6, viñetas 6, 7 y 8). De hecho, estas mencionadas, ganan en espectacularidad en la reedición a color que hizo la colección FANS (número 20).
Y hablando de esta reedición, cabe decir que cuando parten de las planchas originales, acrecientan el valor de los trabajos de Fuentes Man. El color está en su justa medida y permite contemplar viñetas de gran belleza. Por ejemplo, se dice que cuando acaba de romper el alba, los centinelas gritan de terror al ver la llegada de los globos enemigos, a quienes les llaman “monstruos voladores”. El lector puede ver un cielo morado en la parte de arriba, y un degradado cromático de tonos pálidos anaranjados, que simulan las primeras luces del alba. Y recortándose al contraluz, la silueta de una decena de globos… (tercer episodio, página 3).
Ya estamos en el otoño de 1965, y la censura sigue hostigando de manera incisiva, pero Mora con diferentes golpes de tuerca, a veces logra evadirla, permitiendo que sus lectores habituales sigan disfrutando con su personaje favorito. Por aquellas mismas fechas, en el cuadernillo, y de la mano de un Ángel Pardo bastante infantilizado, también tuvimos la oportunidad los lectores de disfrutar de una aventura grandiosa: El Viejo del Escarpado. Recuerdo que los chavales de la época decíamos que si esa aventura hubiera sido dibujada por Fuentes Man, figuraría entre las mejores de la serie. No obstante, hoy reconocemos que Pardo también hizo un buen trabajo.
La aventura de los globos sin duda nos hizo recordar aquella que dibujó Tomas Marco en el cuadernillo, dentro de la aventura del Zar Negro. Debido a la limitación de viñetas, Fuentes Man no logró superar la espectacularidad de aquella de Marco, pero añadió una serie de pequeños detalles que hacen que hoy la veamos con el valor que merece.
Para la colección FANS el dibujante Rafa Fontériz le dedicó una portada a esta aventura, pero lamentablemente no eligió muy bien la secuencia a representar, que queda anodina. En cambio Osete, en las portadas para el Extra, sí aprovechó esa oportunidad. Sólo decir como punto final, que Fuentes Man está en su momento más álgido, y que hasta el final de esta primera etapa de Trueno Extra, que concluirá en el número 333, no dejará de sorprendernos.
EL REGRESO DEL “HALCÓN” (Trueno Extra 302-304)
Nuestros amigos se encuentran en Thule disfrutando de un merecido período vacacional. Junto con Sigrid, y acompañados del príncipe Gundar y su esposa Zaida, un día salen a practicar el esquí, aprovechando las nevadas laderas de la bella isla.
Después de las típicas secuencias de humor, Trueno y Sigrid son víctimas de una emboscada, cuyo único propósito es el de secuestrar a la reina, lo que al pronto consiguen unos individuos enmascarados (lapones). Trueno lanzado con sus esquíes logra sortear algunas trampas (una manada de lobos y unos ballesteros camuflados), para llegar al acantilado y sin poder frenar su ímpetu, se ve precipitado al mar. Será Sigrid quien tendrá que enfrentarse al autor del complot, que resulta ser en apariencia, el “Halcón”, un viejo enemigo de la reina.
Recordemos que el siniestro personaje apareció en los cuadernillos 345 a 353, cuando secuestró a Sigrid en Thule y se la llevó a las lejanas tierras americanas (Windland), muriendo al caer en las rugientes aguas de las cataratas del Niágara, después de sostener un duelo con el Capitán Trueno al borde del abismo.
Pero la aventura que ahora comentamos tendrá un desenlace rápido y previsible, pues el resto de los amigos llevarán al traste los propósitos vengativos del supuesto personaje. Tanto él, como su esbirro Ikton, caerán por el acantilado, pero serán salvados por Trueno ya que los dos personajes ni siquiera saben nadar. Claro está, al desenmascararse, resulta que no se trata del auténtico Halcón. El personaje, con cara de memo, llegara a declarar “El verdadero Halcón murió, efectivamente. ¡Quise aprovechar su recuerdo para reunir bajo mi dirección a todos los enemigos de Thule! Y el primer paso era raptar a la reina…”
La aventura, si bien tiene a Mora como autor, está de nuevo dibujada por Torregrosa, quien por el momento mantiene un ritmo intermitente con Fuentes Man. Sin embargo el dibujante no aprovecha bien sus posibilidades artísticas al describirnos una bella Thule montañosa. Se limita a cumplir de la forma más sencilla, si bien sale airoso a la hora de dotar de movimiento a los personajes, pues gran parte de la historia se compone de largas persecuciones con los esquíes, así como de aparatosas caídas. Para nuestros amigos sigue haciendo uso de los rostros pegados de Ambrós, pero es de agradecer que los personajes de Gundar y Zaida sean recreados por él, siguiendo el modelo y fisonomía clásicos. De hecho, Gundar y Zaida tienen un papel importante en este relato, lo que es de agradecer. Y resulta grato leer que sobre Zaida, quien se muestra activa en el reparto de tortas, se dice que “su bravura es tan legendaria en Thule como la de Sigrid… Y la esposa del príncipe Gundar va a demostrar que está a la altura de su reputación”. Esto va en consonancia con la historia de Zaida en su época clásica, quien pasó de ser “Reina de los negreros”, enemiga de Trueno primero, luego su enamorada, para convertirse finalmente en la dócil y fiel esposa de Gundar.
Respecto al personaje del “Halcón”. Es lamentable que Torregrosa no se haya molestado en al menos reproducir el casco original del personaje, dotado por Pardo y luego por Osete, de un aspecto gallardo y elegante. Aquí parece un simple caldero puesto al revés, con agujeros, y unas ridículas alas pegadas. Nada que ver con el original, y no muy lejano en el tiempo. Por eso lo de “el regreso del Halcón”, sólo es un decir.
La portada del tomito 29 de la serie FANS dedica la ilustración de Fontériz a esta aventura, representando el momento en que Sigrid cae del acantilado al agua. No es de sus mejores portadas.
Al visualizar las portadas de Osete, he hecho un pequeño descubrimiento digno de reseñar. Se trata de la portada del número 304. Recordé que se puso como ejemplo de censura en el libro “Tebeos Mutilados” de Vicent Sanchís, publicado por E. B. en 2010.
Martínez Osete dibujó el momento en que Trueno se lanza a rescatar a Sigrid, al caer del acantilado, al tiempo que dos bandidos lapones lanzan sendas flechas, a las que nuestro héroe sortea con la pericia acostumbrada. El citado libro representa así la portada, con el título “¡Dardos mortíferos!”. Se reproduce la nota del censor, que a mano dice “Esta portada de Víctor me temo que traiga como consecuencia algo poco adecuado. El dibujo de los dardos mortíferos, además del título poco tranquilizador, preferiría que no tuviese las flechas ni la estela”. Es así que la versión que hoy tenemos, según llegó a publicarse, no tiene las flechas en cuestión, pero sí las estelas, pues como se indica en el epígrafe, “intentar quitarlas hubiese implicado redibujar la cubierta”. También el título fue sustituido por otro más “inocuo”: “¡En el acantilado!”.
También el citado libro menciona que la censura prohibió el uso de máscaras, algo que según los censores “perturbaba la tranquilidad” de los lectores. Pero aquí la Editorial Bruguera coló la máscara del Halcón, por lo que recibieron un toque de atención. La nota que se reproduce dice que “procuren de ahora en adelante no sacar máscaras desagradables como las que salen”. Lo que no se especifica es si lo de desagradables es por eso de que “perturban la tranquilidad”, o porque Torregrosa dibujó una máscara francamente ridícula. Desde luego que el libro que cito es muy recomendable. Lo volveré a leer, pues arroja mucha luz sobre lo que fue la censura, y como afectó a las diferentes publicaciones de la época.
GUNDAR
LAS AMAZONAS DE ZANIA (Trueno Extra 305-307)
Nuestros amigos se encuentran en un país asiático cuyo nombre no se menciona. En su recorrido a caballo se ven atrapados en medio de una gran tormenta. Llegan a un desfiladero para protegerse, cuando ven una impresionante muralla, por lo que deciden pedir cobijo. Pero una intensa ráfaga de viento revela que la muralla en cuestión no es más que un simple decorado de telas y cañas.
Allí contactaron con un buen anciano, lisiado, llamado Hunian, encargado de proteger a mujeres y niños de un clan de pastores, en tanto los hombres se hallaban ausentes en busca de mejores pastos para el ganado. Aquella fortificación se había levantado como medio de defensa y así poder atemorizar a enemigos, en este caso las temibles “Amazonas de Zania”, un ejército femenino de auténticas guerreras, que no tardan en descubrir la superchería.
Goliath tiene un encuentro con dos de las mujeres espías y para sorpresa de ellas, hace una exhibición de su fuerza, de modo que llegan a exclamar “¡Es más fuerte que la misma Zania!”.
Cuando las mujeres guerreras deciden atacar, Trueno y sus amigos optan por proteger a este grupo desvalido mediante el uso de la inteligencia y la colaboración de las mujeres del poblado, que no se dejan intimidar por el temible ejército femenino.
Como siempre, Fuentes Man realiza una maravilla de planchas y se recrea en representar unas mujeres belicosas de aspecto hombruno, y de una rudeza poco habitual. Claro está, este hecho tuvo que llamar la atención de la comisión de censura, que entre otras cosas consiguió destrozar algunas de las maravillosas planchas del dibujante. Afortunadamente el libro antes citado “Tebeos Mutilados” nos va a despejar algunas incógnitas que merece tener en cuenta a la hora de valorar esta aventura. Como ya hemos mencionado anteriormente, Víctor Mora era sin duda un autor adelantado a su tiempo. Pues esta historia es, entre otras cosas, una apología del feminismo. Aquello tuvo que chirriar a los ojos censores, quienes eran férreos a la hora de encorchetar el rol del hombre y el de la mujer, y que ni siquiera se planteaban cualquier otra alternativa. Como ya hemos valorado en repetidas ocasiones el arte de Fuentes Man, nos vamos a centrar en las modificaciones que sufrieron algunas de sus páginas antes de publicarse, y en este caso, gracias a la publicación mencionada, tenemos el privilegio de saber cómo eran en su concepción original.
Para empezar. En la revista 307, página 3, las viñetas 6 y 8, están visiblemente retocadas. En ellas se aprecia que Zania se escapa y se dirige a los caballos. En la primera da un gran empellón a Crispín, y en la segunda aparece el muchacho caído y maltrecho. Bueno, pues la censura obligó a suprimir a Crispín en las dos, rellenando los huecos con unos dibujos mal hechos. ¿Cómo una simple mujer podría zurrar a un hombre?, se preguntarían los censores.
En la segunda viñeta además cambian la postura de Zania al saltar al caballo, tal vez porque Fuentes Man dibujo a Zania en un salto “poco femenino”. Algo parecido pasa en la página 6. Ya salta a la vista que una viñeta está compuesta por un primer plano de Crispín tomado de uno de los rostros de Ángel Pardo. El resto del babero, muy mal dibujado. ¿Qué pasó en este caso? Por primera vez vemos la composición original de Fuentes Man. Se trata de una viñeta en la que Zania, de nuevo, pega un salto acrobático muy “a lo macho”. Pues esta viñeta fue suprimida del todo, y en su lugar pusieron ese primer plano de Crispín. Pero mayor es la chapuza de la página 7. Aquí suprimen descaradamente dos viñetas. En ellas Fuentes Man dibujó una vez más a Zania volteando por los aires al caer en su propia trampa al soltar varios maderos contra nuestros amigos. Se ve que las posturas de la mujer guerrera no debieron de hacer mucha gracia a los censores, pues la nota que se reproduce en el libro dice textualmente: “¿Es eso una mujer? Algo más femenina, por favor”. Así que los editores se vieron obligados a suprimir las dos viñetas que componen la tira inicial de esta página. Al no ser sustituidas por nuevas viñetas, en la parte de abajo queda un espacio vacío, que la editorial aprovechó para insertar una tira cómica de relleno. Como este hecho lo hemos visto de vez en cuando en números anteriores, ya nos podemos imaginar por dónde van los tiros. Al menos en esta ocasión, gracias al libro “Tebeos mutilados”, tenemos el privilegio de contemplar cómo eran las planchas originales. Y como se ha visto en este caso en concreto, la cosa no tiene que ver con la violencia, sino con el hecho de que, según los censores, Fuentes Man dibujó unas mujeres poco femeninas. Hoy nos da risa. Pero nos permite visualizar hasta qué grado la censura de aquellos años cometía auténticas barbaridades. La pena es que el citado libro tan sólo contenga unos pocos ejemplos.
Esta aventura se reeditó en el tomito 20 de la colección FANS. Muy buen color, eso sí. Y en la mencionada página “mutilada”, prefirieron dejar el espacio en blanco. La portada de Fontériz es magistral. En ella no utiliza a ninguno de nuestros héroes. Tan solo a las mujeres defensoras del clan de pastores, arriba en la roca, y con un cielo de “altos cúmulos” en un rojizo atardecer. ¿Acaso Fontériz quiso rendir un merecido homenaje a aquellas mujeres protectoras del clan?
GUNDAR
EL REGRESO DEL CONDE JÁ-JÁ (Trueno Extra 308-310)
Nuestros amigos, junto con Sigrid, se pierden en la Selva Negra durante una noche de tormenta. Así van a parar a una mansión donde guarecerse. Es allí donde sucede algo que les llegará a resultar tremendamente familiar. En la espaciosa e iluminada sala de entrada se halla una mesa bien servida. Cuando Goliath va a hincar el diente a un suculento pavo, un chorro de tinta le da en medio de la cara para después contemplar cómo el pavo se va desinflando como un globo. Entretanto Trueno echa mano a uno de los libros de la biblioteca, opinando que su anfitrión es sin duda un hombre culto, cuando al abrir el libro sale un muñeco disparado. No hay duda: ¡De tras de todo esto está el Conde Já-Já!
Bromas aparte, el Conde explicará a nuestros amigos que se halla en un auténtico aprieto. Ha prometido a sus gentes que negociará con los hermanos Krafenstein para que permitan pasar por sus tierras un canal que hará posible que los campesinos que habitan las tierras del Conde, puedan disfrutar de unas tierras productivas cuyo único problema es la falta de regadío. Pero los tal “Krafesnstein” son unos individuos de cuidado, no dispuestos al diálogo y menos de hacer algo para el beneficio de alguien que no sea el de ellos mismos.
La historia derivará en que nuestros amigos caerán en las mazmorras de los mencionados individuos a causa de un desliz del Conde, y sólo obtendrán la libertad si Goliath decide trabajar para ellos, quienes han quedado impresionados por la fuerza y vigor de nuestro “Cascanueces”.
Esta aventura no tuvo que tener problema alguno con la censura, dada su narración un tanto infantil y unos dibujos tendentes a la caricatura. Pero es el último trabajo de Vicente Torregrosa. Un autor que si bien nunca nos llegó a convencer del todo, no por eso fue un mal dibujante. Además, su labor en el Capitán Trueno fue bastante prolífica. He podido contabilizar algo más de 700 páginas en su haber, lo que le convierte en uno de los autores de fuerte arraigo en relación a nuestro personaje. Sin embargo, al contrario que sucedió con otros artistas, Torregrosa no se fue de la casa Bruguera, donde siguió trabajando en otros personajes en los que, opino, tuvo mejor fortuna. Por citar algunos que me vienen a la mente: En primer lugar hizo alguna aventura corta del Jabato. Para otra revista realizó su versión de la televisiva serie Bonanza, muy popular por aquellos años, y en especial hizo un buen trabajo ilustrando algunas aventuras del Sheriff King. También a la largo de los años realizaría un excelente trabajo dentro de la serie Joyas Literarias Juveniles al ilustrar algunos relatos clásicos.
Poco más podemos añadir sobre el arte de Torregrosa. Pero sí haremos algún comentario respecto al guión. Aquí Víctor Mora retoma el personaje creado para el Extra de Verano de 1965, el Conde Já-Já. La aventura que hoy nos ocupa se publicó a finales de ese mismo año, es decir, unos meses después. Y Torregrosa versiona alguna secuencia del citado Extra, imitando en cierto modo, al propio Ambrós.
Ésta es la primera vez que volvemos a ver al hilarante Conde desde aquel Extra. Y no será la última, porque será un personaje recurrente para ocasiones futuras que ya comentaremos. Sólo adelantar que dibujantes como Fuentes Man, Martínez Osete y Úbeda, harán su propia versión del Conde Já-Ja. Lo que quiere decir que, de proponérselo, se podría hacer un curioso tomo con el personaje en cuestión como protagonista.
Al releer esta aventura no he podido evitar relacionar alguna secuencia con otras parecidas dentro de la obra de Víctor Mora. Por ejemplo, el cartel de aviso a los visitantes al Castillo de los hermanos Krafenstein recuerda al cartel con que se toparon nuestros amigos al visitar “Absurdia, la fantástica” en el cuadernillo. Este recurso se usará en más ocasiones, incluso en la serie El Corsario de Hierro, y hemos de encontrar sus orígenes en Príncipe Valiente, personaje que llevó a nuestro guionista a crear al Capitán Trueno. El problema al que se enfrenta nuestro Goliath, se parece al que más tarde se enfrentará Merlini en la aventura de “Los húsares de la Muerte”, en El Corsario de Hierro. Y por último decir que el ambiente del inicio, la noche de la tormenta, nos recuerda al principio de la aventura que realizó Buylla en el cuadernillo, que también se desarrolló en tierras germanas.
En aquel 1965 la censura no permitió situaciones angustiosas. Por eso nos encontramos que los perversos hermanos en el fondo tenían una buena conciencia y se arrepienten de su proceder. De hecho, como Goliath evitará que sean atropellados por unos caballos desbocados, reconocerán su error y declararán: “Mi hermano y yo somos unos ladinos…y nuestra mezquindad es grande…¡pero sería imperdonable que no recompensáramos vuestra lealtad y valentía! ¡Os devolvemos vuestra palabra!”. Los “amigos” de la censura tuvieron que quedar muy contentos con aquello.
GUNDAR
Por fin he podido leer con calma tus nuevos comentarios, amigo Gundar. Aunque sea en una etapa bastante triste de las aventuras de Trueno, en que la presión de la Censura llegó a extremos delirantes y absurdos y la Editorial se sometió de modo incondicional, aconsejada por González Ledesma para salir al kiosco como fuera, con tal de salir. También Mora y cia empezaron a tocar temas infantiloides que no presentaran problemas con los censores. En fin que mi interés por Trueno se fue esfumando. Con todo estoy de acuerdo con tus comentarios y tus denuncias de tachaduras y retoques en los dibujos. Como curiosidad, ese proyecto de WOLLINGER, REY DEL NORTE, que visita a Sigrid, me sorprende que ese iceberg dirigible con mástiles no te haya recordado el de KIMBAR KHAN que estos días hemos recuperado en "TRUENOFILIAS". Otro de los autoplagios de Mora, ya citas algunos... En cuanto a la proliferación de malvados ridículos y tiranuelos dejaron muy baja la serie. Ya se sabe que un héroe se mide por sus enemigos a vencer. En cuanto a Birgit como repetida posible novia formal de Crispín, para mí las novias ideales para Crispín y Goliath, fuero las inolvidables Dª Leonor y Dª Clotilde... Ánimo, Gundar. Ya estás ceca de de culminar este proyecto. Un abrazo. VÍCTOR TRUENO.
Ha sido un placer leer tu comentario, amigo Víctor, aunque ha sido justo un mes después. Lo siento. No suelo consultar ya la "zona de discusión" y sólo lo he hecho para asegurarme de cuál había sido la última aventura analizada. Interesantes tus comentarios sobre el auto-plagio del propio Víctor Mora, y es cierto, conocía lo del iceberg, pero olvidé comentarlo. Y por muchos años, al igual que a ti, consideré que Leonor y Clotilde eran las parejas ideales para Crispín y Goliath. Lástima que fue el propio Víctor Mora quien pareció olvidarse de aquellos entrañables personajes. Desde luego que si Birgit hubiera salido una sola vez, de manera puntual, habría sido olvidada. Al recurrir en varias ocasiones al personaje como parte de las aventuras de Crispín, ha sido inevitable que adquiera cierto protagonismo. Un álbum con toda la saga de Crispín-Birgit al estilo de los "cómics de oro", dibujado por Fuentes Man, sería una maravilla, a pesar de la Censura.
La verdad es que me gustaría compartir contigo algunos detalles, pues enriquecería los análisis que llevo haciendo sobre el Trueno Extra, pero de manera personal. Sabes que soy un fan tuyo por todas las historias y entresijos editoriales que nos has contado, pues siempre he pensado que, al menos en mi caso, se han esclarecido muchas incógnitas.
Un abrazo.
EL COLMILLO DEL LOBO (Trueno Extra 311-313)
Tal vez sea una de las aventuras más bellas y mejor realizadas de la revista Trueno Extra. No sólo por los magníficos dibujos de Fuentes Man, sino por tratarse de un guión lleno de lirismo poético, donde se mezclan la mitología escandinava, con sus mitos y leyendas, en un entorno que nos permite sentir un mundo donde la supervivencia supone una lucha contra los elementos de la naturaleza.
El personaje Foebius, es un viejo músico que recorre los caminos con su violín y sus bellos conciertos, y cada año visita a la reina Sigrid para dedicarle las más bellas melodías. Esto sucede desde el día en que la reina le salvó de una muerte cierta al encontrarle envuelto en las frías nieves de los bosques de Thule. Pero pasa alguna primavera y Foebius no regresa. De forma simultánea, Leif, constructor de bellas embarcaciones, también desaparece. Todo parece indicar que ambos se embarcaron mar adentro y naufragaron a la altura del “Diente del Diablo”, fatídico islote donde las corrientes marinas confluyen y hacen que se forme un pavoroso remolino, donde peligran las embarcaciones, que de caer en su vorágine, serán engullidas sin remisión alguna. Es ahí donde se van a dar cita Crispín y Birgit, junto con Foebius y Leif, y unos muchachos que desde niños tratan de sobrevivir en el islote.
“El Colmillo del Lobo” es un islote con una forma inusual. Básicamente está formado por una roca vertical de gran altura, que tiene la forma de un colmillo. Aparece por vez primera en la última viñeta del primer episodio (Nº 311) y la verdad es que es impresionante. Fuentes Man la recrea en una viñeta vertical, y al ver en primer plano la embarcación, nos permite visualizar la dimensión del islote, y el imponente peñasco en forma de “colmillo”, donde es azotado por los vientos y atravesado por bajas nubes. Los jóvenes según se acercan a los escollos, perciben como una corriente les arrastra hasta la zona peligrosa donde se halla el remolino. Una asustada Birgit exclamará llena de temor: “¡Crispín! ¿Y si ahí, frente a nosotros, estuviera… el fin del mundo?” En una viñeta explicativa de gran belleza gráfica se dice que en aquella época muchos pensaban que al ser la tierra plana, el mar terminaba en un espantoso abismo. Pero es curioso lo que Crispín le responde a la muchacha: “No, Birgit… ¡El Capitán Trueno dice que la Tierra es como una inmensa bola! Es imposible caerse de ella…” Es así que nos alegra que nuestros amigos tuvieran los conocimientos adelantados a su época, si bien, eso no es ningún anacronismo. Siglos antes ya hubo grandes pensadores que habían llegado a esa misma conclusión.
El encuentro con los muchachos, tres en total, no es nada cordial de primeras, pues son auténticos abusones bajo el liderazgo de uno de ellos llamado Einar. De hecho, en la página 3 del último episodio (313) Crispín tiene que enfrentarse en una pelea con semejante líder, dejando bien claro (a base de algún mamporro) que las circunstancias ordenan trabajar en común y pensar en cómo salir de ese lugar. Si cito esta página en particular es porque aquel mencionado comité de censura de 1965 reparó en ella, y aunque no la eliminó (de lo que nos alegramos), al menos dio un toque de atención. En una nota que se reproduce en el libro “Viñetas Mutiladas”, escrita a mano, dice textualmente “no creo que sea necesario que todo se resuelva a base de golpes”… Con todo, la página se editó de forma intacta. Hoy nos alegra disfrutar de una aventura donde no se perciben retoques ni ajustes chapuceros, como en otras ocasiones.
Esta aventura se reeditó en el tomito 21 de la colección FANS, y cabe decir que los acertados colores aplicados realzan la belleza de las imágenes. Los diferentes tonos azulados y grises confieren a las planchas un toque realista que permite sentir mejor la fuerza de los elementos de la naturaleza. Fontériz dedicó la portada al momento en que Crispín, valiéndose de una cometa, logra alcanzar los escollos cercanos que permitirán al grupo de náufragos sortear el peligro y poder salvarse.
El único “pero” o fallo que le pondría a este relato, tiene que ver con el paso del tiempo. Durante al menos dos primaveras Foebius acude a visitar a la reina, y desde su desaparición pasan otros dos años. Lo que significa que el tiempo que abarca este relato es de unos cuatro años. Entretanto es cierto que podrían haber sucedido otras aventuras que conocemos bien, pero la cuestión es que por nuestros personajes no se aprecia el paso del tiempo. Bueno, para ser sinceros, he de decir que el Crispín que dibuja Fuentes Man es bastante adulto. No tiene nada que ver con el Crispín que por aquellas fechas, en el cuadernillo, nos dibujaba Ángel Pardo. Pero buen, sin darle más importancia, diremos eso de que “en el mundo del cómic todo es posible”.
Por último, tan sólo mencionar una curiosidad: En el primer episodio, página 4, viñeta 2, en la reedición de FANS, no existe texto alguno. En la edición original Crispín dice a Trueno: “Capitán, ¿me permites que vaya a Gudrunvanger, a ver a Birgit y a su abuelo?, y abajo, en un asterisco se dice: “Ver Capitán Trueno Extra números 290 al 292”.
Lo que para mí resulta significativo no es el hecho de que se hayan despegado los textos, y se hayan perdido, sino que Fuentes Man había dibujado la viñeta al completo y sobre ella se habían pegado los textos. Otros dibujantes acostumbran a dejar libre el espacio para los “bocadillos”. Según parece, no era el caso de Fuentes Man.
GOLIATH, DIPLOMÁTICO (Trueno Extra 314-316)
Nos encontramos a Trueno en compañía de Ricardo Corazón de León, en un día de cacería. Un caminante exhausto salva al rey de ser gravemente atacado por un jabalí. Se trata de John, procedente del condado de Garmoor, que acudía precisamente al rey Ricardo para solicitar su ayuda. Según cuenta John, el conde Petulancio, abusando de su poder, ha triplicado los impuestos en poco tiempo. Pero a su vez ha establecido un pacto amistoso con Kundig, un jefe vikingo que suele atacar y asolar las costas de Inglaterra. Por otro lado ambos tratan de sembrar el resentimiento contra el rey Ricardo. Todo hace sospechar al Capitán Trueno que la alianza entre Petulancio y Kundig no tiene otro fin que hacer la guerra a Ricardo, y por tanto hacerse con el dominio del país.
Esa es la razón por la que Ricardo y Trueno piensan en Goliath como enviado diplomático, para investigar y a la vez tratar de resolver una situación, que de ser cierta, supondría grandes cambios en la política de Inglaterra. Ambos recuerdan el éxito de la vez anterior (Nºs. 263-265) y deciden que sea él quien investigue el asunto. Nuestro “cascanueces” se muestra reticente de primeras, pero Ricardo sabe cómo motivarle cuando le dice que le ha llegado cierto rumor de “el Conde Petulancio de Garmoor tiene al mejor cocinero del país”. Así que una vez más, la aventura está servida. Trueno y Crispín se limitarán a acompañar a Goliath, y como es de suponer, cumplirán la misión a rajatabla, con un desenlace de lo más previsible.
Petulancio y Kundig resultan ser dos gordinflones, que a veces rayando lo caricaturesco, darán un toque de humor a la aventura. Hablar de una lucha por el poder, en la vida real supondría en un cruel derramamiento de sangre. Pero en esta historia, ya dentro de un período donde la censura está al acecho, eso no podría pesar. Nuestro hábil guionista le dará un giro cómico al relato y al final todo quedará arreglado gracias a Goliath, como magnífico diplomático.
El guión en sí no resulta nada novedoso, y se pueden apreciar claros atisbos e influencias de la saga El Príncipe Valiente. Pero gracias a unas secuencias muy en particular, la lectura de estos tres episodios resulta amena y entretenida. A resaltar la escena del museo de cera, donde Crispín para camuflarse se hace pasar por una de las figuras. La escena es totalmente cómica cuando Kundig decide tocarle con sus manos para cerciorarse de su “realismo y autenticidad”. Crispín se imagina troceado, lo que el dibujante resuelve de manera magistral.
Fuentes Man, como siempre, se manifiesta sublime. Sobre todo es un deleite para la vista las viñetas a mayor tamaño donde luce toda su destreza en el dibujo y su dominio de la perspectiva aérea. Si en la aventura anterior comentábamos la virtuosa reproducción de rocas y oleaje en un mar de tormenta, aquí el autor se recrea en los interiores del castillo y la ornamentación de sus salones. Estos detalles son muy apreciables en la reedición de la colección FANS, y no digamos en la serie de grandiosos volúmenes publicados en los noventa bajo el sello “Cómics de Oro”.
Como ya apuntó el amigo Andrés Vinaros, es desde esta aventura que la citada serie de lujosos volúmenes (tres en total), “Cómics de Oro”, que se recoge el resto de la obra de Fuentes Man. Es decir, que desde ahora en adelante podremos comparar tres ediciones diferentes. Sin embargo, sólo haré reseña de aquellos detalles relevantes al echar un vistazo a las dos mencionadas reediciones. En este caso, y con gran disgusto, he observado lo siguiente:
En el tercer volumen de “Cómics de Oro”, donde se recoge la aventura que ahora analizamos, está claro que para la reedición se ha partido de planchas originales, lo que es de agradecer, y más al contemplar el gran tamaño de las mismas. Pero he observado que para la edición de “Fans”, algunas planchas utilizadas no son originales, y no es cuestión de detenerse a detallarlas. Es lamentable haberlo descubierto. Pero lo peor es que, sin querer, sospecho que “alguien” se benefició, pues dudo mucho que entre una edición y otra, se hayan perdido.
Publicar un comentario